10 años con el fracaso del control de cambio en Venezuela
Devaluación del 300% e
inflación “acumulada” de 325% en 10 años
El control de
cambio cumple 10 años de haber sido impuesto, la crisis política del 2002-2003
produjo las naturales corridas de capitales disparados por el riesgo político
exacerbado en esos meses. La depreciación acelerada del bolívar entre abril
2001 y Enero 2003 redujo drásticamente el nivel de reservas internacionales, dejando
al descubierto un enorme hueco fiscal y una economía resentida por los cambios
radicales que se imprimían en el tejido legal que desdibujaba el marco jurídico
sobre el cual se establece una economía normal de mercado, amenazado ahora por
un proceso de cambio radical asentado en la nueva constitución.
La crisis
política emerge de los riesgos que sobre la democracia y la economía traería en
el corto plazo el cambio de las reglas de juego, en lo económico y en lo
político, conducido por régimen que se establecía sobre una base institucional
sin alternabilidad, la constitución trajo la demolición de los poderes públicos
y con ello la crisis de gobernabilidad. La violencia del discurso político
acompaña con la violencia de calle, crispó las condiciones políticas en la
calle. El cambio de la constitución, se convirtió en un suceso político de
caída y mesa limpia, servido ingenuamente por una -mal recordada- Corte Suprema
de Justicia, que viniendo del anti-histórico a CAP, paso a otorgarle al
Presidente Chávez, en 1999, la guadaña para liquidar las instituciones y los
poderes públicos, y minar las bases de la alternabilidad democrática bajo una
asamblea nacional constituyente de tipo originario, como si fuese el 5 de Julio
del 1811. Los podres públicos recién electos en 1988 fueron sustituidos por
comisiones políticas, la historia está por escribirse, y lo ha marcado con
intensidad: “de esos polvos de ayer, son, estos barros de hoy” (censado por el
Marqués de Santillana).
El
calentamiento del mercado cambiario y la fuerte demanda por dólares sirvió de
marco para el establecimiento de un control de cambio, esta vez como un
mecanismo de control político; esa fue la respuesta del gobierno a la masiva
movilización política de esos días. La reacción del gobierno para resolver un
problema político que el mismo había generado, fue la de eliminar la
convertibilidad del bolívar, imponiendo un control de cambio, el cual fue
definido como un instrumento de control político, Presidente Chávez (dixit).
Efectivamente el presidente afirmaría a finales de enero 2003 que el control de
cambio era un instrumento político, algo sin precedentes, pese.
En tal sentido,
hay que recordar que la historia económica de las últimas décadas, registra
eventos que originaron controles de cambio. Así en 1960, 1982, 1995, los
controles sobre la convertibilidad del bolívar obedecieron a la reacción del
gobierno y el BCV en función de severos problemas fiscales y servicio de la
deuda externa (1960-64,1983-1989,1995-1997), todos esos controles probaron
haber sido graves errores de política económica, y causados esencialmente por
un manejo inadecuado del fisco y de la política monetaria. Los problemas
fiscales y de balanza de pagos de esos años, fue enfrentado sufrimiento las
libertades económicas, con lo cual se continuo abonando políticamente con la
postración del sector privado, lo cual exacerbo las tensiones rentistas que
prevalecerían en la relación gobierno-economía privada.
Las cosas
cambiarían desde el 2004, con la pacificación política, con la recuperación de
la producción petrolera y el boom de precios que siguió por la expansión de
demanda por energía del mercado asiático –que crecía al tasas superiores al
10%- las reservas internacionales crecieron aceleradamente, lo cual en el papel
eliminaba las razones alegadas en Enero 2003 para la imposición del control de
cambio. En esas condiciones de control político, el mercado del dólar se
estableció como un monopolio del Estado/gobierno, la compra de dólares por
parte del sector privado e individuos pasó a ser administrada con férreos
mecanismos de racionamiento.
Bajo esas
condiciones políticas y un nuevo marco jurídico de pleno debilitamiento de los
derechos de propiedad, el bolívar en adelante seria marcado por un régimen de
control que definió su precariedad jurídica y económica con el siguiente
disparate: las reservas internacionales son el Estado, algo que desde luego no
es cierto, porque los bolívares que emite en contraparte son un pasivo del BCV,
pero esa era el grito político que sustentaba la jurisprudencia del control de
cambio. En este sentido, el Gobierno detenta el poder de controlar, restringir
y limitar a través de volúmenes y precios el ritmo de actividad económica de la
economía privada, bajo el subyacente ideológico del Socialismo Siglo XXI de
acabar con el capitalismo.
De esta manera,
el control de cambio, involuciona como un férreo control político en un
monopolio, acompañado de las naturales deformaciones económicas y
administrativas que aparecen cuando se acaban/restringen los mercados, únicos
sistemas de justicia para distribuir el producto del trabajo de empresas e
individuos. La corrupción y a las perversiones de un sistema administrativo
para asignar recursos constituyen la cosecha de ese monopolio, ambos fenómenos
enormes restricciones al crecimiento, y en general sobre la capacidad de crear
riqueza de la economía y del venezolano cuando el monopolio estatal y del
gobierno sobre el dólar, impedía a los privados cubrir la demanda natural que
genera sus propias economías. La expansión de la actividad económica solo
vendría como respuesta al gasto público y el reparto de la renta del petróleo,
y durar hasta cuando fuese esa renta diluida y esterilizada al exterior vía
balanza de pagos, por importaciones y proliferación de los llamados fondos
soberanos.
