Fraude electoral en Venezuela?
En las últimas semanas han proliferado las
especulaciones de que el presidente venezolano Hugo Chávez está
preparando un fraude monumental para alterar los resultados de las
elecciones del 7 de octubre. Pero después de entrevistar al candidato
opositor Henrique Capriles la semana pasada, dudo mucho que un fraude
electrónico sea posible.
A juzgar por lo que Capriles me dijo en una
entrevista de 40 minutos, y por lo que me dicen varios expertos
internacionales, no hay dudas de que el proceso electoral venezolano es
desequilibrado —Chávez está usando una enorme cantidad de fondos
gubernamentales para comprar votos, tiene acceso ilimitado al tiempo
televisivo, y controla la mayoría de las instituciones electorales—,
pero al gobierno venezolano no le resultará fácil llevar a cabo un
fraude electrónico que pueda pasar inadvertido.
En la entrevista,
le pregunté a Capriles por una columna reciente de Carlos Alberto
Montaner, uno de los mejores comentaristas políticos de Latinoamérica,
que afirma que Chávez podría estar preparando un megafraude en el
proceso electrónico de recuento de votos. Montaner citó a consultores
políticos según los cuales hay dos millones de nombres de votantes
inexistentes en los padrones, que el gobierno podrá usar para manipular
las computadoras en la noche de los comicios.
Para preparar el
terreno, Chávez ha encargado encuestas que lo dan como favorito para
ganar las elecciones, cosa de poder argumentar después que su victoria
confirma lo que decían las encuestas, escribió Montaner.
Cuando le
pregunté sobre eso, Capriles respondió que no será la primera vez que
participa en una elección con todo en contra, y gana. Agregó que en las
recientes elecciones de gobernadores y legislativas, la oposición ha
demostrado que puede ganar cuando está bien organizada para recontar
manualmente los resultados electrónicos en cada sitio de votación.
“Yo
he demostrado a lo largo de mi carrera que cuando uno se organiza y
cuando se tiene la mayoría de su lado, usted vence a los desequilibrios,
a las trampas, y a las zancadillas que el gobierno pretenda colocar",
señaló.
“Yo nunca he perdido un proceso electoral”, agregó. “A mí
nadie me regaló la gobernación. Gané porque me organicé para defender y
cuidar el voto de la gente. Esa es la clave”, dijo, añadiendo que es
gobernador del segundo estado más poblado de Venezuela, tras derrotar a
un candidato del gobierno que gozaba de las mismas ventajas que Chávez
goza hoy.
Muy bien, pero ¿cómo puede ganar contra un presidente
que se ha beneficiado con la mayor bonanza petrolera de los últimos
tiempos, que regala dinero por todos lados, y que habla durante horas en
cadenas de televisión mientras usted sólo tiene tres minutos de espacio
publicitario televisivo por día?, le pregunté.
“Ganaré como David
le ganó a Goliat”, respondió Capriles. “En efecto, yo estoy enfrentando
todos los recursos del estado, todos los fondos públicos. Pero a pesar
de toda esa bonanza petrolera, el gobierno no tiene mayores resultados
que exhibir”.
Debido a las desastrosas políticas del gobierno,
Venezuela tiene el índice de violencia más elevado del mundo, la
inflación más elevada de las Américas, una economía casi destruida,
cortes de energía continuos, escasez de agua y millones de pobres, dijo.
En
cuanto a las encuestas que muestran a Chávez a la cabeza, Capriles dijo
que hay tres encuestas que dan a Chávez como ganador, y cuatro que lo
dan por ganador a él.
“No es la primera vez que me ha tocado
lidiar con encuestas fabricadas por el gobierno. Cuando gané las
elecciones para gobernador, fueron los mismos voceros, fueron las mismas
encuestadoras que dijeron que no ganaríamos. Igual pasó en las
elecciones parlamentarias, donde los mismos encuestadores decían que
nosotros íbamos a tener 20 diputados, y tuvimos 67 diputados”.
Capriles
vaticinó que “podemos ganar estas elecciones por más de un millón de
votos de diferencia. Estoy absolutamente confiado en que ganaremos”.
Mi
opinión: No hay dudas de que esta elección será de David contra Goliat,
y que hay enorme desequilibrio en las reglas de juego. Pero Capriles
está en lo correcto —y así lo corrobora un reciente estudio preelectoral
hecho por el Wilson Center y el instituto IDEA de Suecia— cuando dice
que el mecanismo de recuento manual para controlar el conteo electrónico
hará muy difícil un fraude electrónico mayúsculo.
Además,
recuerdo varias elecciones latinoamericanas —incluyendo el referéndum de
1989 que derrotó al dictador chileno Augusto Pinochet, y las elecciones
de 1990 que derrotaron al comandante nicaragüense Daniel Ortega— en las
que gobernantes todopoderosos controlaban las instituciones, tenían
todos los recursos económicos para comprar votos, todo el tiempo
televisivo a su disposición, y sin embargo perdieron. Venezuela podría
darnos una sorpresa parecida.
Posdata: Acabo de hablar con
Montaner, y coincide en que la situación ha cambiado, y que es probable
que una mejor organización de la oposición evite un fraude electrónico.
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