Venezuela: ¡Llegó la hora!
Después de 14 años en los cuales ha
prevalecido la cínica frase de José Tadeo Monagas "La Constitución
sirve para todo", la sociedad venezolana se enfrenta a un momento
crucial: "Llegó la Hora".
Estamos viviendo la recta final de
una campaña que nos ponen a todos los pelos de punta. Probablemente más a
ellos, que optan por devolvernos salvajemente en el siglo XIX que a quienes
queremos entrar al siglo XXI, aunque sea con un lustro de atraso.
Esas fuerzas retrógradas llevan las
de perder. Acusan a la oposición de querer revivir lo que ellos llaman la
cuarta república, sin darse cuenta de que lo que ellos quieren resucitar una
ideología que murió en el mundo por ineficiente: el comunismo.
"Desde Stettin, en el Báltico,
a Trieste en el Adriático, ha caído sobre el continente un telón de
acero".
Con esa frase pronunciada por
Churchill en 1945, queda consagrada la dominación comunista sobre Europa
oriental. Se arroja sobre ellos la sombra de un sistema que habían instaurado
en la URSS Lenin y Stalin, condenando a los países que caían en sus garras a un
largo infierno de atraso.
Ese el mismo comunismo al cual se
enfrentó Juan Pablo II cuando -frente a las acciones salvajes y empobrecedoras
de los gobernantes marxistas- el Papa le decía a la gente: "No tengáis
miedo".
Esa frase retumbó en la órbita
soviética como las trompetas de Jericó, derrumbando el Telón de Acero al
cual había hecho referencia Churchill. Aquellas palabras estremecieron profundamente
las conciencias de los habitantes de Europa Oriental y Central. Hungría,
Polonia, Checoeslovaquia y Rumania. Todos abandonan el socialismo. Por su parte
los habitantes de Berlín Oriental derrumbaron en 1989 el oprobioso muro que los
separaba de la libertad y Alemania se une nuevamente en una sola y gran nación.
Finalmente, el comunismo cae derrotado en la propia Unión de Repúblicas
Socialistas Soviética, la cual se desintegra en 1992.
Aquel sistema de triste recordación
había demostrado que era incapaz de resolver los problemas de la gente. Había
sido competente sin embargo para construir Estados policíacos y ejércitos
poderosos. La razón de su fracaso radicó en que pretendía que las decisiones se
tomaran íntegramente de forma centralizada. Desde el Estado se planificaba
absolutamente todo.
Sin embargo, quedó demostrado que el planificador central, que era
perfectamente capaz de conocer los requerimientos de los gobernantes, nunca
supo enfrentar las necesidades de los ciudadanos. El Estado socialista adquirió
asombrosas cantidades de aviones, helicópteros y tanques de guerra, armamento
sofisticado, misiles, sistemas antiaéreos, satélites, bombas, granadas, fusiles
Kalishnikof, buques de guerra, etc.
No obstante, no pudo el planificador
central resolver el problema de los ciudadanos comunes y corrientes, porque
nunca contó con un mecanismo para valorar sus necesidades. Siendo que todos los
precios eran decretados por el gobernante, el mecanismo de la oferta y la
demanda no estuvo a la disposición de quienes planificaban la producción para
saber qué era lo que demandaban los ciudadanos. Además, la voz poderosa del
Estado exigía que sus necesidades fueran satisfechas primero y que sólo lo que
sobraba se podía destinar a la gente.
El sistema fracasó y lo hizo de manera estrepitosa pero pacífica. El comunismo
se desplomó sin un tiro. Los militares de los países de la órbita soviética no
estuvieron dispuestos a dispararle al pueblo, porque sabían que el pueblo tenía
razón. No quisieron aquellos soldados a salir a luchar para defender los
privilegios de un pequeño grupo de hombres poderosos pero corruptos, que eran
los únicos beneficiarios del sistema.
El comunismo se vino a pique y sólo
se mantuvo en pequeños reductos donde la gente se muere de hambre. Ese es caso
de Cuba o de Corea del Norte.
¿Es esa la senda que queremos seguir los venezolanos? Ya basta de dejarnos
engañar por una voz histriónica que nos ofrece salvar a la humanidad pero que
no ha sido capaz de resolver los problemas de los venezolanos comunes y
corrientes. Se empeña en vendernos un tipo de socialismo que en ninguna parte
del mundo ha funcionado. Y ahora, para colmo, asoma la posibilidad de una
"guerra civil". Igual que en la URSS o en la órbita soviética, ningún
soldado va a dispararle a su pueblo. Estos son los temas que trato en mi libro ¡Llegó
la hora!
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