Elecciones 2012: No existen victorias ni derrotas permanentes
El presidente de la Fundación Heritage, Edwin Feulner, a menudo nos
dice que: “En Washington, no existen victorias ni derrotas permanentes”.
Es un buen recordatorio, particularmente cuando el horizonte de la
libertad se ve nublado.
En una de las campañas presidenciales más reñidas en la historia de
Estados Unidos, el pueblo americano decidió reelegir a Barack Obama para
un segundo mandato como comandante en jefe así como jefe de la economía
más grande del mundo. Al final, el exgobernador Mitt Romney no logró
convencer al suficiente número de estadounidenses necesarios de que él
sería un mejor administrador de la economía – la preocupación más
importante del electorado, según las encuestas.
No obstante, el presidente Barack Obama
se verá obligado a moderar sus posturas si quiere tener alguna esperanza
de poder trabajar con la Cámara de Representantes que, según todos los
pronósticos, continuará liderada por los republicanos. Y dada la larga
lista de asuntos pendientes, incluyendo qué hacer con el embargo
automático y una pendiente subida de impuestos, el presidente no podrá
ignorar el hecho de que el electorado siguió votando para mantener un
Poder Legislativo dividido, con el Senado en manos demócratas y la
Cámara en manos republicanas.
A corto y a largo plazo, el presidente Obama y el Congreso tiene una
larga lista de tareas, especialmente centrada en cómo hacer crecer la
economía y reducir la deuda nacional que está poniendo en peligro la
prosperidad económica del país más próspero del mundo.
Para encaminar al país por el camino correcto, el Congreso y el
presidente deberían empezar extendiendo todos los recortes tributarios
que caducarán a principios de 2013, si el Congreso no hace algo. El
presidente Obama debería tener presente su muy sabia apreciación, que no
supo aplicar, de que lo peor que uno puede hacer en medio de una
recensión económica es subir los impuestos.
Lo segundo que debería suceder es prevenir el recorte automático de
492,000 millones del presupuesto del Departamento de Defensa entre 2013 y
2021. Ese acuerdo fue un error desde el principio porque la obligación
más importante del gobierno federal es proveer la seguridad nacional y
es algo terriblemente equivocado tener que reducir nuestro ejército
cuando sabemos que existen un sinnúmero de amenazas al territorio
nacional.
Por último, la Casa Blanca debería reconocer que el sinnúmero de
reglamentos de la Agencia de Protección del medio ambiente (EPA) está
retrasando la creación de empleo en la industria energética. La Casa
Blanca, al igual que el Congreso, debería saber que no podemos seguirnos
dándonos el lujo en demorar la posibilidad de nuevos empleos cuando el
desempleo nacional continúa estancado en el 8%.
El camino para crear empleos y reducir la deuda nacional no será
fácil, pero se puede lograr si la Casa Blanca y el Congreso basan sus
políticas en más libertad, menos gobierno y más responsabilidad
individual. Pero difícilmente veremos eso en la segunda administración
Obama. La lucha por la libertad sigue adelante y los republicanos
tendrán que aprender a articular sus propuestas mucho mejor para que
lleguen al pueblo.
Hoy felicitamos al presidente Obama por su nueva victoria. Pero al
ver los votos del pueblo americano, este país se ha convertido en los
Estados Divididos de América. Queda mucha tarea por delante. Y empezamos
hoy.
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