Las manzanas de la concordia entre Cuba y EE.UU.
¿Quién lo iba a pensar? Virginia, en la costa este de Estados Unidos,
cuya población rural es de tendencia conservadora y tradicional, es
desde hace más de 10 años un importante socio comercial en Cuba, cuyo
gobierno comunista ha estado sometido por décadas a un férreo embargo
estadounidense.
En 1999, el gobierno del entonces
presidente Bill Clinton relajó las restricciones para permitir las
exportaciones de alimentos y medicinas y, poco después, las autoridades
de Virginia decidieron penetrar ese mercado para promover sus productos
agrícolas, principalmente soja y manzanas.
Es un mercado que no ha dejado de crecer, pese a
las dificultades inherentes a socios tan inusuales: el comercio está
sometido a una serie de condiciones de pago impuestas por EE.UU. y toda
una maraña de burocracia que exige el gobierno de Cuba para asegurar la
transacción.
Mercado natural
Turkey Knob Growers, cultivadores y empacadores
de manzanas de Timberville, Virginia, lleva varios años exportando la
fruta a través de la agencia de ventas Bowman Fruit Sales.
Jaime Williams, presidente y agente de ventas de la empresa, le dijo a BBC Mundo que Cuba es un mercado natural para ellos.
"En primer lugar está la cercanía, nos queda
mucho más fácil y económico exportar a Cuba que a cualquier otro lugar
en el continente. Segundo, tenemos un buen producto que es resistente y
de larga vida y a los cubanos les encanta", declaró.
Las manzanas son un producto suntuario en Cuba.
Según Williams, su costo es de unos US$0.80 la unidad y tienden a ser
consumida en ocasiones especiales, particularmente para regalar durante
la Navidad o adornar la fiesta de un matrimonio.
Aún así, están creciendo en popularidad. "Amigos
que han viajado a Cuba nos han enviado fotos de vendedores ambulantes
en las calles de La Habana con el logo de Turkey Knob", aseguró
Williams.
Cómo pasó que un producto cultivado en una de
las regiones más conservadoras de Estados Unidos llegara a venderse
abiertamente en las calles de un país que condena las prácticas
capitalistas de su vecino del norte es toda una odisea, según lo cuenta
Gordon "Sonny" Bowman, veterano agricultor de Virginia y el dueño
original de Bowman Fruit Sales.
Momento histórico
Sonny Bowman fue parte de una delegación del
Departamento de Agricultura de Virginia para participar en una feria
comercial internacional en La Habana poco después del relajamiento de
las sanciones.
Las manzanas son un producto suntuario en Cuba.
Bowman confesó a la BBC que inicialmente no
tenía la intención de hacer el viaje, pero aceptó porque le "debía un
favor" a un amigo que era funcionario del departamento. Desde el
comienzo hubo dificultades.
En primer lugar, debido a las restricciones de
viajes a Cuba, tuvo que tomar una ruta más larga y vuelos especiales
para llegar a su destino. Al aterrizar, las autoridades cubanas
confiscaron las muestras de manzanas que llevaba para someterla a una
inspección para enfermedades y plagas.
Cuando finalmente le devolvieron la fruta, la
colocó en una estantería dentro de la feria solo para descubrir, al día
siguiente, que se habían robado todas las manzanas.
A pesar de los tropiezos, el evento siguió su
curso, la delegación estadounidense se reunió con autoridades cubanas y
representantes de Alimport -el brazo comercial del gobierno cubano que
tranza en la compra de alimentos- y procedieron a finiquitar acuerdos y
firmar contratos.
Sonny Bowman no se había dado cuenta que estaba
firmando el primer contrato de exportación con Cuba desde que el
gobierno de John F. Kennedy impusiera el embargo económico contra la
isla en 1962.
"De pronto se corrió una cortina, dando paso a
un salón mucho más grande y empezaron a entrar periodistas, cámaras de
televisión, luces", describió Bowman. "Luego entraron más funcionarios y
lo que parecían ser personajes importantes, entre ellos Fidel Castro".
El agricultor virginiano entabló una
conversación con Castro y quedó impresionado con el entonces líder
cubano. "Fidel Castro es el político más inteligente que haya conocido.
Entiende inglés aunque hablábamos a través de un intérprete. Quería
saberlo todo, hacía muchas preguntas pero me daba la impresión que ya
conocía las respuestas".
Esa afinidad y buena disposición se ha extendido
a lo largo de los años del comercio con Cuba. Tanto Gordon "Sonny"
Bowman como Jaime Williams confirman que, en lo personal, es un placer
hacer negocios con la isla.
"El enemigo"
Gordon Bowman (camisa blanca) firma el primer acuerdo comercial desde el embargo. Fidel Castro está en el centro de la imagen.
En la práctica las cosas pueden complicarse un
tanto. Michelle Gabb, asistente de ventas en Turkey Knob, saca una
gruesa carpeta con documentos de un archivador y lo aplasta pesadamente
sobre su escritorio.
"Esto es lo que exportar a Cuba significa para
mí", explicó a BBC Mundo mientras revisaba documento tras documento,
listas de exportación, declaraciones de aduana "todas en triplicado y
con el sello de la empresa, de lo contrario no se permite el desembarque
del producto y se queda paralizado en el puerto".
Lo mismo sucede con los pagos. Por las
condiciones que EE.UU. impone y que no le permiten a Cuba comprar a
crédito, la mercancía tiene que cancelarse antes de que pueda ser
descargada. Como no hay transacciones bancarias directas entre los dos
países, estas se tienen que manejar a través de terceros.
Sin embargo, los involucrados aseguran que vale
la pena, pues las exportaciones a Cuba están equilibrando el desajuste
sufrido por los agricultores de Virginia debido a la recesión generada
por la crisis económica de 2008.
Eso no quiere decir que, de vez en cuando, Jaime
Williams no reciba una que otra queja de virginianos consternados por
empresarios que tienen actividades comerciales con el "enemigo".
"Me han llegado un par de llamadas y correos
anónimos de personas que no entienden por qué exportamos a un país
comunista", señaló.
"Trato de explicar que eso es lo que nos permite
crecer, tener más cultivos, expandir la industria y contratar más
trabajadores. Todo eso mejorará nuestra economía".
Williams dice que, a medida que cambien las
percepciones en EE.UU. y llegue una inevitable transición en Cuba, el
mercado no tendrá más opción que crecer y ellos estarán perfectamente
posicionados para sacar provecho.
- 23 de enero, 2009
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