Argentina – Esperando que la oposición le diga al gobierno: Game Over
Días pasados veía por televisión a un opositor al gobierno, de un
partido de izquierda, afirmar que ellos estaban de acuerdo con la ley de
medios pero que el gobierno la estaba usando con la idea de silenciar
otras voces. También ese mismo opositor y de otros partidos suelen
utilizar el mismo argumento para diferentes temas. Estamos de acuerdo
con la ley de medio pero…, estamos de acuerdo con la Asignación
Universal por Hijos pero…, estamos de acuerdo con confiscación de los
ahorros que la gente tenía en las AFJP pero… y el listado puede seguir.
Es más, la mayoría de los opositores hablan de los problemas de
inflación, pero no dicen cómo la solucionarían, de la misma forma que
tampoco explican qué harán con el tema impositivo que se ha transformado
en una carga agobiante para los contribuyentes, ni con el gasto público
e infinidad de otros temas.
¿Cuál es el mensaje que envía buena parte de la oposición? El mensaje
es, en lo económico vamos a hacer algo parecido al kirchnirsmo pero con
la diferencia que nosotros somos buenos y ellos son malos porque buscan
el beneficio político personal, algo que es cierto. Lo mismo con la ley
de medios, no cuestionan el fondo de la ley, sino el abuso que hace de
ella el gobierno. En definitiva, en mi opinión, buena parte de la
oposición cae casi en el mismo tipo de argumentación que el oficialismo,
al fundar sus propuestas en la honestidad de las personas en vez de
proponer reglas de juego totalmente diferentes a las que imperan hoy en
día.
Se podrá argumentar que una estrategia de comunicación como la que
propongo no es buena para una campaña política. Es posible, pero debe
admitirse que la estrategia de comunicación que usaron en las últimas
elecciones tampoco fue tan exitosa a juzgar por los resultados que
obtuvieron. Y no fue exitosa porque no lograron diferenciarse claramente
del oficialismo. Limitarse a decir: si me votan yo voy a ser más
honesto que el oficialismo, algo que es probable que así sea, sobre todo
en el respeto a los fallos de la justicia, no apretar a los jueces o
dejar de atacar a los medios de comunicación pero, a mi entender, no
alcanza con decir yo soy más republicano que el gobierno. Me parece que
la oposición no logra invitar a soñar al electorado con un país
diferente, en el que además de ofrecer más republicanismo y frenar esta
locura autoritaria, le proponga a la gente un futuro de prosperidad.
No soy experto en campañas electores, aunque los expertos que
asesoran a la oposición tampoco parecen serlo por lo que estamos viendo,
y no sea recomendable decir en detalle todo lo que uno va a hacer si
llega al poder, pero sí marcar un rumbo de esperanza de que el país
puede ser mucho mejor para todos si se aplicaran ciertas políticas
básicas como disciplina monetaria, fiscal y respeto por los derechos de
propiedad.
Las encuestas serias marcan que la caída de imagen de Cristina
Fernández de Kirchner no es capitalizada por los candidatos opositores.
No es que la gente dice: este gobierno no me gusta, prefiero este otro
candidato porque su propuesta es atractiva. Solo dice, este gobierno no
me gusta, pero no veo en la oposición a alguien que me haga soñar. Que
me entusiasme. Que me encandile con sus ideas.
Cuando todavía faltaba bastante tiempo para las elecciones del 2011,
los candidatos opositores decían que ya iba a haber tiempo para juntarse
y armar un frente común. La realidad es que cada uno terminó yendo por
su lado, aun teniendo ideas similares, y les fue horrible. Hoy parecen
estar en la misma situación. Me canso de leer la información política
que sale en los medios, y lo único que uno encuentra es que unos hablan
con otros, que uno espera a ver qué hace el otro, como si el tiempo
sobrara, y mientras tanto el oficialismo sigue avanzando en la
destrucción de la democracia republicana porque no hay una oposición
fuerte que canalice el descontento en amplios sectores de la población
por la situación económica, el atropello institucional y la soberbia del
discurso descalificador desde el atril y de lenguaraces voceros
presidenciales.
Es probable que el oficialismo encuentre un límite en las elecciones
legislativas del año que viene y aborte difinitvamente el proyecto re
re, pero posiblemente no sea tanto por mérito de la oposición sino por
mala praxis del oficialismo. Pero eso, a mi entender no alcanzaría.
Aclaro, no estoy pidiendo que escriban un tratado de economía para
difundir, solo diferenciarse del oficialismo con algunos temas básicos
como volver a la estabilidad de precios, la creación de puestos de
trabajo, terminar con la inseguridad y un ambiente sin histeria,
agresiones, descalificaciones y violencia verbal.
Me parece que el país está atravesando una situación institucional y
económica muy delicada como para que la oposición no busque de inmediato
un discurso claramente diferenciador y superador del oficialismo que
canalice el descontento creciente de la población, y siga dedicándose a
especular sobre cuál es el momento más oportuno para salir al ruedo. No
vaya a ser cosa que, al igual que en el 2011, crean que tienen todo el
tiempo del mundo para organizarse y terminen todos desperdigados. El
país y la gente demandan una actitud más decidida y categórica de la
oposición, porque lo que está en juego son las más elementales
libertades individuales de un gobierno que, aún debilitado, utiliza todo
el poder del Estado para seguir destruyendo la república.
Es hora que la oposición, deje de especular con los tiempos
políticos, arme un mínimo de acuerdo de respeto institucional y
propuesta de salir de esta decadencia económica y le diga al
oficialismo: Game Over
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