La única «arma» eficiente: la paz
Pasaron amenazas de guerras con misiles, décadas y décadas de embargo,
de prohibir a los estadounidenses el comerciar y viajar a Cuba, y los
Castro ni se inmutaron. A esta altura, Mit Romney que insiste en que la
política exterior de EEUU es demasiado "blanda", debería tomar nota de
tantas guerras sin sentido para darse cuenta algo en lo que la ciencia
insiste desde hace mucho: que la violencia, lejos de defender la vida,
solo la destruye.
Ahora, enmarcado en pocos cambios dentro de Cuba,
el gobierno de Raúl Castro anunció la eliminación de los permisos de
salida para viajar al exterior y dejó sin efecto el requisito de la
"carta de invitación", como parte de una esperada reforma migratoria,
que entrará en vigor el 14 de enero de 2013 desde cuando "solo se
exigirá la presentación del pasaporte corriente actualizado y la visa
del país de destino". Claro que "serán acreedores de dicho pasaporte los
ciudadanos que cumplan los requisitos establecidos en la Ley de
Migración" o sea que, el Gobierno, seguirá decidiendo a quién le da
salida y a quién no.
Sorprende, por otro lado, que a esta altura de la
civilización todavía pueda justificarse la esclavitud sin que intervenga
ningún organismo de los "derechos humanos": "se mantendrán medidas para
preservar el capital humano creado por la revolución, frente al robo de
talentos que aplican los poderosos", aseguró el gobierno castrista que
planea seguir imponiendo restricciones a la salida de profesionales como
los médicos.
"El fin del permiso de salida indica que ya es el
fin del fidelismo, esté él físicamente o no, porque éste era uno de los
grandes baluartes que Fidel Castro mantenía, era una de sus premisas
fundamentales, el asunto migratorio", afirmó la reconocida bloguera
cubana Yoani Sánchez, que planea acogerse a la medida y salir, "¡para
volver!", el 14 de enero… si es que dejan salir a la periodista famosa
por su blog Generación Y.
En fin, poco o mucho, todo lo que se ha
conseguido ha sido solo gracias a un "arma" mucho más poderosa y
eficiente que las nucleares: la paz. "Lo que ocurrió no es que el
Gobierno haya flexibilizado los limites a la libertad de expresión, ni
haya permitido que la diferencia aflore…, (sino) que los ciudadanos
nos hemos atrevido a decir y hemos encontrado altavoces como las nuevas
tecnologías, los teléfonos celulares, los sitios de Internet. Así que no
es que nos han permitido hablar, sino que nos hemos tomado este permiso
por nuestra cuenta", sentenció Sánchez.
Es que la información, la verdad, cuya
trasmisión es facilitada cada vez más dado el desarrollo tecnológico, es
aliada incondicional de la paz. De nada sirven ejércitos y policías, ni
los recaudadores de cargas fiscales coactivamente impuestas, si los
perseguidos pueden anticipar sus movimientos. Precisamente, la única
diferencia entre el estatismo (que tiene los días contados gracias a la
tecnología) que supone la imposición coactiva (en base al monopolio de
la violencia estatal) y el mercado es que en este último el accionar
entre las personas es pacífico y voluntario.
De aquí que, la peor incoherencia contra el
mercado es afirmar que se necesitan ejércitos y policías para defenderlo
y, así, quienes ponen en práctica esta afirmación son, sin dudas, sus
peores enemigos porque introducen violencia en un mecanismo que es
esencialmente pacífico y voluntario.
El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute, de Oakland, California.
- 23 de enero, 2009
- 13 de abril, 2025
- 23 de julio, 2015
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