Israel, Gaza y los enemigos de la libertad
Muchos
aseguran que la libertad se muere en el mundo y, con ella, el progreso humano.
Pero todas las estadísticas muestran que, por el contrario, se expande de modo
inexorable. Es que la naturaleza es imparable. Sí es verdad que no avanza de
manera "revolucionaria", y nunca lo hará, porque el cosmos solo
evoluciona por lenta maduración.
La
libertad implica el progreso porque supone ausencia de violencia que,
absolutamente siempre y necesariamente, destruye ya que, como la definía Aristóteles,
pretende desviar a las cosas de su desarrollo natural. Precisamente la
violencia se ejerce para evitar el desarrollo espontáneo de los
acontecimientos, el progreso del cosmos, de la naturaleza.
Así,
no ha habido en la historia humana una sola guerra cuyo resultado haya sido
positivo. Por caso, la II Guerra Mundial que sirvió para consolidar el imperio
nuclear quizás más poderoso y maligno de la historia, la URSS- provocó más de
60 millones de muertos y una enorme destrucción material, mucho más que lo que
hubiera logrado el tirano Hitler antes de caer, como cayó la "cortina de
hierro" y el imperio del mal que contenía, en paz y por su propio peso. Es
que el mal siempre termina autodestruyéndose. La guerra de Vietnam fue otra
idiotez: hoy los comunistas que la ganaron toman Coca Cola y Pizza Hut.
Otro
caso emblemático de coacción política (vía monopolio de la violencia estatal)
es el bloqueo a Cuba que, obviamente, consolidó a los Castro ayudándolos a cerrar
aun más su isla cárcel. Es que el mercado es, precisamente, (y esta es la única
diferencia con el estatismo) el relacionamiento pacífico y voluntario entre las
personas. Entiéndase bien, la paz es de la esencia del mercado y no algo que lo
ayuda circunstancialmente. Así se interrelacionan las personas que de esta
manera, resolviendo sus "conflictos" por la vía de los precios que
son mediadores entre los distintos intereses de las personas, se van creando
lazos profesionales, de amistad y familia que superan las distancias,
fronteras, razas, culturas y costumbres.
Entonces,
quienes dicen apoyar al mercado libre pero a la vez apoyan alguna guerra son
los más dañinos enemigos de la libertad, porque introducen subrepticiamente el virus
estatista y venden la falsa idea de que "el capitalismo" es un
ejército fuerte, que defenderá a los ricos y poderosos a cualquier costo de
sangre pobre, ya que la violencia implica un aumento del gasto estatal -en
burocracia, armas y personal militar- que empobrece a la sociedad y suele
favorecer a los ricos, bien enquistados en el poder.
El
bloqueo a Gaza no es menos inmoral (la moral es la adecuación del hombre al
desarrollo natural del cosmos). El gobierno israelí impide el libre comercio de
la zona bloqueada, irritando y empobreciendo a las personas, engendrando
marginados dispuestos a ser terroristas por un puñado de monedas. A lo que las
autoridades de Israel responden con más violencia, provocando aún más sed de
venganza armando una bola de nieve cada vez más destructiva.
Así,
desde hace décadas, Medio Oriente no encuentra la solución que pasa por ampliar
el mercado (evitar el estatismo, la imposición coactiva, violenta, contra
cualquier intento de relacionamiento pacífico de las personas) para lo que es
imprescindible empezar por desenmascarar a los falsos "defensores"
del mercado que argumentan que esto no es posible.
El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute, de Oakland, California.
- 23 de julio, 2015
- 4 de septiembre, 2015
- 5 de noviembre, 2015
- 15 de abril, 2019
Artículo de blog relacionados
- 29 de agosto, 2008
Editorial – ABC EL caudillo venezolano está definitivamente perdido y desesperado. Con tantos...
13 de septiembre, 2008El Nuevo Herald Si el primer viaje al exterior del presidente electo mexicano...
20 de septiembre, 2012Algo extraño sucedió en el camino hacia las urnas: los estadounidenses descubrieron que...
1 de diciembre, 2010