Bolivia y el vacío de una ley
El Deber, Santa
Cruz de la Sierra
En la economía actual, las naciones que progresan
compiten duramente entre sí para promover y atraer inversiones a sus
territorios como uno de los principales caminos para generar empleos que
permitan a su población superar la pobreza y alcanzar una prosperidad
sostenible. En Bolivia, durante los últimos años, las inversiones han
disminuido en proporción al crecimiento de la economía nacional, debido a la
incertidumbre creada por las políticas del Gobierno como por la disposición
de la nueva Constitución, que anuncia nueva legislación para todos los
sectores económicos más importantes. Frente a la demanda de inversionistas y
otros gobiernos que han reclamado reglas claras para la inversión, las
principales autoridades del Estado han entregado al empresariado privado un
anteproyecto de ley de inversiones que no solucionará la falta de certidumbre
sobre las condiciones para la inversión y que lo único que conseguirá es
alejarnos aún más en la competencia con otras naciones latinoamericanas por
los flujos de inversión.
El anteproyecto de ley dedica más artículos a la
seguridad de las inversiones estatales que a la seguridad de las privadas, lo
que no tiene sentido, pues no hace falta que el Estado se garantice a sí
mismo o que disponga que se agilizarán los trámites necesarios para facilitar
las inversiones estatales, que se reservan los sectores estratégicos de la
economía para el Estado, o que se prohíba privatizar en el futuro lo
nacionalizado por el actual Gobierno porque todos estos aspectos corresponden
a decisiones del mismo Estado. Este no necesita aprobar una ley para
garantizarse a sí mismo respecto a sí mismo. Todas las leyes de inversiones
que se conocen tienen como principal finalidad ofrecer condiciones de
seguridad jurídica en el largo plazo al sector privado, tanto nacional como
extranjero, para que invierta en un país. Como las inversiones requieren
muchos años para recuperarse y generar rentabilidad, los inversionistas
exigen conocer las reglas bajo las cuales trabajaran durante todos esos años.
La proyectada norma, sin embargo, solo les garantiza
poder remitir sus utilidades al exterior e indemnización en caso de nacionalización.
Sobre lo demás, anuncios genéricos sobre la posibilidad de establecer algunos
incentivos. De esta forma no competiremos en el mundo por las inversiones.
Cuando las exportaciones de gas no sean suficientes para sostener el Estado y
la economía, nos daremos cuenta del costo de estas políticas equivocadas y de
la falta de inversiones
El autor fue presidente de la Cámara
de Senadores de Bolivia.
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