El español está de moda entre la nueva generación de políticos hispanos
A pesar de que
la población hispana sigue creciendo en Estados Unidos, a la hora de hablar de
los políticos latinos, las tres nacionalidades que destacan en puestos públicos
de representación popular son los mexicanos, los puertorriqueños y los cubanos.
La competencia oral de estos grupos tiene diferencias de acuerdo con su origen
y sus experiencias, según expertos sociolingüistas.
Sin embargo, en
los últimos años, se ha detectado una nueva casta de políticos hispanos,
nacidos en los Estados Unidos, que está tratando de emerger mediante la
preservación de su segundo idioma casi al mismo nivel de competencia que su
inglés, luchando en contra del patrón histórico de simplificar su lengua
materna al contacto con el inglés.
"A nivel
de comunidad, la hispana ha mantenido por siglos su lengua en territorios que
hoy día pertenecen a Estados Unidos; a nivel individual hay muchos casos en que
el dominio del español ha experimentado un proceso de simplificación
lingüística que se manifiesta a través de un menor dominio de esta lengua en
beneficio del inglés" asegura Manuel Gutiérrez, profesor en
sociolingüística de la Universidad de Houston, Texas.
Según
estimaciones del censo, la población hispana en este país se compone de 50.5
millones, de los cuales 63 por ciento son de origen mexicano, 9.2 por ciento de
origen puertorriqueño, 3.5 de origen cubano, 3.3 de origen salvadoreños, 2.8 de
dominicanos y el resto pertenece a grupos de Centroamérica y Sudamérica.
Sin embargo,
existen diferencias entre estos grupos en varios aspectos. Por ejemplo, a la
hora de contabilizar su participación en las
urnas, son los cubanoamericanos quienes votan más, con 49.3 por
ciento del electorado, seguidos por los puertorriqueños con 29.6 por ciento y
en último lugar están los mexicanos, con 28.7 por ciento.
Otro aspecto
importante es la educación; los
cubanoamericanos, después de los colombianos y los peruanos, terminan una
licenciatura con un 24 por ciento, mientras que los puertorriqueños y los
mexicanos registran 16 y nueve por ciento respectivamente.
A pesar de
esto, tomando en cuenta solamente puestos de elección, popular como
congresistas y secretarios de estado, los políticos de origen mexicano
tienen la mayoría en representación política en Estados
Unidos debido a que son el número más grande de los grupos
minoritarios que conforman a los hispanos.
Por otra parte,
aunque no es una regla en general, los políticos de origen mexicano suelen
tener una competencia lingüística menos completa al menos en el habla que los
de origen puertorriqueño y cubano simplemente porque son generalmente nacidos
en Estados Unidos y no en sus países de origen, como sucede con los
puertorriqueños o los cubanos, pero también hay otra particularidad histórica
que los diferencia, dicen los expertos.
"La
comunidad mexicana es la que más tiempo ha estado en contacto con la comunidad
que habla inglés, ya que en gran parte del territorio se habló primero español.
Al ser anexados a Estados Unidos los nuevos territorios se inició un contacto
creciente entre ambas comunidades. Las comunidades hispanas tradicionales han
tenido un contacto más prolongado que las comunidades hispanas de llegada más
reciente, por lo que la influencia del inglés se refleja más en aquellas que en
estas últimas", precisa Gutiérrez, quien ha analizado el habla de la
comunidad hispana, principalmente la mexicoamericana.
También, los
políticos hispanos como los hablantes en general, no solamente pertenecen a
distintas nacionalidades sino también a distintas generaciones:
Primera generación: Políticos
nacidos en sus países de origen, donde aprenden sólo español en la escuela y
sus padres nacidos también en su país de origen, aprendieron únicamente
español.
Segunda generación: Políticos
nacidos en Estados Unidos, donde aprenden inglés en las escuelas y a veces
español en sus casas y sus padres son nacidos en sus países de origen, donde
aprendieron únicamente español.
Tercera generación: Políticos
nacidos en Estados Unidos de padres que también nacieron en EE.UU. Todos
aprendieron inglés en las escuelas y el español lo heredaron de los abuelos.
"Al pasar
de una generación a otra, la disminución del dominio se puede apreciar; en el
caso de los políticos, por ejemplo, cuando estos se dirigen al público hispano
con el propósito de conseguir su apoyo. Esto explica el hecho de que haya
algunos políticos en todas las comunidades hispanas que manifiestan un alto
dominio del español, a pesar de ser hablantes de una segunda generación en su
comunidad; incluso podría haber algunos de la tercera generación con un alto
dominio del español", agrega el investigador.
Sin embargo, no
hay una regla escrita, opinan otros expertos, quienes aseguran que también
depende mucho de cada experiencia.
"Hay
mexicanos de segunda generación que habla muy bien el español, y boricuas y
cubanos que no lo hablan, pero todo depende de una cantidad de experiencias
personales" asegura Ana Celia Zentella, sociolingüista de
la Universidad de California en San Diego.
En el caso de
los puertorriqueños, aunque los políticos nacidos en ese país son considerados
estadounidenses, lingüísticamente nacen en el entorno monolingüe del español,
que es el idioma oficial de la isla mientras que en el caso de los políticos
cubanos, la mayoría, al menos congresistas y secretarios de estado, han nacido
en la isla, donde también el español es el primer idioma. En otras palabras,
sólo la comunidad mexicoamericana ha llegado a encumbrarse como mayoría y
segunda generación en estos puestos públicos.
