No hay tamarindo dulce ni hambruna beneficiosa
Hoy, revisemos algunos eventos relacionados con hambrunas que
han sufrido determinadas sociedades y sus devastadoras consecuencias.
Empecemos con Ucrania, conocida como el granero de Europa, que
en los años 1932-1933 fue sometida a una hambruna artificial, cuyas causas
fueron la excesiva recolección de granos para financiar la industrialización de
la URSS, precedida por colectivización forzada y el deseo del monarca soviético, Joseph Stalin, de castigar el
“tradicional nacionalismo ucraniano”. Desde el Kremlin se ordenó usurpar las
tierras y el ganado de los campesinos y agrupar a estos en granjas colectivas,
haciendo cumplir esa política a la fuerza por medio de las tropas militares y
la policía secreta. El resultado de esos acontecimientos fue que murieron entre
7 y 10 millones de ucranianos, aniquilados por el agotamiento físico, el tifus,
los envenenamientos gastro-intestinales, el canibalismo, los suicidios, entre
otros trastornos.
En China, la política del Gran Salto Hacia Adelante impuesta con
rigor por Mao Zedong, entre los años 1958-1961, tenía la meta de llegar a
producir más acero que el Reino Unido. Con ese fin, se ordenó a millones de
campesinos abandonar el trabajo agrícola para incorporarse a la producción de
hierro y acero. Se puso en práctica la colectivización forzada en comunas y el
trabajo en masas, prohibiéndose el cultivo privado, lo que dio por resultado
que cayera dramáticamente la producción de alimentos. Como los campesinos no
fueron dotados de conocimientos básicos, ni de tecnología, todo ese esfuerzo
fue improductivo, pues el acero se produjo a base de aleaciones incorrectas y
terminó siendo inservible. Toda esa locura llevó a que murieran literalmente
por inanición alrededor de 30 millones de chinos.
La combinación de una gran sequía, más la carencia de escrúpulos
del líder comunista Haile Mengistu Mariam, generó que el pueblo etíope fuera
golpeado por una terrible escases de alimentos que llevó a la muerte a 1 millón
de personas, en el año 1984. Y la situación se agravó porque Mengistu no solo
obligó a la colectivización en comunas forzadas, que afectaron la producción
agrícola, sino que la ayuda económica y alimentaria que recibió del exterior,
la invertía en sustentar sus guerras contra Somalia y Eritrea y en beneficiar
exclusivamente a sus militares…
¿Por qué traer a colación este tema?
Pues parece que prestigiosos científicos pretenden hacernos
tontos. Tal es el caso de las conclusiones emitidas por un equipo de médicos
españoles, cubanos y estadounidenses, dirigidos por Manuel Franco, profesor en
la Universidad de Alcalá y la Universidad Johns Hopkins de EEUU, e investigador
en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), de Madrid.
Esos estudiosos analizaron la etapa más crítica de
desabastecimiento y la carencia de transporte, comprendida entre 1991 y 1995,
cuando el llamado Período Especial, y señalaron que la pérdida de peso devenida
del hambre por la falta de alimentos y el aumento del ejercicio físico por las
graves limitaciones del transporte, tuvieron el notable beneficio de derivar en
un descenso de las enfermedades del corazón y la diabetes. O sea, los cubanos
somos distintos al resto del mundo, según el estudio de este prestigioso team.
La hambruna y el estrés acompañante a estas situaciones
carenciales ha sido causa del incremento significativo de morbimortalidad en
las poblaciones que las han padecido, sin embargo, nos quieren hacer creer que
en los cubanos lo que trajo fue beneficio. Claro, dichas conclusiones ni se
toman el trabajo de mencionar que fue precisamente en 1991 cuando se desató en
Cuba una epidemia de Beriberi o Polineuropatía periférica, directamente ligada
al asfixiante problema alimentario, que es la mayor de su tipo conocida en todo
el continente Americano, y que afectó a cerca de 60 mil cubanos, de los cuales
muchos terminaron padeciendo complicaciones motoras y neurológicas
irreversibles.
Eso sin contar que las conclusiones de su publicitado estudio,
se basan en las estadísticas aportadas por el propio régimen. Que mal empleado
estuvo el dinero para realizar esa investigación, pudieron utilizarlo en algo
un poco más serio.
- 23 de enero, 2009
- 23 de diciembre, 2024
- 24 de diciembre, 2024
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