América Latina: más clase media, menos pobre
El Banco Mundial informó que, tras tres décadas de
estancamiento, la población de clase media en América Latina aumentó 50%
con una disminución notable del porcentaje de pobres en la región.
En el principal informe sobre América Latina y
el Caribe, presentado este martes en Washington, el banco señala que,
durante el periodo medido, los ingresos de los hogares crecieron mientas
la desigualdad tendió a disminuir en la mayoría de los países.
Aunque estableció que los
porcentajes de población de clase media y de pobres en la region están
igualados, los autores del studio advierten que la desigualdad económica
continúa siendo inaceptable.
Cruzando el límite de clases
La extraordinaria movilidad económica y
crecimiento de la clase media durante la década pasada se debió a la
coincidencia de dos factores, explicó a BBC Mundo Francisco Ferreira,
principal autor del informe.
Primero, hubo un crecimiento económico más
sustentado que, a pesar de la crisis global de 2008 y 2009, llegó a un
promedio de 2,2% per cápita para la region.
El otro factor fue una reducción “inédita” de la
desigualdad económica en la mayoría de los países que hizo que la
población de clase media pasara de 100 millones a 150 millones.
“Nunca habíamos visto una caída en disparidad de
esta magnitud para tantos países”, reveló a BBC Mundo Francisco
Ferreira, principal autor del informe.
El funcionario explicó que la definición del
banco para la clase media es el ingreso per cápita diario de entre US$10
y US$50, basado en los límites de extrema pobreza que se establecen
entre el US$1 y US$1,25 al día.
Los pobres en América Latina son los que apenas
alcanzan entre US$4 y US$4,5 diarios pero hay una clase intermedia que
oscila entre este límite y los US$10 que determinan los “vulnerables”.
“En estos últimos diez años un 40% de la
población latinoamericana experimentó una movilidad social hacia arriba,
cruzando algún límite de clase, desde la pobreza hacia la clase
vulnerable y de la vulnerable a la clase media”, explicó Ferreira.
Educación y mujeres
La participación femenina en la fuerza laboral ha sido un motor de la movilidad.
Aunque la bonanza por el precio de las materias
primas exportadas fue favorable y benefició particularmente el campo, la
investigación del Banco Mundial determinó que la movilidad sucedió
entre aquella población con más educación secundaria y terciaria en
zonas urbanas.
También se destaca la participación femenina en
la fuerza de trabajo como un motor de la movilidad económica y social.
La fecundidad también se ha reducido notablemente permitiendo a las
mujeres continuar dentro de la fuerza laboral y generar ingresos.
Esta prosperidad se refleja en un mayor consumo
de bienes durables pero también en la habilidad de poder dedicar más
tiempo al estudio porque mayores ingresos retiran la presión de tener
que estar buscando las necesidades básicas.
El crecimiento de la clase media sucedió en la
mayoría de los países de la región, en los que el informe destaca a
Chile, Brasil, Venezuela y Paraguay.
De la misma manera mira con preocupación a
países como Haití -que presenta reconocidos problemas de gobernabilidad y
los continuos efectos del terremoto en 2010- así como algunas naciones
en Centro América como Guatemala y Nicaragua que no crecieron ni en
movilidad ni ingresos.
A pesar de lo que puede ser un informe muy
positivo para América Latina y el Caribe, Francisco Ferreira advierte
que la disparidad sigue siendo un problema muy grave con niveles
inaceptables de desigualdad en ingresos y oportunidades.
Esquizofrenia
Los niveles de desigualdad en la región son todavía inaceptables, según el Banco Mundial.
"El informe nos produce una sensación
esquizofrénica", reconoció el alto funcionario. "Por un lado queremos
celebrar y por otro continuar llorando porque somo el continente más
desigual, salvo algunos países en el sur de África".
Resaltó la desigualdad de oportunidades para la
niñez con especial atención en la transmisión intergeneracional de esta
condición.
Hay una correlación muy fuerte entre el estatus
socioeconómico de los padres y las perspectivas de desempeño de los
hijos tanto en educación como en el mercado laboral.
Aunque ha habido mejoras en este aspecto, la
baja movilidad y nivel de desigualdad de oportunidades continúan siendo
insatisfactorio.
Muchas de las medidas que se están tomando para
corregir la situación tiene que ver con medidas de desarrollo infantil
temprano y la educación.
La primera se basa en estudios de neurociencia
que indican que lo que pasa en el cerebro humano en la etapa infantil es
determinante.
Los programas públicos establecidos para la
familias pobres deben empezar mucho antes del primer grado -como antes
estaba establecido- pues, para entonces, la brecha cognitiva es muy
grande en comparación con los menores más pudientes.
"Es fundamental que los niños de las familias
más pobres logren ingresar a la escuela en condiciones parejas y que
sean más capaces de participar y beneficiarse de la educación", expresó
Ferreira.
Añadió que es menester mejorar la calidad de los
maestros en la región pues estos también tienen un impacto importante
en el desempeño de los estudiantes.
En ese sentido, manifestó que varios
experimentos se están realizando en varios países, particularmente
Ecuador, sobre la calidad de los maestros que ha tenido resultados
importantes.
Lecciones
No obstante, las perspectivas para América
Latina y el Caribe son positivas, sobre todo si se tiene en cuenta que
los países industrializados están registrando una caída en las
condiciones de vida de la clase media y una reducción en sus números.
En algunos casos gobiernos de grandes ciudades
han seguido el ejemplo de medidas inciadas en América Latina para
mejorar la perspectiva de sus cuidadanos menos privilegiados. "Cuando el
alcalde Bloomberg de Nueva York lanzó un programa que es básicamente
una copia del programa Oportunidades de México dijo que llegó la hora de
aprender lo que se está haciendo en otros países", comentó Francisco
Ferreira.
Añadió que Estados Unidos y otros países
industrializados pueden aprender que sí es posible reducir la
desigualdad sin afectar negativamente el crecimiento y que ese
crecimiento con equidad es lo que fortalece la clase media.
La lección, para el economista del Banco
Mundial, es que solo porque se tiene una clase media en crecimiento no
se puede descuidar a los pobres. Y tampoco América Latina.
"Estamos mucho mejor que antes pero decimos muy
claramente, la sociedad latinoamericana no es todavía una sociedad de
clase media. Son países de renta media que van en la dirección a llegar a
ser sociedades de clase media", concluyó Ferreira.
- 23 de enero, 2009
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