Si eres chavista, es contigo
Muchos
en Venezuela queríamos un cambio, sentíamos la necesidad de redefinir la forma
de hacer política, aspirábamos se produjera el salto generacional que se
dedicara a promover el desarrollo. Que brindara solución a los problemas del
ciudadano, que fuera eficaz, honesto y comprometido con su gestión.
En
el año 1998 los venezolanos se plantearon esa disyuntiva, una mayoría decidió
votar por una de las propuestas y resultó electo Hugo Chávez del MVR.
Conozco
bastante gente, sobre todo de izquierda, gente de medios, intelectuales,
artistas o simples venezolanos que sufragaron por esa opción.
La
mayoría de ellos no tardaron en darse cuenta, que con un mensaje de venganza y
sembrando división no se construía un país y rompieron con el nuevo gobierno,
otros continuaron con la esperanza de un cambio profundo del sistema, tengo
amigos que permanecieron y tengo que respetarlos como seres humanos y respetar
su derecho a seguir creyendo.
Pero
una cosa es el pueblo que espera le solucionen sus problemas, que confía en sus
dirigentes y que en el día a día es víctima de sus propias necesidades y otra
es una estructura muy bien pensada que se ha montado en el poder con el fin de
perpetuarse en él.
Por
ello debe mantenerlo sometido, manipularlo con regalos, promesas y propaganda,
para seguir apropiándose de los recursos de la nación, para construir la nueva
boliburguesía y obtener el control total de las instituciones.
Pero
pregúntense ¿qué futuro tiene un país? que destruye su industria, las fuentes
de trabajo, la producción del campo, que excluye a la gente formada y procura
que emigren a otras latitudes.
Que
abandona sus industrias básicas y las pone a generar pérdidas millonarias. Que
pesar de depender exclusivamente del petróleo, su gestión extrae mucho menos
que antes y la producción la tiene comprometida para pagar deudas que no cesan
de aumentar.
Amigos,
la cosa es bien sencilla si no entra el dinero y además lo debes, vamos directo
a la bancarrota, nos quedaremos sin futuro y sin esperanzas para las nuevas
generaciones.
Usted
quería que se ocuparan de sus problemas, que sus hijos tuvieran acceso a la
educación y al trabajo, que los políticos se ocuparan de los más necesitados,
tener hospitales dignos y acceso a los alimentos. Quería salir a la calle y
regresar con vida.
Deténgase
y piense si vamos bien, pregúntese qué hemos logrado después de 14 años.
Tenemos una realidad de violencia en la calle y en las cárceles, en el lenguaje
del Gobierno, ese que incita al odio y a la división. El venezolano nunca fue
así y debemos rechazar que nos transformen en enemigos, así como debemos exigir
que se tomen las medidas para detener la masacre diaria, que está acabando con
las familias venezolanas.
Vivimos
una realidad de escasez, no se consigue la harina, ni el azúcar, ni la leche,
el dinero se pierde en comisiones, en comida podrida, en regalos millonarios a
otros países. A los venezolanos hay que mantenerlos pobres para poder seguir
sometiéndolos. Ese es el proyecto que Fidel Castro concibió para Venezuela.
Mientras esto sucede, los Chávez atesoran 137 millones de dólares en Estados Unidos.
La
realidad en la que queremos vivir no es ésta, podemos oler que algo no está
bien, queremos un país en paz y en fase de crecimiento. Algo tenemos que hacer
y es urgente, si no evolucionamos nos estancamos en el atraso y la corrupción.
Si
no reaccionamos, nos dominan para siempre los que nos tiene invadidos y que son
los que gobiernan, hemos sido traicionados.
El
pueblo de Venezuela es una víctima, de los que se están enriqueciendo en el
gobierno, de los que nos dejan en manos de la violencia, de los pranes, de los
secuestradores, de los Castro.
Víctimas
de la ineficiencia del gobierno, que en vez de aplicar soluciones, de
planificar e invertir en el mantenimiento de los servicios, prefiere racionar
lo poco que queda de lo que hicieron los que estaban antes que él.
La
salida es un nuevo liderazgo que nos devuelva la esperanza, alguien
comprometido con todos, necesitamos un servidor público no un gritón ni un
mandamás, aspiramos un nuevo proyecto de país, vivir mejor.
El autor fue Cónsul de Venezuela en
París y es Presidente de Venezuela-Futura, Francia.
- 23 de julio, 2015
- 25 de noviembre, 2013
- 7 de marzo, 2025
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