Los atentados contra Fidel Castro
La revolución cubana ha manejado con éxito la
fabricación de mitos y leyendas. Las dos más destacadas han sido
convertir a un psicópata como el Che Guevara en héroe romántico, y la
segunda, crear la patraña, de hacer ver a Fidel Castro como a un ser
sobrenatural vencedor hasta de la propia muerte.
Es curioso como un
grupo conocido internacionalmente como Récords Guinness haya declarado
que la persona a la que más veces han intentado asesinar en el mundo es
Fidel Castro, según ellos 638 veces.
En mi criterio el número de
atentados contra Castro, los reales, no pasan de los diez dedos de mis
manos y sobran dedos. Y es que en este conteo, al parecer, Guinness no
ha tenido en cuenta la diferencia que existe entre La realidad y el
deseo, un libro extraordinario del poeta español Luis Cernuda.
Dos
atentados auténticos, de raza, fueron el de Antonio Veciana y Bernardo
Paradela, y el de Rolando Cubela. Y es que conocí a Bernardo y a Rolando
muy de cerca y sé de lo que eran capaces en minutos cruciales de
peligro. Por cierto, sobre Cubela, alguien que no lo ha visto ni en
fotografía, no tiene su historial de lucha por la libertad ni su valor
personal, en un triste libro lo ha acusado recientemente de ser un
agente del gobierno de Cuba. Y es que hay gente que por oscuros
designios disfruta haciendo leña del árbol caído. Rolando ha cometido
errores, pero no hay un solo protagonista de la historia de Cuba en este
último medio siglo que no haya tenido su minuto de desacierto.
Este
asunto de los atentados viene a cuento porque la semana pasada Antonio
Veciana, con quien conversamos a ratos, me llamó para entregarme su
libro inédito Mi vida oculta, pues quería saber qué opinaba sobre él.
Me
lo leí de golpe, es apasionante, y entendí por qué es conveniente que
la historia la escriban los vencedores. A los vencidos nos cuesta
trabajo tener una verdadera perspectiva de los hechos porque somos
víctimas de nuestros propios fantasmas.
He pensado en escribir
sobre la lucha pero tengo poco que decir. Porque es increíble cómo
episodios que recuerdo con exactitud algunos compañeros los evocan de un
modo diferente. Y si escribo ciertos episodios de la clandestinidad
seguramente me fallaría la memoria y atraería la carne a mi brasero,
como en la novela japonesa Rashomon, donde un mismo crimen se contempla desde puntos de vista radicalmente diferentes.
El cine copia la vida real. El libro de Veciana me recordó dos películas: la primera, Rebeca,
de Alfred Hitchcock, cuyo personaje principal me recuerda al enlace de
Veciana con la CIA, el misterioso e inasible agente David A. Phillips,
alias Maurice Bishop. La segunda filmación es más reciente, La identidad de Bourne,
interpretada por Matt Damon, que recrea la historia de un agente
especial que después de realizar un atentado fallido ordenado por la
CIA, fuerzas tenebrosas de esta organización lo persiguen
incansablemente para eliminarlo físicamente, o en el caso de Veciana,
moralmente.
El libro centra sus recreaciones, las más discutibles,
en la invasión de Bahía de Cochinos, el asesinato de John F. Kennedy,
la voladura del avión de Cubana en Barbados con una cantidad de datos
tan abrumadora de fechas, nombres, lugares y circunstancias, que podrían
impresionar a los no iniciados.
Su Decálogo sobre el perfecto conspirador tiene recomendaciones rigurosamente ciertas y profesionales. Si te interesa conspirar, léelos.
Y
prosigue su saga recreando los atentados que ha hecho en su contra el
gobierno de Cuba y sus conspiraciones –según él siguiendo órdenes de la
CIA– en Puerto Rico, Venezuela, Bolivia y otros países de América
Latina, particularmente en Chile, donde coordina un segundo atentado
contra el dictador de Cuba.
Discrepo de Tony cuando culpa fuera de
toda duda razonable a la CIA del asesinato de John F. Kennedy, aunque
páginas sobre este hecho siguen en blanco. Y acumula datos sobre que
Posada Carriles voló el avión de Cubana en Barbados, mientras defiende
la tesis de que Fidel Castro no tuvo nada que ver con el magnicidio de
Dallas ni con el crimen de Barbados. Me paso con fichas, la bestia de
Birán pudo haber tenido que ver con absolutamente todo porque perro
huevero aunque le quemen el hocico.
Inaudito su encuentro en el
club alemán de Bolivia con un connotado miembro del Partido Nazi, donde
el miembro de la Gestapo le confiesa que asesinó al héroe de la
Resistencia francesa Jean Moulin.
De acuerdo o en desacuerdo con sus tesis y sus andanzas, estoy convencido que si se publica el libro Mi vida oculta, de Antonio Veciana, será el más polémico en la historia de los 53 años de exilio cubano.
- 23 de enero, 2009
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- 24 de diciembre, 2024
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