Maduro, el elegido del caudillo
La enfermedad del presidente Hugo Chávez ha sido
tratada como un secreto de estado. Se sabe que tiene cáncer, que ha sido
operado y sometido a diversos tratamientos, pero oficialmente nunca se
ha dicho el tumor que padece, su extensión y probabilidades de
sobrevivencia del mandatario.
Las especulaciones sobre el tipo de
tumor y hasta de quién podría sustituirle a la cabeza del proyecto que
el mandatario personifica, ya fuese por designación o por haber
sobrevivido a la esperada guerra de las salamandras entre sus delfines,
ocupó grandes espacios en los medios informativos, en tertulias y en
círculos políticos nacionales e internacionales.
Por otra parte no
se puede pasar por alto que los que gobiernan en La Habana y La Paz,
pasando por Managua y Quito, dependen en alguna medida del chavismo,
porque el proyecto de Hugo Chávez es transnacional y para promoverlo, ha
usado los grandes recursos de sus país influenciando y conquistando una
clientela política que apoye la visión mesiánica que tiene de sí mismo.
Chávez
se ve como un salvador y en realidad lo fue para todos aquellos que
como él creen en una nueva forma de dictadura. Fue el salvador de los
que apoyan el despotismo electoral y establecen dictaduras
institucionales, llámense Socialismo del Siglo XXI o neocomunismo.
Pero
la incertidumbre que se generó al conocerse su enfermedad, al menos en
su primera fase, llegó al final cuando Chávez al partir para la capital
cubana les pidió a sus partidarios que votaran por el canciller y
vicepresidente designado Nicolás Maduro, en caso de que él no pudiera
asumir una vez más los destinos de la nación.
¿Pero quién es
Nicolás Maduro? Ministro de Relaciones Exteriores, 2006, y
vicepresidente del Consejo de Ministros a partir del 2010. Era militante
de la Liga Socialista y dirigente del sindicato del Metro de Caracas
cuando la intentona golpista de Hugo Chávez en 1992.
Maduro
respaldó el golpe y se sumó a las fuerzas políticas que se organizaron
para apoyar al futuro presidente. Fue diputado a la Asamblea Nacional
por dos periodos y electo presidente de la legislatura, 2006, hasta que
pasó a ocupar la dirección de la cancillería.
El canciller ha sido
extremadamente leal a Chávez y lo interpreta a cabalidad, lo que ha
hecho posible que sea el funcionario que más tiempo ha ocupado una
posición tan importante e influyente en un gobierno que se caracteriza
por una política exterior particularmente activa, en la que el
Presidente ha puesto su mayor interés.
Para sus críticos Maduro es
un hábil operador político, un excelente agitador y un patán que no
duda en recurrir al lenguaje más vulgar y violento cuando le apetece.
También afirman que el ministro tiene excelente relaciones con la
jerarquía del gobierno cubano y en consecuencia con sus funcionarios
destacados en Venezuela, incluidos militares, agentes de inteligencia y
seguridad, por lo que según algunos es el candidato de los Castro.
El
designado está casado con la Procuradora General de la Nación, Cilia
Flores, una chavista medular, quien lo sustituyó por varios años en la
presidencia de la Asamblea Nacional.
Esta petición del mandatario
cierra al menos la gran interrogante de quién es el favorito del
Caudillo, pero conduce a todos y cada uno de los que se creían
herederos, a buscar posiciones, fortalecer alianzas y pertrecharse para
cualquier tipo de confrontación.
Cierto que ante la propuesta no
hubo protestas y sí muchas promesas de acatar su voluntad, pero la
situación para el chavismo es muy difícil, ya que desde hace tiempo se
aprecian rivalidades entre dirigentes del oficialismo, y si estas no se
han salido del cauce es porque el común denominador de todos estos
depredadores es Hugo Chávez, el único que en realidad cuenta con una
base de apoyo popular que ha permitido que su voluntarismo haya estado
destruyendo el país sistemáticamente por catorce años.
Si la
petición del mandatario será acogida por sus seguidores es otra
interrogante. El chavismo no es una fuerza política monolítica y la base
popular que le apoya está identificada con el Caudillo y no con sus
asociados.
Otro factor a tener en cuenta que hasta el momento se
ha plegado, según unos, por completo a Hugo Chávez, según otros a la
Constitución, son las Fuerzas Armadas.
Las Fuerzas Armadas tienen
un protagonismo propio en la vida pública venezolana. Cierto que se
afirma que el dirigente chavista Diosdado Cabello tiene gran influencia
sobre el mundo castrense pero habría que ver si esa influencia va más
allá de la presencia de Hugo Chávez.
No obstante, Cabello es un
hombre a tener en cuenta porque en su condición de presidente de la
Asamblea Nacional podría ocupar la primera magistratura si a Chávez no
le fuera posible gobernar, situación que podría generar situaciones muy
complejas y difíciles para toda la nación.
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