El estadista civilizado

El Expreso de Guayaquil

Al
comenzar el siglo XIX, el mundo no se dividía entre Primer y Tercer Mundo, 90%
de la población era pobre; no había los numerosos bienes y servicios del siglo
XXI, medida para determinar el estado económico personal. Ejemplo, al no haber
acondicionador de aire, un hacendado tenía que sufrir el mismo calor que su
trabajador; ídem con la ausencia de refrigeradora, luz eléctrica, etc.

Por
la inexistencia de antibióticos, quien tenía una infección fallecía, rey o
plebeyo. La división era países civilizados e incivilizados, se daba por el
nivel cultural. Tenía que ver con derechos ciudadanos, sistema de justicia y
educación, costumbres, etc.

Para
los ingleses, la América Española era incivilizada, por la herencia española:
ocio, indisciplina, falta de iniciativa, desinterés por el orden, corrupción,
etc. El interesado por el tema, debe leer Hispanoamérica-Angloamérica, causas y
diferencias de su diferente evolución, del español Domingo Felipe Maza Zavala.
Hasta los años sesenta nuestra región era representada por un mexicano con
sombrero de charro arrimado durmiendo.

En
el siglo XXI, el concepto de civilizado o incivilizado ha desaparecido de los
medios de comunicación, salvo en ciertos países; la conducta de los políticos
en Ecuador es ejemplo de incivilización. Para la mayoría, el insulto es
frecuente; los ganadores de elecciones piensan que están autorizados para
denigrar a los perdedores y no aceptan crítica ciudadana.

Deberían
imitar la máxima del presidente estadounidense Obama. Cuando en la campaña un
periodista le preguntó si tenía un comentario contra las críticas republicanas,
respondió que quien no tolere críticas, no debe ser político. En su deseo de
disminuir el déficit fiscal, su propuesta es subir los tributos a quienes ganan
desde 250.000 dólares anuales. Los republicanos aceptarían si es a partir de un
millón.

Obama
está consciente de que 49% de ciudadanos no votaron por él, se siente obligado
a negociar con el partido político opuesto. Obama ha aceptado aumentar la base
a 400.000; llegarán a un nivel intermedio de 600.000. Así debe comportarse un
estadista.