Complica aún más a la oposición venezolana la venta de Globovisión

La Nación

CARACAS.- El acuerdo para vender Globovisión
, el único canal de televisión crítico del gobierno bolivariano,
estalló en el comando de campaña de Henrique Capriles en el peor momento
para la oposición: a pocas horas de lanzarse a la arena electoral.

La noticia fue un mazazo en las filas opositoras
cuando falta un mes para los comicios del 14 de abril, un ambiente
parecido al que se vive entre los periodistas del canal. Para hacerse
una idea, sólo Globovisión transmitió la última conferencia de prensa de
Capriles; el resto de los medios lo hizo para insultarlo o burlarse de
él.

Lo mismo ocurrió durante los tres meses de campaña
electoral el año pasado: mientras Globovisión cubría al candidato
opositor en todos sus actos, igual que las seis televisoras del gobierno
lo hacían con Chávez, los otros canales privados apenan informaban
durante tres minutos diarios, tal como marca el mínimo legal.

El jaque del chavismo obligó a una dura negociación
entre el equipo del candidato, con el propio Capriles a la cabeza, y
Guillermo Zuloaga, presidente y accionista mayoritario del canal, según
pudo saber LA NACION. El dueño de Globovisión habría prometido al
candidato que por lo menos hasta el día de las elecciones mantendrá sus
coberturas habituales. El bombazo se retardará una semanas entre las
filas opositoras, "pero también tiene un fuerte impacto en el proceso
electoral", explicó Andrés Cañizález, experto en comunicación y autor de
Hugo Chávez, la presidencia mediática .

"Esta situación abre un gran signo de interrogación sobre el futuro de la oposición después de las elecciones", añadió.

"¡Se nos complica!", confesó a este diario uno de los
colaboradores de Capriles. "Dependerá de los nuevos dueños", continuó,
buscando una esperanza en la que muy pocos creen. Porque Juan Domingo
Cordero, presidente de Seguros La Vitalicia y futuro comprador, es un
conocido hombre de negocios vinculado con la boliburguesía (clase social
que se enriqueció con el chavismo). La quiebra del Banco de Barinas en
1994 lo obligó a salir del país, al que volvió una vez que triunfó la
revolución, en 1999.

Fortuna y negocios crecieron mientras Chávez ganaba una
elección tras otra. Fueron tiempos en los que estrechó vínculos con
otra figura controvertida del chavismo, el polémico Alejandro Andrade.

Ex ministro de Finanzas, ex tesorero nacional y ex
presidente del banco Bandes, el gran brazo financiero de la revolución,
Andrade vive entre Miami y Caracas, tras verse involucrado en varios
escándalos.

Ya desde su época al frente de la entidad bancaria era
pública su vinculación con Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea
Nacional. En su etapa en Bandes, Cabello recomendaba una parte de los
créditos que posteriormente aprobaba Andrade, confirmaron a LA NACION
fuentes bancarias.

El cuarto personaje que cierra el grupo que está detrás
de esta venta es José Vicente Rangel, periodista y ex vicepresidente
chavista, durante mucho tiempo uno de los más cercanos consejeros que
tuvo Hugo Chávez. Rangel fue el único orador, junto a Maduro, en la
fiesta chavista de anteayer ante el Consejo Nacional Electoral (CNE).

"Es la prueba más contundente de la próxima derrota del
candidato de la burguesía", vaticina Marco Hernández, presidente de
Periodistas por la Verdad, un grupo auspiciado por el gobierno. "Es una
trinchera propagandística de la oligarquía venezolana e internacional
opuesta al proceso de cambios del presidente Chávez", añade Hernández.

Una nueva trinchera tomada, como tantas otras en la Venezuela mediática, por el oficialismo.

Maduro ordena una investigación

El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro,
anunció ayer que creará una comisión para investigar si al ex mandatario
Hugo Chávez, que murió la semana pasada, le "inocularon" el cáncer que
sufrió durante los últimos 20 meses de su vida. "Él tenía un cáncer, que
en su momento se conocerá que rompía todas las regularidades de esa
enfermedad", declaró Maduro al canal Telesur.