Por qué Argentina cobra impuestos como un país rico
Un trabajador en América Latina paga en promedio un
quinto de sus ingresos al fisco para estar en regla. Pero en Argentina,
el Estado se queda con un tercio de las ganancias de un asalariado.
Según la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (Cepal) Argentina es el país de América Latina con mayor
presión tributaria, una cifra que se mide comparando los ingresos
fiscales con el Producto Interno Bruto (PIB) de un país.
En un informe publicado en conjunto
con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), los organismos revelaron que la presión fiscal de Argentina lo
pone a la par de las naciones más desarrolladas del mundo.
Mientras que los 34 países más ricos del planeta
(miembros de la OCDE) tuvieron en 2010 una presión tributaria en
promedio del 33,8%, en Argentina la cifra fue del 33,5%.
Desde entonces, los impuestos han ido en
aumento. El Fondo Monetario Internacional (FMI), estima que en 2012 los
ingresos fiscales representarán el 38% del PIB argentino.
La cifra supera la presión fiscal calculada este
año para el promedio de los países del G-7 (36,2%) y del G-20 (35,7%).
También es más alta que la proyección para Estados Unidos (32%), el
Reino Unido (37,2%), España (35,7%), Japón (31,1%) y Australia (33,6%),
entre otros.
Para algunos esto es una buena noticia. "Como un
desarrollado", festejó el diario Página 12, de tendencia oficialista,
la noticia del informe de la Cepal y la OCDE.
Sin embargo, otros sostienen que los altos
impuestos están ahogando a los argentinos y no se reflejan en mejoras en
los servicios que brinda el Estado.
"Argentina recauda como un país desarrollado
pero tiene servicios públicos de país subdesarrollado", resumió el
economista Jorge Colina, del Instituto para el Desarrollo Social
Argentino (Idesa).
Cuestión de tiempo
Según Colina, la mayoría de los argentinos de
clase media y alta contratan servicios privados de salud, educación,
transporte y seguridad, debido a la mala calidad de los servicios
públicos.
"Un argentino que trabaja en blanco (de manera
formal) debe destinar casi cuatro meses de su salario a impuestos
nacionales, provinciales y municipales. Pero a diferencia de lo que
ocurre en los países desarrollados ese dinero no vuelve a la ciudadanía
en la forma de servicios públicos", dijo a BBC Mundo.
Según las cifras oficiales el 35% de los empleados trabaja de manera informal.
Alfredo Zaiat, un economista que escribe para
Página 12, coincide en que los servicios públicos en Argentina son
deficientes. Pero sostiene que es necesario mantener los actuales
niveles impositivos para mejorarlos.
"La presión impositiva recién empezó a ser alta
en Argentina en los últimos años. Los países desarrollados mantienen una
presión impositiva elevada por décadas. A partir de ahí es donde hay un
financiamiento constante del Estado para que pueda dar los servicios
básicos y esenciales a la población", afirmó.
El informe de la Cepal y la OCDE muestra el
desarrollo que tuvo la presión tributaria argentina en las últimas dos
décadas. Entre 1990 y 2002 se mantuvo por debajo del 22%.
El crecimiento empezó a evidenciarse con la
llegada al poder de Néstor Kirchner (2003-2007), cuando la presión subió
del 23,4% al 27,4%. Pero las alzas más fuertes llegaron bajo el
gobierno actual de Cristina Fernández de Kirchner: desde 2008 la presión
se mantiene por encima del 30%.
Zaiat dijo a BBC Mundo que el gobierno ha usado
la recaudación fiscal para "mejorar sustancialmente la infraestructura,
por ejemplo en la expansión de la red de saneamiento y agua potable, y
en la ampliación de la cobertura previsional, que es de las más altas de
la región".
Sin embargo, los críticos del gobierno apuntan
al mal estado de los servicios de transporte, en especial los trenes, y
del servicio energético, que sufre constantes interrupciones.
Además, cuestionan el nivel del sistema
educativo argentino y el hecho de que el país esté peor posicionado en
las evaluaciones internacionales que otras naciones con impuestos más
bajos como Chile, que tiene una presión tributaria del 22%.
¿Progresivos o regresivos?
Más allá de la cantidad de impuestos y sus usos, también genera controversia el tipo de tributos que hay en Argentina.
Mientras que los países desarrollados recaudan
el grueso de sus ingresos a través de impuestos a las ganancias y a la
propiedad –considerados progresivos- en Argentina la mayoría de los
tributos gravan el proceso productivo.
Quienes ganan sueldos promedio (unos US$1250) deben pagar el impuesto a las ganancias.
Según Idesa, el mayor aporte al erario argentino
lo hace el impuesto sobre el valor agregado (IVA), que representa un
24% de lo recaudado. Esa tasa, que en Argentina es del 21%, es un
impuesto sobre el consumo que pagan tanto ricos como pobres.
Otro 20% se recauda a través de los impuestos al
salario: por cada empleado en blanco las empresas pagan cerca del 50%
del sueldo en cargas sociales.
Varios dueños de pequeñas y medianas empresas
(Pymes), que prefirieron no dar su nombre, dijeron a BBC Mundo que las
altas cargas sociales los llevaron a contratar a empleados en negro (de
manera informal) para poder subsistir económicamente.
En efecto, las cifras oficiales estiman que en Argentina uno de cada tres trabajadores se emplea de manera informal.
También es muy común que parte del salario sea
"no remunerativo", es decir, que no pague impuestos. Incluso las fuerzas
de seguridad y funcionarios como la propia presidenta cobran parte de
su salario con estos beneficios.
Según Colina, en la práctica esto significa que
la alta presión tributaria recae sobre una porción minoritaria de la
población, en especial los que trabajan en relación de dependencia.
El experto dijo a BBC Mundo que la recaudación
se mantiene alta, a pesar de los efectos sobre los trabajadores, para
costear el ascendente gasto público, que aumentó del 31% al 43% del PIB
entre 2006 y 2012, y se mantiene cinco puntos por encima de los
ingresos.
Presión sindical
El principal líder sindicalista del país, Hugo Moyano, cree que los trabajadores argentinos sufren un abuso por parte del fisco.
El líder sindical Hugo Moyano amenazó con nuevos paros si no se reducen los impuestos a los trabajadores.
Moyano, titular de una de las franjas de la
Confederación General del Trabajo (CGT), convocó a una marcha este
miércoles en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada (la sede
presidencial), para exigir junto con otros sindicatos que el gobierno
baje los impuestos.
En noviembre pasado los gremios opositores organizaron una huelga nacional que paralizó a Buenos Aires.
El principal reclamo de los gremialistas es que
las autoridades aumenten el piso a partir del cual los empleados
empiezan a pagar el impuesto a las ganancias.
Históricamente ese gravamen lo pagaban solamente
los trabajadores con ingresos más altos. Por ejemplo, hace diez años
afectaba a aquellos que percibían cuatro veces el salario promedio.
Pero los aumentos salariales concedidos en los
últimos años para nivelar los ingresos con la inflación –considerada por
la mayoría de los analistas privados en cerca del 25% anual, una de las
más altas del mundo- llevó a que ahora todo aquel que gana un sueldo
promedio ya tenga que pagar el impuesto a las ganancias.
Los sindicatos amenazaron con extender sus protestas en 2013 si el gobierno no reduce estos impuestos.
Por su parte, los principales bloques opositores
en el Congreso también exigieron a la presidenta que convoque a
sesiones extraordinarias del Parlamento para reformar el impuesto a las
ganancias, un pedido que fue desestimado por la jefa de Estado.
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