Lo que los corresponsales no cubren en Cuba
Lo más importante para los periodistas que viajan a Cuba hoy
día es escribir sobre los tres años que el contratista estadounidense
Allan Gross ha estado en la cárcel por tratar de llevar equipos de
internet a la pequeña comunidad judía que vive en la isla. La prensa
siempre le hace seguimiento a las noticias importantes.
A
la vez, los mismos periodistas hacen múltiples historias sobre el
embargo e ignoran al movimiento disidente en la isla. Cualquiera dijera
que no cubrir a los disidentes es el precio que pagan los periodistas
por conseguir una visa para ir a Cuba.
Busqué
en el internet y encontré muchos reportajes sobre el incipiente
capitalismo en Cuba. Tal parece que si los Estados Unidos levantara el
embargo unilateralmente, canjeara a Gross por cinco espías cubanos en
Estados Unidos las relaciones entre los dos países entrarían en plena
luna de miel.
Lo más interesante es que
solamente un medio de prensa extranjero ha ido a Cuba recientemente para
hacer un reportaje sobre los disidentes. En este caso fue un documental
hecho por Al Jazeera, quien mandó a un corresponsal con una cámara
oculta para hacer un documental sobre las Damas de Blanco. Ellas son las
mujeres que después de ir a misa los domingos salen a caminar
pacíficamente cerca de las Iglesias donde celebran misa para reclamar
por la libertad de los presos políticos.
El
documental y reportaje de Al Jazeera son magníficos. Detallan los abusos
y atropellos a las que son sometidas por la Seguridad del Estado y
turbas organizadas por el gobierno.
Creo que
como hace muchos años los permisos a periodistas para ir a Cuba están
sujetos a las mismas reglas que los Castro les imponen a los
diplomáticos en la isla. A ellos los presionan para que no tengan
contacto con los disidentes. Por ende, ahora hay que escribir del
intercambio de Gross por los espías, de levantar el embargo y conseguir
que los estadounidenses permitan el financiamiento del capitalismo
incipiente que hoy Cuba permite. Si Estados Unidos hace lo que Raúl
Castro pide todo en Cuba mejorara por arte de magia.
Eso
es lo que hacían hace años. Y como Al Jazeera decidió que necesitaba
mandar a un corresponsal clandestino, me imagino que las reglas para los
corresponsales extranjeros que reciben visas para ir a Cuba no han
cambiado. Para hablar con disidentes y escribir de la falta de derechos
humanos en Cuba hay que hacerlo a escondidas.
Los
corresponsales americanos que van ignoran que ya Cuba ha jugado con el
capitalismo sólo para meses después encarcelar a los que tuvieron más
éxito. "Esta vez la cosa es distinta", me dijo uno de estos
corresponsales en un intercambio por Twitter. Es posible que tenga razón
pero debía recordarles a los lectores de los mercados campesinos de
1979. En aquel instante el experimento duró poco. Tampoco mencionan
todos los negocios de empresas extranjeras que han invertido en Cuba
bajo reglas del régimen que después han sido confiscados.
Tampoco
escriben que Cuba puede comprar alimentos y medicinas en Estados
Unidos. Lo único que tienen que hacer es pagar en efectivo por ellos. No
es mucho pedir en vista de los miles de millones que Cuba debe a
decenas de países que han dado crédito a la isla. En el caso americano,
si una empresa de este país le diera crédito a Cuba y el gobierno de los
Castro no pagara, instituciones del gobierno estadounidense pagarían la
deuda con dinero de los contribuyentes.
La
administración del presidente Obama ha suavizado las reglas para que los
cubanos americanos puedan viajar a Cuba con mayor frecuencia a ver a
sus familiares y ha aumentado el monto de las remesas que se les puede
mandar. Además ha permitido el intercambio cultural entre entidades y
funcionarios de ambos países.
Por ultimo hay
que entender que los cubanos tienen un trato preferencial para venir a
Estados Unidos con una lotería de 20,000 visas al año. Además existe la
ley del pie-seco y pie-mojado, los que cruzan la frontera por México,
los reclamados por sus familiares, y los que vienen de visita y se
quedan. De Cuba emigran a los Estados Unidos 38,000 personas al año.
Eso
no es suficiente. Cuba quiere que Estados Unidos haga más y que lo haga
en forma unilateral, sin inmiscuirse en cosas como los derechos
humanos, la democracia, y la libertad de expresión en Cuba. Y los
corresponsales que viajan a Cuba están de acuerdo si Estados Unidos
cediera todo en Cuba sería más fácil.
Lo único que pido es que no estén equivocados.
- 23 de julio, 2015
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