Los K y la economía: Reprobarlos a perpetuidad es poco
El
viernes pasado se produjo una suerte de tsunami de declaraciones insólitas por
parte del secretario Kicillof y de la presidente Cristina Fernández que
confirman la gravedad de la situación económica, no solo por los indicadores
que así lo muestran, sino por el grado de desconexión con la realidad que tiene
el gobierno y la escasa consistencia de sus argumentos.
Kicillof
afirmó que “el empresario que suspende inversiones atemorizado por el panorama
mundial, termina cavándose su propia fosa” porque contribuye a que se genere
“una espiral de pesimismo que termina perjudicándolo”. En primer lugar, dudo
que los empresarios no estén invirtiendo en Argentina por la crisis
internacional, al contrario, la liquidez que hoy impera en el mercado exterior
es tan grande que Argentina está desaprovechando una oportunidad única para captar
inversiones directas en el sector real de la economía. En segundo lugar, la
crisis internacional no afecta tanto a las exportaciones, como sí lo hacen la
caída del tipo de cambio real y la baja productividad de la economía argentina
generada por las políticas del gobierno (nivel de gasto público e ineficiencia
del mismo, carga tributaria, prohibiciones, regulaciones, controles, falta de
infraestructura, inflación, etc.).
En
tercer lugar, el empresariado no le tiene tanto miedo al contexto internacional
como a las arbitrarias y absurdas medidas que toma el gobierno. ¿Qué
inversiones pretende conseguir Kicillof si se prohíbe el giro de utilidades y
dividendos, no se respetan los derechos de propiedad, los precios relativos
están distorsionados y la inflación no permite hacer cálculo económico, entre
otros factores? Un economista mínimamente bien formado no puede desconocer que
la inversión no es una cuestión de voluntarismo, sino de seguridad jurídica,
previsibilidad en las reglas de juego y, además, del negocio en sí mismo a
nivel micro.
Los
funcionarios del gobierno siguen hablando para la tribuna de La Cámpora y los
aplaudidores del staff permanente, desconociendo la realidad y los elementos
básicos de la economía. Es como cuando Néstor Kirchner y, si mal no recuerdo,
también Cristina Fernández decían que así como en el pasado las empresas habían
ganado mucho, ahora tenían que invertir. ¡Una burrada económica fenomenal!
porque nadie invierte por lo que ganó en el pasado en un negocio, sino que
invierte por lo que espera ganar en el futuro con ese mismo negocio.
¿Expandiría hoy su inmobiliaria porque unos años atrás le fue muy bien?
Es
más, el gobierno apostó todas las fichas a estimular artificialmente el consumo
interno, por lo tanto, ahora que se viene la noche en esa fiesta de consumo, la
racionalidad indica que invertir es mal negocio porque la demanda interna caerá
y las exportaciones están jaqueadas, no solo por el contexto internacional
sino, como decía antes, también por la caída del tipo de cambio real.
Más
patético resultó el pedido del secretario a los bancos cuando dijo: “Hago un
llamamiento encarecido a las entidades privadas para que aporten algo al
mercado de créditos hipotecarios en la Argentina, para que faciliten ese tipo
de préstamos. Los privados deben entender que eso es un muy buen negocio”. La
verdad que escuchar hablar de buen negocio a quién impulsó la estatización de
YPF y ahora no saben qué hacer con la empresa es patético, y ni que hablar de
los militantes de La Cámpora con lo que están haciendo con Aerolíneas
Argentinas. Pero, ¿cómo otorgar préstamos hipotecarios, que por definición son
a largo plazo, si la inflación, uno de los componentes de la tasa de interés,
tiende a descontrolarse? ¿En qué mercado secundario van a descargar los bancos
las carteras de créditos hipotecarios y a qué tasa si el gobierno ha destruido
el mercado de capitales? ¿Quién puede ser tan irresponsable de tomar un crédito
a tasa variable con la inflación que se viene? O Kicillof se salteó varias
materias en la universidad o vive en una nube tóxica que lo marea hasta el
punto de decir cosas que implicarían bochar casi a perpetuidad a un alumno de
economía.
Obviamente,
la presidente tampoco estuvo muy lúcida en sus comentarios económicos del
viernes. Primero habló con algún funcionario de Mar del Plata, creo que era el
intendente, que dijo que la temporada había sido un éxito gracias al modelo.
Todos aplaudían como es de rigor. Se sabe que la temporada en la costa fue un
fracaso, pero lo curioso es que la misma presidente desdijo al funcionario
marplatense cuando afirmó: “Todo el mundo se puso a tono en la Costa con los
precios porque se dieron cuenta que como habían subido mucho la gente no iba”.
Es decir, primero aplaudieron y cantaron loas al modelo por el éxito de la
temporada por la gente que había ido a Mar del Plata y acto seguido CFK dijo
que la gente no iba porque se habían disparado con los precios. En un mismo
renglón dos afirmaciones totalmente contradictorias.
Y
luego, sorprendentemente, la presidente pasó a hacer un discurso promercado.
Dijo CFK: “Es lo que hay que hacer, hay que comenzar a manejar nuestro poder de
usuarios y consumidores”. Agregando: “Si no te defendés vos, no te defiende
nadie, y está demostrado que no sirve de nada obligar a pagar algo. Es el
propio usuario el que tiene que hacer valer sus derechos”. ¿Qué habrá pensado
Moreno que estaba sentado en primera fila aplaudiendo a su presidente, siendo
que él cree que la economía se maneja a las trompadas, amenazas y presiones?
¿Habrá pensado: por dignidad me voy del cargo dado que la presidente
descalifica mi tarea?
Pero
CFK siguió arremetiendo contra los aumentos de precios y dijo: “¿Me querés
vender esto?, guárdatelo que yo no te lo compro”. Comparto plenamente la
afirmación de CFK, por eso le agregaría: me querés forzar a tener pesos que
deprecia día a día el Central, guardátelos, prefiero los dólares. Y,
arriesgándome, también podría decir: me querés matar con impuestos para no
darme nada a cambio. No compro.
Y
para rematar el tema de Mar del Plata con la buena temporada y las alabanzas al
modelo dijo Cristina Fernández: “Para que aprendan los de la Costa que muchas
veces se quieren hacer los vivos, pero ahora parece que tomaron contacto con la
tierra y bajaron un poco los precios”. ¡¡¡Realmente descomunal!!! Primero video
conferencia con funcionario de la Mar del Plata hablando loas al modelo y el
éxito de la temporada y luego criticando a comerciantes, hoteleros y demás de
la costa por querer cobrar caro y poca gente yendo. Obviamente que el elenco de
aplaudidores festejó tanto el “éxito” de la temporada como el reto de CFK por
“el fracaso por abusar con los precios”.
Por
supuesto, nada dijo la presidente sobre la fenomenal expansión monetaria que
viene haciendo el BCRA y la inflación que genera. La culpa siempre tiene que
ser de los otros. La suba de precios es solo avaricia, no depreciación de la
moneda generada por el BCRA.
En
definitiva, terminamos la semana pasada con todo un show de discursos dirigidos
a los aplaudidores de rigor, con argumentos inconsistentes, contradictorios y
totalmente alejados de la realidad. Lo cual nos lleva a la triste preocupación
de saber que no solo estamos metidos en serios problemas económicos, sino que,
lo que es más grave: se empecinan en negarlos pintando una realidad de ficción.
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