¿Mami, qué será lo que quiere el Chávez?

El Universal

La misteriosa
repatriación de Hugo Chávez durante la madrugada del lunes –en lugar de aliviar
la incertidumbre del panorama político– genera más preguntas que respuestas
para el pueblo venezolano.

Sin contar los
"creativos" informes, por no decir otra cosa, que describen a un
comandante "robusto, fuerte y valeroso" pavoneándose por los
corredores del hospital militar, se puede suponer que Chávez sigue bastante
enfermo. Es decir si ni al alto pana Evo le dejan hacer visita, la salud del
Presidente debe estar bastante delicada. Además, si apenas el 10% de los
incontables rumores e informes contradictorios respecto a la salud presidencial
resultan ser veraces –traqueotomías, parálisis, etc.–, parece bastante
improbable que vuelva ejercer su posición de liderazgo a futuro.

¿Por qué será
que está regresando en este momento en particular? Si existe algo que nos ha
logrado comunicar claramente el régimen neochavista durante los últimos dos
meses, es que nada ocurre por accidente y todo tiene su razón… Pero esas
razones son secretas, y el pueblo no tiene derecho a ser informado al respecto:
entonces se gana poco preguntado "¿por qué?"

Sin embargo, no
se puede negar la impactante diferencia entre el estilo de esta venida a
Venezuela y las anteriores. El entrar a su propia tierra tras un velo de
secretos y de silencio es algo inesperado viniendo de un hombre cuyos
movimientos anteriormente se caracterizaban por la sutileza y furtividad de
Jesucristo Superestrella.

Sin embargo,
resulta sorprendente el hecho que este milagroso e inesperado retorno haya
ocurrido tan poco tiempo después de nuestra dolorosa devaluación. Tomando en cuenta
el amor y paciencia con la cual el pueblo venezolano tradicionalmente ha
aceptado las malas noticias si las trae el comandante. Encabezado por Chávez el
régimen esta cubierto de teflón. ¿No haría más sentido postergar maniobras
desestabilizadoras hasta después que regrese el líder? Por más que las arcas
nacionales y reservas hayan estado bajas, y los "aliados" chinos
indispuestos a prestarnos unos millarditos más entre panas, se suponía que
hubiéramos podido durar una semana más -y que valdría la pena intentarlo si
existía algún chance de que El Comandante regresara…

Sospecho que el
regreso de Chávez podría resultar poco relevante a largo plazo. Tal vez si
llega animarse lo suficiente para ser debidamente inaugurado esto le prestaría
cierta validez a la discutible legitimidad del gobierno actual. Inaugurado,
Chávez podría formalmente nombrar a Maduro y otros miembros del gabinete,
esclareciendo persistentes dudas que han marcado tanto al gobierno ejecutivo en
su conjunto, como al liderazgo de Maduro dentro de su partido.  Desde que
comenzó el mandato en 10.1.13, tiempo durante el cual el Presidente se
encontraba incomunicado en Cuba, los ojos del mundo –y hasta unos tantos dentro
del oficialismo– se voltearon hacia Venezuela con sospecha.

No se sorprendan
si la devaluación de la semana pasada resulta haber sido apenas un primer
pasito en un traumatizante joropo de dolorosas medidas económicas. Antes que
pare la música prepárense a oír sobre la gasolina, bienes básicos, aumento del
IVA, etc. Traerse a Chávez, y poder llamar la atención del país con una buena
noticia, entre las múltiples malas noticias que nos vendrán en estos días,
ofrece una oportunidad única para un gobierno atribulado.

Finalmente,
también es posible que nuestros camaradas habaneros fueran los que insistieron
en darle de alta su paciente #1. Sin duda para los cubanos era preferible que
Chávez no muriera en La Habana como lo hizo el polémico Clodosbaldo Russian en
el 2011. Ese evento resultó ser bastante controversial y, particularmente
durante este problemático momento de nuestra historia nacional, los venezolanos
–privados durante mucho tiempo de información y certidumbre- se prestan más de
lo usual a las paranoias y conjeturas de complot.

En conclusión,
el haber coordinado el regreso de Chávez a Venezuela podría –con cierto margen
de riesgo– representar un logro calificado para el Madurillato y el
Castr(¿ato?). Pero desgraciadamente entre los beneficiarios no estará ni la
democracia criolla, ni el venezolano común… y ni siquiera el propio
comandante.