EE.UU: Las extrañas elecciones del 2012
A pesar de varios reveses, la campaña del
gobernador Mitt Romney se mantiene activa y optimista, sin olvidar los muchos
obstáculos que debe superar para alcanzar el triunfo. Por su parte, la campaña
reeleccionista del presidente Barack Obama se intensifica. Llueven las
encuestas y los comentarios de unos y otros. Es demasiado temprano para tener
una idea clara acerca de lo que sucederá el 6 de noviembre.
Pudiera ser el Colegio Electoral y no el voto
popular nacional el encargado de decidir quién será el próximo ocupante de la
Casa Blanca. Muchas veces coinciden los resultados del voto popular y los del
Colegio Electoral de 538 compromisarios. Si un candidato triunfa por un sólo
voto popular en un estado, generalmente obtiene una cantidad de “votos
electorales” o de “compromisarios” equivalente a la suma de los dos senadores y
el número de congresistas federales que corresponden a cada estado. La Florida,
con dos senadores y 27 congresistas, cuenta con 29 votos electorales. Las
encuestas más importantes son las que se concentran en estados claves y no
tanto las que reflejan tendencias nacionales que cambian de día en día en los
“tracking polls”.
La larga historia del Electoral College o Colegio
Electoral es interesante. Entre otros incidentes notables resaltan varios casos
en los que candidatos presidenciales llegaron a la Casa Blanca sin una mayoría
del voto popular. Resaltan los casos de Rutherford Hayes en 1876, Benjamin
Harrison en 1888 y George W. Bush en el 2000. Su victoria se debió únicamente a
una mayoría en el Colegio Electoral. En el caso del Presidente Bush (hijo),
algo más de 500 votos populares de ventaja en la Florida, estado en el que
votaron millones de personas, le concedieron este estado al triunfador, que
alcanzó la Presidencia con sólo 271 de los 538 votos del Colegio Electoral, lo
cual era suficiente a pesar de que su oponente demócrata obtuvo 539,000
sufragios más que él en el voto popular a nivel nacional. No anticipo que eso
suceda necesariamente en el 2012, aunque es siempre posible y la “mecánica” del
Colegio Electoral este año es demasiado curiosa como para pasarla por alto.
Con el aumento de población de Texas, que cuenta
ahora con 38 votos electorales, superada únicamente por los 55 de California, y
con ligeros aumentos en otros estados tradicionalmente conservadores, era de
esperarse que el Colegio Electoral favoreciese este año al Partido Republicano.
Pero el aumento de población coincidió con una nueva demografía en cuanto a
grupos étnicos, comunidades con mayor crecimiento gracias a nacimientos,
inmigración y otros factores. En cualquier caso, cualquiera de los dos
candidatos de los partidos principales pudiera lograr una victoria en el
Colegio Electoral en el 2012 sin importar el resultado nacional. Hay necesidad
de analizar el asunto con mayor cuidado que antes, como parecen estarlo
haciendo ambos partidos y sus candidatos presidenciales.
No deja de sorprender que estados históricamente
conservadores como Virginia y Carolina del Norte figuren en la lista de
“indecisos”. Lo mismo sucede con la Florida, un estado con votación
presidencial republicana desde 1980, con la excepción del triunfo
reeleccionista de Bill Clinton en 1996 y la victoria de Barack Obama en el
2008. Además, se ha demostrado en años recientes la capacidad que tienen los republicanos
para controlar casi indefinidamente el gobierno estatal. Hace rato que el
Partido Republicano controla la gobernación, las dos cámaras legislativas
estatales floridanas . Pero los cambios de población en el centro de la
Florida, con una nueva y alta votación puertorriqueña, y la secularización de
amplios sectores en otras regiones del estado, parecen favorecer, al menos por
el momento, al candidato presidencial demócrata. De no triunfar el gobernador
Romney, algunos lamentarán no haber intentado situar en la boleta
vicepresidencial al ex gobernador Jeb Bush o al senador Marco Rubio.
