Compartir Había una vez un pirata bueno… (y boligarquías)
Durante la cumbre de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en Chile, Castro
aseguró que existe una "campaña" contra el Gobierno de Venezuela por
parte del "imperio y la oligarquía golpista".
La inmigración hacia EEUU no cesa.
Los hispanohablantes ya suman más que los habitantes de países como Argentina.
Y esto asusta al "establishment"
que entabló, contra la inmigración, una verdadera guerra -en 2011,
la policía detuvo a 327.000 "ilegales"- que Obama dice querer
distender. Republicanos y demócratas intentan legalizar a la mayoría de los 11
millones de indocumentados. Y se espera que el Senado tenga un proyecto de ley
que luego pueda ser votado a más tardar en el segundo semestre.
Ahora, esta "flexibilización" viene con un endurecimiento. Además de
los engorrosos trámites que deberán seguir los indocumentados, se fortalecería
la seguridad fronteriza y el control para impedir la contratación de
indocumentados y penalizar a los empleadores. Obviamente, las penalizaciones y
mayores controles no detendrán a los "piratas" ilegales que ya
encontrarán la forma de escabullirse, pero sí aumentará la violencia inútil y
destructiva.
La ironía es que EEUU no sería lo que
es si no fuera por la fuerza laboral y los consumidores ilegales. Y la
legalización beneficiará sobre todo al Estado que podrá recaudar más impuestos,
al permitir surgir a quienes viven en la semiclandestinidad. Como todos los
piratas, al fin de cuentas, parece que son buenos. La historia oficial no deja
de machacarnos sobre el daño que le hace a la industria cinematográfica, por
caso, la piratería. Pero resulta que en EEUU, en 2012 se han estrenado más
películas -655- que nunca, y por primera vez los ingresos superaron los US$
10,7 billones, según publica Diario
Kafka.
Muchos académicos, como Brett
Danaher y Joel Waldfogel, desmienten que la copia ilegal sea perjudicial,
mientras que Christian Peukert y Jörg Claussen sostienen que el cierre de
Megaupload produjo que, en general, se vendan menos entradas porque las copias
ilegales funcionan como promoción. Otros aseguran que el sistema Windows jamás
hubiera llegado tan lejos de no ser porque la piratería lo universalizó.
Por qué entonces este establishment (que a veces sí
funciona como una oligarquía) teme a piratas inmigrantes e intelectuales. Pues
porque tienen un negocio cuasi monopólico, montado con el gobierno, al que
quieren defender. Por caso, los sindicatos temen a los obreros indocumentados
porque suponen competencia.
Resulta llamativo que Raúl Castro,
asumiera la presidencia temporal de la Celac, ya que el castrismo llegó al
poder de manera violenta y maneja a Cuba con una dictadura férrea, financiada
por una mal enriquecida boligarquía, de petródolares venezolanos, que parece
peor ya que de ella huyen los que no quieren dejar entrar a EEUU. Ya se ve que
esta organización de burócratas que viven como príncipes a costa del impuesto
de los pobres no está dedicada, como pregona, a "preservar la democracia y
los valores democráticos, el respeto a las instituciones y el Estado de
Derecho".
En fin, dejando estos gobiernos forzados y hablando de príncipes, habría que
preguntarle a Máxima, la futura reina de Holanda, cómo hizo sola con su persona
una argentina para lograr tanta influencia.
El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute, de Oakland, California.
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