Francisco I, un jesuita austero
The Wall Street Journal Americas
BUENOS AIRES. – El nuevo Papa argentino, el cardenal Jorge Mario
Bergoglio, es conocido por rechazar los atavíos lujosos de un cardenal y
prefiere ser llamado "Padre Jorge" en lugar de los títulos más formales
como "cardenal" o "su eminencia".
El papa Francisco I, el nombre que eligió, es el primer Papa no
europeo de la Iglesia Católica en siglos, y el primero del continente
americano. El ex arzobispo de Buenos Aires, el primer Papa jesuita de la
Iglesia, enfrenta la tarea abrumadora de resolver las divisiones en la
jerarquía de la Iglesia y revertir el alejamiento de creyentes católicos
mientras también se ocupa de los 1.200 millones de fieles.
El nuevo Papa aporta a su nuevo rol una
amplia experiencia pastoral en Argentina, pero no está claro cuánta
influencia tiene en la Curia Romana, el organismo administrativo del
Vaticano. El papa Francisco no ha tenido un alto puesto en dicho
organismo.
El Papa de 76 años fue elegido por 115 cardenales en el segundo día
de cónclave. El romano pontífice número 266 sucede al papa Benedicto
XVI, que dimitió por razones de salud en febrero.
Oriundo de Buenos Aires, el papa Francisco fue ordenado sacerdote
jesuita en 1969. Fue nombrado obispo en 1992 y seis años más tarde fue
designado arzobispo de Buenos Aires. Fue nombrado cardenal por el papa
Juan Pablo II en 2001.
El nuevo Papa aporta a su nuevo rol una amplia experiencia pastoral
en Argentina, pero no está claro cuánta influencia tiene en la Curia
Romana, el organismo administrativo del Vaticano. El papa Francisco no
ha tenido un alto puesto en dicho organismo.
El Papa de 76 años fue elegido por 115 cardenales en el segundo día
de cónclave. El romano pontífice número 266 sucede al papa Benedicto
XVI, que dimitió en febrero por razones de salud.
Oriundo de Buenos Aires, el papa Francisco fue ordenado sacerdote
jesuita en 1969. Fue nombrado obispo en 1992 y seis años más tarde fue
designado arzobispo de Buenos Aires. Fue nombrado cardenal por el papa
Juan Pablo II en 2001.
Las personas que conocen al papa Francisco dicen que rehúye las galas
ostentosas de un cardenal. Se lo conoce por viajar a parroquias e
iglesias en un autobús de la ciudad o por metro, vestido como un
sacerdote común.
En la jerga de la Iglesia en Argentina, es un "pastor, no un príncipe".
Francisco I ha buscado una Iglesia que mire hacia afuera en vez de
una Iglesia que se encierre en sí misma en lugares de culto. El nuevo
Papa ha sido un gran respaldo para los sacerdotes que trabajan en los
barrios pobres, conocidos como "villas" en Argentina, que rodean la
capital.
Coincide con posiciones típicas de la Iglesia en temas sociales como
el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto y la eutanasia.
Rechazó profundamente la ley de matrimonio homosexual que fue promulgada
en Argentina en 2010.
La renuncia del papa Benedicto XVI —la primera de un Papa en unos 600
años— provocó una ola de discusión sobre una serie de temas, incluyendo
la administración del banco del Vaticano y el ritmo lento con el que se
mueven las reformas en la Curia Romana.
Los cardenales también han deliberado sobre la necesidad de revivir
el catolicismo en Europa, su hogar histórico, y sobre el cambio
demográfico del catolicismo hacia países en desarrollo en América Latina
y África.
El ascenso del cardenal Bergoglio coincide con ese cambio
demográfico. Hace un siglo, 65% de los católicos del mundo vivían en
Europa. Pero para 2010, ese porcentaje ha descendido a 24%, según el
demógrafo Conrad Hackkett del Foro de Religión y Vida del Centro de
Investigación Pew. Mientras tanto, América Latina alberga ahora a 39% de
los católicos, más que Europa y Estados Unidos combinados.
La explicación del cambio se debe principalmente a una tendencia
demográfica más amplia: la población latinoamericana ha explotado en las
últimas cinco décadas, mientras que Europa crece a un ritmo mucho más
lento.
La Iglesia está nombrando a más santos latinoamericanos. En 2002,
Juan Pablo II canonizó al primer santo indígena, Juan Diego, del siglo
XV, cuya visión de la Virgen de Guadalupe es emblemática para la fe
católico en México. El papa Benedicto XVI canonizó al primer santo
brasileño, San Antonio de Sant'Anna Galvão, un fraile y sanador del
siglo XVIII.
Pero por encima de todo, la historia de la iglesia en Latinoamérica
ha sido en los últimos años una historia de declive, debido a la
expansión de grupos protestantes evangélicos importados de EE.UU. o de
origen local. Mientras que la región era 90% católica hace 50 años, hoy
en día hay países en América Central donde hoy en día son menos de la
mitad. Ahora todo el paisaje latinoamericano está lleno de las pequeñas
iglesias evangelistas de una sola habitación, desde remotos pueblos del
Amazonas a los laberínticos barrios marginales que rodean las grandes
ciudades de la región.
- 23 de julio, 2015
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