“Capriles podría ganar, pero no la presidencia”
El Colombiano, Medellín
“Basta con que el pueblo sepa que hubo una elección, los que emiten
los votos no deciden nada, los que cuentan los votos lo deciden todo”. Iosef Stalin
Cómo
deseo levantarme el lunes 8 de octubre enterándome que estaba
rotundamente equivocado y que el candidato Capriles es el ganador de las
elecciones en Venezuela.
Cómo deseo tener que aceptar que
subestimé, no a los venezolanos, sino al casi completamente devastado
aparato estatal que el dictador se tomó y que a pesar de lo débil y
cooptado que estaba, el espíritu y el ejercicio de la democracia fue más
grande, por primera vez en más de diez años, que la mano del dictador
de la Cuba continental.
Pero aunque creo en milagros, sé que son
tan raros como la democracia en Venezuela y por ahora no puedo sino
esperar que Chávez continúe siendo el presidente de Venezuela y solo la
biología, y no las elecciones, será la que defina el fin de su período.
Aunque
Capriles no es precisamente el candidato presidencial que uno
idealmente desearía para el hermano país, por ser demasiado light
y bastante descafeinado, uno entiende que las circunstancias actuales
del país, polarizado y sumido en la dictadura castrista adaptada a un
país petrolero, le exigen al candidato Capriles no confrontar
directamente al chavismo.
Mostrarse como un candidato que no
quiere cambiar dramáticamente el rumbo del país e incluso continuar con
algunas cosas del gobierno actual para intentar capturar no solo los
votos de la oposición, sino chavistas decepcionados y partes centrales
del espectro político que le permitan obtener un volumen electoral
suficiente para vencer en la contienda.
Por eso sin ser santo de
mi devoción, veo en Capriles un candidato de transición que requiere un
país dirigido consistentemente durante más de una década hacia el
abismo, pero que tal vez no resiste un timonazo brusco que provoque un
volcamiento.
Lastimosamente los antecedentes históricos y la
naturaleza y condiciones del clon bolivariano de Fidel no permiten
pensar en la posibilidad real de una victoria de la oposición.
Chávez gana o gana. Por las buenas o por las malas.
Al
ser el proyecto bolivariano un proyecto más personal e ideológico que
cualquier otra cosa, no cabe en la cabeza de Chávez, ni en el Cartel de
los Soles, una derrota. Adicionalmente su condición de salud, que no es
tan mala como dijeron algunos ni tan buena como él intenta demostrar, y
la campaña ha sido una muestra de ambas cosas, le imprime al autócrata
venezolano el afán de no morirse viendo su revolución fracasada, al
menos en las urnas.
Chávez gana o gana. Por las buenas o por las malas.
Los
escenarios posibles que se desprenden hasta ahora de los resultados de
las cuatro encuestadoras serias de Venezuela son sólo dos. Una elección
reñida y de votofinish o una victoria de Chávez.
Siendo
esas las alternativas, la elección está definida. Capriles incluso
ganando en las urnas, perdería en el conteo. Nadie va a ser capaz de
cambiar eso. Ni siquiera la OEA, que es tan inútil para hacer una
vigilancia integral de elecciones como el Centro Carter, que entiendo no
estará esta vez.
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