Es el caso de
uno de los primeros hispanos en ocupar una secretaría de estado, como Henry
Cisneros, exsecretario de vivienda en la administración de Bill Clinton, o de
Antonio Villaraigosa, alcalde de Los Ángeles o de Julián Castro, alcalde de San
Antonio; todos son de origen mexicano y de segunda generación. No se tiene
registro de algún político activo de alto rango de origen mexicoamericano de primera
generación.
Paulatinamente,
al ser el español su segundo idioma, los hablantes o políticos van perdiendo
sus competencias lingüísticas, oral, escrita, auditiva y de lectura, pues
aunque en las tres generaciones suelen practicar su español en sus casas o en
contextos más privados como en las iglesias o con amigos, su habilidad
cognitiva se va desgastando, especialmente con el contacto con el inglés,
aseguran los sociolingüistas consultados.
En el caso de
los políticos cubanos, están a los congresistas Ileana Ros-Lehtinen, Lincoln
Rafael Díaz-Balart, y el exsecretario de comercio Carlos Gutiérrez, todos
nacidos en Cuba, y por lo tanto primera generación. Sin embargo, esta el caso
de Marco Rubio, quien nació en Miami y por lo tanto es un hablante de segunda
generación.
"Esto
quiere decir que la historia individual de los hablantes explica por qué han
mantenido la lengua de su comunidad. Estos son casos individuales y no se puede
generalizar, puesto que podemos encontrar muchos casos en que esto no ocurre. En
cualquier caso, es importante que los políticos hispanos, e incluso los no
hispanos, se propongan como objetivo llevar su mensaje a los electores que
hablan esta lengua, ya que reconocen el gran poder que tiene la comunidad
hispana para decidir sobre asuntos de interés nacional", indica Gutiérrez,
quien también ha hecho estudios sociolingüísticos en Michoacán, México.
Los expertos
toman en cuenta distintas variables socioculturales al tratar de analizar la
motivación del uso de sus registros orales, dependiendo de cada contexto en el
que utilizan el español. Los hablantes, en este caso, los políticos usan el
español en ciertos contextos. La mayoría de los políticos de antes, preferían
utilizar el español en contextos no oficiales, en sus casas, con sus asistentes,
con sus choferes, según estudios de historia de la lengua.
Sin embargo hoy
en día, los medios de comunicación en español en Estados Unidos los ha obligado
a que hablen su segundo idioma en nuestro contexto, aseguran los entrevistados.
En general, se podría decir que actualmente los políticos hispanos de segunda
generación tratan de mejorar su español, pues tiene mucho que ver con la
aceptación del idioma en Estados Unidos en el ámbito oficial.
Años atrás,
expertos han documentado que la enseñanza del español estaba
prohibida en el sistema educativo estadounidense, por lo que los
primeros políticos hispanos que llegaron al poder, incluso de primera generación,
considerados monolingües, no hablaban en público el español, ya sea porque era
considerado un idioma relegado o porque en sus casas, en el caso de los
políticos de segunda generación, sus padres no hablaban con ellos en español
siguiendo la política de las escuelas.
En el caso de
los congresistas de origen puertorriqueño, hay varios nacidos en Puerto Rico o
de primera generación como Nydia Margarita Velázquez y José Enrique Serrano,
pero por otra parte también está Sonia Sotomayor, jueza de la Corte Suprema o
el congresista Luis Gutiérrez, estos dos últimos nacidos en EE.UU y por
consecuencia segunda generación de hablantes hispanos.
La profesora
Zentella ha trabajado muy de cerca con la comunidad boricua y asegura que no
necesariamente la segunda generación suele del todo tener una competencia
lingüística muy limitada. "Las cinco niñas que estudié en mi libro
"Growing up Bilingual" nacieron y se criaron en el mismo barrio en
Nueva York, y sin embargo se distinguían en cuanto a su habilidad al hablar el
español", sostiene Zentella, al referirse a su investigación lingüística
sobre cinco niñas que estudió desde su niñez y siguió por años, estudiando su
español en Nueva York.
"Obviamente,
la mayoría de todos nosotros que dominamos más el inglés que el español
hablamos el idioma de nuestros padres con más influencia del inglés,
especialmente en el léxico, pero eso afecta a todos después de muchos años
acá", asegura Zentella, cuyo libro le ha valido reconocimientos mundiales
por su trabajo lingüístico antropológico.
Hoy en día, el
español, aunque más aceptado, sigue siendo un idioma relegado sobretodo en el
sistema educativo estadounidense. Muchos expertos como el profesor en historia
educativa, Guadalupe San Miguel, han
documentado que los programas bilingües en las escuelas
públicas tienen como objetivo enaltecer el inglés sobre el español.
Desafortunadamente quienes dictan las políticas sobre las enseñanzas de idiomas
extranjeros y de herencia en EE.UU. siguen asociando al español con los
inmigrantes, dando como resultado una escasa valorización del idioma de Cervantes,
sostienen los investigadores.
Los tres
políticos de segunda generación y representativos de cada comunidad hispana,
como Castro, Gutiérrez y Rubio, no solamente tienen la apuesta de conquistar un
electorado anglohablante, sino de seguir manteniendo y perfeccionando su
segundo idioma para abrir brecha a las generaciones que vienen atrás de ellos,
coinciden los expertos.
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