Abel Viglione: el lujo de haberlo conocido
Haber conocido a Abel Viglione es uno de esos lujos que
uno tiene que apreciar y agradecerle a la vida
Típica
conversación por teléfono con Abel Viglione que me ha tocado vivir en varias
oportunidades:
Hola
Abel, estuve viendo el tema de la soja y me dio un precio promedio…
Luego
de mi consulta venía una detallada respuesta de Abel que solía terminar de la
siguiente forma: “ahora te mando por mail una planilla Excel que armé con una
serie de datos y los gráficos correspondientes. Fijate que…” y me daba una
explicación minuciosa sobre cómo había armado la serie y lo que él vía
relevante de la serie.
¡La
generosidad de Abel era única! Esos comportamientos pintan claramente la forma
de ser una persona nada egoísta. Generosa.
En
lo estrictamente profesional se ganó el respeto de todos sus colegas, desde los
keynesianos hasta los liberales, por la seriedad de su trabajo. Si había que
consultar a alguien sobre cómo venía el nivel de actividad, Abel era el tipo
indicado. Además no complicaba las cosas para explicarlas. Las hacía fácil e
iba al punto sin rodeos innecesarios. Ojo, no es que solo sabía sobre el nivel
de actividad, sino que, además, tenía, como buen profesional, una visión bien
amplia de la economía, tanto de la argentina como la del mundo.
En
lo personal, tengo recuerdos inolvidables, sobre todo cuando nos juntábamos a
comer algún asado en mi casa, él, el fallecido Adrián Guissarri y Dick Schefer.
Los cuatro economistas. Largos y divertidos debates sobre economía, política,
sistema educativo y mil temas más. Sus experiencias en los viajes a países de
América Latina para analizar sus economías eran muy divertidas. Dick puede dar
fe de esas reuniones y de los chistes de Abel, sobre todo de las cargadas que
le hacía a Adrián Guissarri, otro gran tipo que lo hacíamos engranar
fácilmente, para después seguir divirtiéndonos y debatiendo.
Solíamos
encontrarnos con Abel en el verano en Pinamar, él con su bermuda de jean semi
destruida andaba feliz sin necesidad de demostrar nada. Es que no tenía que
aparentar ni demostrar nada. Su gran prestigio profesional y don de persona
educada lo decían todo. Era él mismo. Sencillo, divertido, sin ínfulas. Tenía
la sencillez del que sabe y que no necesita demostrarlo.
Lo
tenía amenazado con publicar una foto que le saqué en Pinamar con su bermuda
agonizante, pero se reía a carcajadas. Él sabía que tenía valores humanos y
profesionales tan altos que mi chiste amenaza no lo afectaba. Su comportamiento
como persona y profesional destacado eran su principal testimonio de lo que es
ser una persona de bien y un colega generoso y serio en su trabajo.
¡Las
veces que me habrá tirado de la oreja por escribir notas de alto voltaje!
A
vos te voy a amordazar, fue lo primero que me dijo un día que vino a casa
después de que yo publicara no recuerdo qué nota. Me retaba con el afecto de alguien
que quiere a otra persona y se preocupa por ella.
Volviendo
a su condición de economista, Abel publicó infinidad de artículos, papers,
entrevistas radiales, televisivas y en medios escritos. Fue profesor, y de los
buenos, consultor económico y, yo diría, un curioso de la economía.
Pero
sin desmerecer su condición de economista, el recuerdo más lindo que tengo es
el de su amistad.
Haber
conocido a Abel Viglione y disfrutado conversando con él, es uno de esos lujos
que uno tiene que apreciar y agradecerle a la vida, porque Abel “Toto” Viglione
hay uno solo.
- 28 de diciembre, 2009
- 8 de junio, 2012
- 21 de noviembre, 2024
- 21 de noviembre, 2024
Artículo de blog relacionados
La Tercera Las elecciones de hoy en Chile suscitan en la región latinoamericana...
18 de diciembre, 2017Por Elides J Rojas L El Universal Micomandantepresidente ha dicho en varias oportunidades...
11 de enero, 2012BBC Mundo WASHINGTON, DC.- Se espera que el aumento de los precios del...
29 de mayo, 2011La Nación CARACAS. – El vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, anunció ayer la...
22 de septiembre, 2013