Argentina: La gente puso sobre la calle los números de las encuestas
La Prensa, Buenos Aires
El sistema político poscrisis 2001 tiene como centro un mecanismo
excepcional: las movilizaciones masivas. Rotos o desvirtuados los
procedimientos institucionales por la mala praxis de los políticos.
Concentrado el poder en una sola voluntad. Devastados los partidos y
desprestigiada la dirigencia, la voluntad popular sólo tiene dos canales para
expresarse: el voto y las calles. El voto, cada dos años; la calle, cada vez
que los votantes presienten un peligro.
¿Cuál es el
peligro que movió la protesta contra Cristina Fernánez? Los intérpretes
inmediatos de lo ocurrido intentaron dos tipos de diagnósticos según
pertenecieran al kirchnerismo o a la oposición. Los primeros descalificaron
la manifestación popular para agradar a su jefa política y los segundos la
elogiaron pensando en recoger algún beneficio del descontento colectivo y
espontáneo.
En ambos
casos, sin embargo, quedaron dudas sobre el motivo fundamental de los
cacerolazos que no fue ni el cepo cambiario, ni las dificultades turísticas,
como prefiere el relato oficialista, sino el temor a un gobierno partisano y
faccioso que complica innecesariamente una situación económica que se
deterioró en los últimos meses más allá de lo esperable por la crisis
europea.
Un gobierno
que se enzarza de manera cotidiana en peleas y presiones a todos los
sectores. Que derrocha fondos públicos en turbios negocios de amigos del
poder y en el sostenimiento de "la Cámpora". En estatizaciones
ruinosas y en un gasto clientelar cada vez más difícil de sostener.
Lo que salió
a la calle fue la inquietud por una presidenta que reacciona mal a las
críticas, que no corrige el rumbo, que perjudica groseramente a quienes no se
le someten (por ejemplo, los porteños) y desaprovecha una ocasión excepcionalmente
favorable para el país. Que utiliza la AFIP como una suerte de KGB criolla y
que se cree llamada a una misión histórica en la que se mezclan la revolución
declamativa y el "comic", una supuesta regeneración política, el
populismo más rancio y un misticismo personal que genera aprensión.
¿Qué
diferencia la movilización del jueves de otras anteriores? No fue por una
cuestión económica, como el cacerolazo por el corralito o por las exacciones
al campo. Tampoco por la inseguridad, como en el caso del asesinato de Axel
Blumberg.
Fue
espontánea, lo que impide que algún sector de la oposición la capitalice,
pero también impide al gobierno poner en marcha un operativo de desgaste como
el que sufrió Juan Carlos Blumberg. Comentarios alejados de la realidad y
enconados como el del jefe de Gabinete, de Estela de Carlotto o del piquetero
Luis D"Elía no hacen más que profundizar la pérdida de votos que la
presidenta sufre desde comienzos del corriente año.
La reacción
del oficialismo está en línea con lo que piensa y hace la presidenta
ostensiblemente desde que obtuvo el 54%: radicalizar su posición, castigar a
quienes pueden frustrar la reelección (peronistas o no) y polarizar todo lo
que puede. Cree que es la forma de retener el poder aunque, no sólo la
protesta callejera sino también la mantemática dicen lo contrario.
Las últimas
encuestas conocidas (ver Visto y Oido) dan un aumento de la imagen negativa
del gobierno similar a la de 2009. También el rechazo a los planes de reforma
de la Constitución es alto y la intención de voto a la presidenta llegó a un
piso que hace inviable cualquier proyecto continuista.
¿Qué la lleva
a profundizar la estrategia confrontativa? Que por ese camino aplastó toda
forma de oposición institucional. Desarticuló completamente a los partidos
opositores y está en vía de hacer otro tanto con el peronismo que sólo espera
el tiro de gracia. Por esa vía castigó también duramente a las
"corporaciones". Amenazó a Techint, aisló a Moyano y está a punto
de desaguazar al grupo mediático más importante del país.
En ese camino
le queda sólo un escollo: la sociedad civil que la rechaza. La que cuestiona
el "relato" k, la arbitrariedad sistemática contra quienes piensan
distinto, las falsificaciones del Indec, la inflación que destruye el
ingreso, la inseguridad, el deterioro institucional. Sin embargo confía en
que recuperará a los sectores medios el año próximo si la economía vuelve a
funcionar. Lo ocurrido el jueves debería demostrarle que no será sencillo, ni
automático.
- 23 de julio, 2015
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