Hace bien el Partido Republicano en concentrarse
también en su antiguo bastión de Ohio. La artillería demócrata ha escogido ese
estado como campo de batalla. Ha sido tradicional que los republicanos pierdan
las elecciones cuando Ohio vota por los demócratas. Sus 18 votos electorales
serán decisivos si la elección es cerrada. No nos extraña que Obama sea el
favorito en Michigan (16 votos), pero sí que haya mantenido por tanto tiempo
una ligera ventaja en Ohio en el promedio de las encuestas. En el 2004 Bush
pudo haber perdido las elecciones a pesar de ganar entonces el voto popular
nacional con una ligera ventaja del 3% en comicios reñidos. Un triunfo del
senador John Kerry en Ohio hubiera llevado a ese político demócrata a la Casa
Blanca a pesar de la desventaja nacional.
Pero no todas las noticias son malas para Romney.
Pennsylvania (20 votos) ha sido declarado por muchos como “estado indeciso” a
pesar de la ventaja tradicional demócrata en las últimas décadas. Aunque allí
tampoco se nota todavía un avance decisivo de la candidatura de Romney, ésta
pudiera estar lo suficientemente cerca de la de Obama como para alcanzarle en
el estado fundado por los cuáqueros. No es demasiado probable que eso
acontezca, pero si es enteramente posible. Lo mismo sucede en estados en que la
votación será sumamente cerrada.
Después de las dos convenciones partidistas y habiendo transcurrido las tres
primeras semanas del mes de Septiembre, las indicaciones objetivas señalan a
Obama como puntero, pero con la oposición a muy poca distancia. Más que de
superar al candidato en unos puntos percentuales se trata de lograr alcanzar al
Presidente en Ohio, Florida, Michigan, Pennsylvania y otros estados.
El candidato republicano tiene ante sí los
siguientes obstáculos: el monolítico voto afroamericano, el hispano (con
excepción del cubano), el de la mujer y el de la juventud secularizada. A lo
anterior se suma la oposición a su política conservadora hacia la cada día mas
numerosa y activa comunidad con diferentes preferencias sexuales, la cual apoya
ahora, casi unánimemente, a su contrario. Pero, por su parte, el Presidente se
enfrenta a la crisis económica, a un sector de religiosos conservadores militantes
y a críticas sobre su política exterior. Y es probable que el gobernador Romney
disponga de mayores fondos de campaña, lo cual no quiere decir que le faltarán
recursos al candidato oficialista.
Retomando el Colegio Electoral, este parece favorecer al señor Obama, pero si
su adversario logra prevalecer en la Florida, Ohio y algún otro estado
“indeciso”, la situación sería radicalmente distinta. Los debates entre los dos
candidatos principales tendrán cierta resonancia en las encuestas, pero lo que hacen
generalmente es confirmar la decision de los partidarios de uno y otro
aspirante. Un error, un simple error, pudiera sin embargo alterar
dramáticamente esa situación. Sobre ese detalle existen precedentes. De ahí la
importancia que el señor Romney está concediendo al período de preparación para
los debates con Obama, un candidato que tiene en su pasado haber debatido nada
menos que con la entonces senadora Hillary Clinton.
Después de los errores cometidos, como el de
afirmar en presencia de un grupo de simpatizantes, que él (Romney) no se
preocupa por el 47% del electorado, asunto que bien puede explicarse atendiendo
a su entorno y que quizás ha sido exagerado, pero que le ha costado comentarios
negativos adicionales de una prensa que por lo general no le favorece, el
candidato republicano, que no ha sido el único en cometer tales errores, está
obligado a ser mucho más cuidadoso.
Independientemente de acontecimientos inesperados,
todo indica que estamos frente a una elección competitiva en la cual todo
pudiera cambiar de un día para otro. Ojo con el Colegio Electoral.
- 23 de enero, 2009
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