¿Hay virtudes en el Socialismo?
Ante
la pregunta de un amigo, alumno de UCA, y genuinamente preocupado por los
problemas sociales, que me puso a reflexionar sobre una respuesta a porque los
socialistas no logran sus objetivos, o que pasaría si fueran gente virtuosa,
preparé la siguiente explicación, que comparto con Uds.
¿No
hay socialistas buenos, que puedan lograr una sociedad más justa?
No
tengo dudas de que puede haber personas que sean coherentes con las ideas
socialistas que pregonan. El hecho de que yo no haya conocido jamás a ninguno,
no indica que no puedan existir. A lo sumo es un problema de desconocimiento de
esas personas, de mi parte.
De
lo que sí estoy muy seguro, es que las ideas del socialismo son absolutamente
inconducentes al paraíso que proponen. Sencillamente porque nos llevan en otra
dirección. No importando quienes las lleven a cabo. Ni que sean corruptos como
Chávez o Castro o que sean virtuosos como la Madre Teresa de Calcuta o SS
Francisco. El problema del Socialismo, que es un asunto diferente al que planteaste,
es que termina vulnerando la naturaleza de las personas.
Es
propio del ser humano, es una aspiración genuina y un derecho humano
fundamental, poder acceder a tener bienes en propiedad. El derecho de propiedad
es inherente a la naturaleza humana y es esencial a la dignidad de las
personas. Los fundamentos de esto pueden encontrarse no solo en escritos
económicos, sino en la propia doctrina social de la iglesia. Todos los sistemas
sociales que pretendan lograr sus objetivos a través de mecanismos que afecten
o vulneren el derecho de propiedad son inconducentes, inmorales y perversos,
porque violan derechos humanos esenciales. El socialismo implica aplicar una
re-distribución de bienes diferente a la que las personas pueden arribar
mediante sus arreglos libres y voluntarios, en un sistema de economía libre,
abierta y sin injerencia gubernamental.
También
implica afectar el sistema de precios que revela información esencial que es
solo descubrible por este mecanismo. Y cuando se intervienen los precios, nos
quedamos sin conocer las necesidades y las valoraciones de los millones de
individuos que integran la sociedad. Por ende, por muy buenas que sean nuestras
intenciones, jamás vamos a poder atender a sus necesidades, siguiendo sus
propias escalas de jerarquías, privilegiando lo que consideran urgente y
difiriendo lo que consideran accesorio, sencillamente porque no vamos a tener
esa información esencial. Por lo tanto, vamos a producir menos, y vamos a
producir bienes no tan deseados como otros de los que careceremos. La sociedad
va a caer en la miseria. No importa que la maneje Hitler, Castro o un pajarito
chiquitico que encarne el espíritu de Chávez. La gente va a ser cada vez más
pobre.
La
asignación de recursos va a ser cada vez peor. No habrá innovación tecnológica,
nuevos productos y servicios ni forma de descubrirla. Sin una economía abierta,
libre, basada en arreglos libres y voluntarios en el mercado, que funcione
cerca, el ideal socialista no tiene forma de guiar la producción ni de asignar
recursos, ni de premiar la creatividad, la innovación y la búsqueda de la
prosperidad, inherente a la persona humana. Solo puede haber intentos de
socialismo, parasitando e intentando emular a una economía libre.
- 28 de diciembre, 2009
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