El control
cambios establecido en Enero 2003, se diseñó como un sistema global de
depredación –por vía del sistema de formación de precios- de empresas privadas
e individuos, el gobierno buscaba en el mediano plazo desplazar empresas privadas
productoras e importadoras para tomar su lugar en la economía. El volumen de
importaciones que el gobierno y el Estado han asumido, se corresponde con ese
desplazamiento. Ese sistema de depredación es administrado desde CADIVI, donde
se administra con listas y otros parámetros los dólares a la tasa oficial de
4.3 (medicinas, alimentos). Allí se produce un cuello de botella administrado,
con el tiempo de procesamiento de las solicitudes, el cual supera los 90 días.
Esto obliga a empresas privadas a ir al SITME, un mecanismo –que no cambiario –
sino de arbitraje de títulos públicos que permite comprar dólares off-shore por
un precio 20% (5.3 Bs/$) mayor al dólar CADIVI. El SITME constituye así, el
segundo eslabón en el sistema de depredación mencionado, los tiempos para ser
beneficiados por las subastas son tan extensos como los de CADIVI. Ello deja a
las empresas sin alternativa legal para la compra de la divisa.
Así, el exceso
de demanda producida por la estrechez en la oferta, y esta es política publica,
deja a estos y al resto de la economía sin mecanismo legal alterno para
adquirir las divisas: el monopolio cambiario de esta manera, deja sin divisas a
un gran sector de la economía y ciudadanos que no pueden reacomodar sus activos
financieros de manera de evitar el impacto negativo del impuesto inflacionario
que produce el BCV al financiar el déficit fiscal del gobierno. Tanto el precio
del dólar en CADIVI como en el SITME están por debajo del precio efectivo de la
tasa de cambio nominal, la cual se ha desalineado considerablemente por el
régimen del control de cambio al ritmo de la inflación, y con lo cual el
sistema de depredación cierra el círculo de destrucción de la empresa privada e
individuos. En esas condiciones, el régimen económico, administrado con
prejuicios políticos e ideológicos, inducido por el gobierno en su afán de
controlar las libertades de los ciudadanos y demoler sus derechos de propiedad
controla y gobierna el alcance de la economía privada; con ese instrumentos, la
revolución no necesitaba de los fusiles que si necesito la revolución cubana en
sus tiempos.
Al termino de
10 años de control de cambio, además de las perversiones y distorsiones
mencionadas, escasez, inflación y descapitalización de la economía privada,
queda una inflación acumulada superior al 300%, de una devaluación del bolívar
de 1,6 Bs/$ a una tasa oficial que promedia 5.3 Bs/$, lo cual implica una
devaluación a 3 veces (300%) y en medio de un control de cambio, algo realmente
inaudito. Más allá de la “devaluación oficial” el gobierno haciendo el juego
del avestruz, prohibió hablar de la existencia de otros tipos de cambio que
emergen del natural proceso de arbitraje que inducen el racionamiento y la
escasez administrativa del dólar, lo cual desde luego no impidió que esos
mercados impactaran los precios de los bienes por encarecimiento del dólar en
los mercados “no oficiales”. Veamos por ejemplo, el contrasentido del control
de cambio, en este simple ejemplo. Entre Marzo 2005 hasta enero 2010 el
gobierno no devaluó la moneda, mantuvo la tasa de cambio oficial de 2150 Bs/$;
sin embargo, ¡en ese periodo la tasa de inflación fue superior al 150%!
Para comprender
más ese fenómeno y sus efectos, hemos estimado un símil que nos define la caída
del poder de compra ó adquisitivo del bolívar en términos de precios relativos,
y que nos redefine la inflación de manera más apropiada, de manera que permita
comprenderla como un proceso efectivo de depreciación del poder de compra de la
moneda; es decir, el poder adquisitivo de la moneda no solo no se sostiene,
sino que por el contrario, en el tiempo compra menos, y ese proceso ocurre
quiera o el gobierno que la gente se entere del impacto inflacionario de sus
políticas, el grafico arriba describe ese fenómeno
Así, habiéndose
extinguido el causal aparente que trajo el control de cambio, el gobierno
decidió mantener el estricto control político sobre el dólar; con ello postro
el crecimiento económico de la economía privada, que como sabemos, más de la
mitad de los insumos, materias primas, bienes de consumo intermedio y final
componen las importaciones del sector privado. Este, fue convertido en una
bazar que todo lo importa, miles de empresas productivas han sido cerradas, una
parte de ese parque industrial y artesanal no puede competir con chinos,
argentinos brasileños, colombianos, en condiciones de una moneda sobrevaluada
por razones políticas, con régimen cambiario que el raciona la divisa necesaria
para importar.
Las
importaciones -en medio de esa agenda política de disminuir artificialmente la
capacidad de competir por parte de la producción nacional- crecieron tres (3)
el ritmo de la economía, inclusive en los periodos de contracción del PIB. La
sobrevaluación del bolívar se convirtió así en una herramienta política para
descapitalizar el sector privado nacional. El control de cambio mostraba así un
curioso teatro del absurdo: nada más barato en Venezuela que un dólar en
CADIVI, pero nada más escaso que un dólar!!
El autor es Doctor en Economía (London
University).
- 23 de enero, 2009
- 23 de diciembre, 2024
- 24 de diciembre, 2024
Artículo de blog relacionados
El autor presentará su último libro "El atroz encanto de ser argentinos 2"...
5 de mayo, 2007Por Armando Ribas Diario Las Americas Las próximas elecciones en Estados Unidos, en...
31 de octubre, 2008Por Kathryn Westcott BBC Mundo A las doce en punto del mediodía de...
1 de marzo, 2007- 18 de enero, 2013