Hambre y subsidios
Madrid – Pasó por aquí, hace unos días, el
Director General de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, y habló
sobre el hambre en el mundo. Reclamó más y más esfuerzos para acabar
con ese flagelo que afecta a algo más de 850 millones de habitantes de
la Tierra, pero al tiempo destacó lo logrado en las últimas dos décadas.
También recordó un tema al que muchos olvidan y que contribuyó a
empeorar la situación, la del hambre y el empobrecimiento mundial, que
es el de los subsidios agrícolas en la Comunidad Europea.
En veinte
años –de 1992 al 2002– el porcentaje de personas que padecen hambre
crónica cayó del 19 al 12 por ciento –de mil millones bajó a 850
millones de habitantes–, lo que es un logro muy importante. Pero lo
conseguido es mucho más si se tiene en cuenta que en 1992 la población
mundial alcanzaba los 5,200 millones y veinte años después roza los
7,200 millones de habitantes. Esto quiere decir que no solo se ha
conseguido mejorar la alimentación a 150 millones de habitantes –la
caída experimentada en términos absolutos– sino que se ha logrado nutrir
dentro de un marco satisfactorio a dos mil millones de seres humanos
que se han sumado. No es poca cosa.
El otro asunto, el de los
subsidios agrícolas, también es importante que se analice con seriedad:
esto es, lo que implicó esa medida dirigida a proteger a los campesinos
europeos, evitando que emigraran a las ciudades, pero que empujó al
hambre y al empobrecimiento al resto del campesinado del mundo,
especialmente del llamado tercer mundo, parte del cual trató de huir
hacia las ciudades, sobre todo las europeas, en busca de trabajo y un
poco de pan.
Sería bueno que hoy la Europa en crisis, además de
asumir esas culpas, tomara conciencia no solo de las consecuencia
migratorias de los subsidios agrícolas, sino de en qué medida esas
decisiones económicas voluntaristas motivaron la crisis que hoy aflige
al viejo continente.
Los hechos son tozudos y la economía
caprichosa y las soluciones no se logran por decreto. La salida no pasa
por nuevas subvenciones ni por acusar de todos los males al
neoliberalismo. Los subsidios agrícolas nada tienen de neoliberal y todo
lo conseguido en la lucha contra el hambre se concretó tras el derrumbe
del mundo socialista. Son datos de la realidad cuyo reconocimiento son
el punto de partida para comenzar a superar los problemas. Si se insiste
con las ficciones, las fórmulas voluntaristas, fáciles, sin algo de
dolor y sacrificio y el maniqueísmo, señalando al “neoliberalismo” como
el villano de la obra, es difícil que se produzcan los cambios.
El
desempleo no se soluciona con seguros de paro o aumentando la plantilla
de funcionarios públicos. Llega un momento que no hay posibilidades ni
lugares de donde sacar más dinero para pagarles. Los que trabajan, tarde
o temprano, se cansan de pagar cada vez más para mantener a los que no
lo hacen. De eso es, por ejemplo, de lo que se quejan los contribuyentes
finlandeses, alemanes, holandeses. Además, las empresas se cierran, los
más valiosos se van y las inversiones no llegan.
Y cuidado con
el expediente fácil, de atribuir todos los males al liberalismo. Es una
bandera para cualquiera; para los que solo saben esconder la cabeza pero
también para los radicalismos.
Y esto último es muy peligroso e infortunadamente es lo que se está viendo, y creciendo, en la Europa de estos días.
La
extrema derecha y la extrema izquierda han tomado esas banderas: contra
el Euro, contra los emigrantes, contra la banca, contra el
imperialismo, contra el neoliberalismo. Y están sumando. Es cierto que
han contado con la ayuda de mucho tonto útil que les ha preparado el
terreno, pero también es cierto, y hay que reconocérselos, que son
coherentes: siempre han estado contra la libertad.
- 28 de diciembre, 2009
- 23 de julio, 2015
- 14 de noviembre, 2014
- 8 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
- 1 de junio, 2020
Antes que nada e independientemente del contenido que Galeano estampa en su prosa,...
30 de diciembre, 2014Clarín La pelea del Gobierno con el Banco Central le borró la sonrisa...
15 de enero, 2010- 15 de enero, 2009