Lo que le faltó decir a Obama
Leí con atención el artículo del presidente Obama
publicado en The Miami Herald días atrás sobre cómo mejorar las
relaciones de Estados Unidos con Latinoamérica, y me pareció bastante
decepcionante.
El artículo, titulado “Como mejorar nuestra alianza
con America Latina”, y publicado tras el regreso de Obama de su viaje a
México y Costa Rica, dice que “este es un momento de gran promesa para
nuestro hemisferio”, y está lleno de optimismo sobre el futuro de las
relaciones inter-americanas.
Pero, desafortunadamente, revela una
total ausencia de cualquier plan para expandir significativamente las
relaciones comerciales con la región, como Obama lo está haciendo con
Asia y Europa. Tampoco contiene señales de que, en su segundo mandato,
Obama le prestará mucho más atención al hemisferio.
Antes de
entrar en lo que debería hacer Obama, veamos los hechos. En su artículo,
Obama celebró que el 40 por ciento de las exportaciones estadounidenses
van a Latinoamérica, y de que estas exportaciones están creciendo más
rápidamente que las de Estados Unidos al resto del mundo.
Además,
Obama celebró que el Congreso finalmente está cerca de aprobar una
reforma migratoria integral. Aunque se trata de un tema interno de
Estados Unidos, esta reforma tendría un impacto positivo en México y
Centroamérica, ya que millones de inmigrantes, una vez legalizados,
podrían visitar sus países natales, y enviarían más dinero a sus
familias en sus países de origen.
Lo que no dijo
Todo eso está muy lindo. Pero he aquí lo que Obama no mencionó en su artículo:
•
El comercio total entre Estados Unidos y Latinoamérica ha caído en la
última década en relación al comercio total de Estados Unidos. Mientras
que en el año 2000 el comercio entre Estados Unidos y la región
representaba el 39 por ciento del comercio total de Estados Unidos, en
el 2012 esa cifra bajó al 38 por ciento, según datos del Departamento de
Comercio de Estados Unidos.
• Pese a la promesa de campaña de
Obama en el 2008 de lanzar “una nueva alianza de las Américas”, el
presidente no ha iniciado ninguna iniciativa regional de libre comercio.
En comparación, todos los otros presidentes recientes de Estados Unidos
han iniciado —o al menos han intentado iniciar— un acuerdo
inter-continental.
• Obama ha lanzado negociaciones de libre
comercio para firmar una Asociación Trans-Pacífica, mayormente con
países asiáticos, y otras negociaciones comerciales para firmar una
Asociación Transatlántica con los 27 miembros de la Unión Europea, pero
no ha anunciado ningún plan para la concreción de una Asociación
Trans-Americana.
Es cierto que el plan de la Asociación
Trans-Pacífica incluye a algunos pocos países latinoamericanos del
Pacifico, como México, Perú y Chile, pero son una pequeña minoría dentro
del planeado bloque comercial.
• En su viaje a México del 2 de
mayo, Obama no accedió al pedido de México de ser incluido en las
conversaciones de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión
Europea. El gobierno mexicano había pedido que México y Canadá fueran
incluidos en el proyecto de la Asociación Transatlántica.
• Pese a
que en el 2011 Obama anunció un ambicioso plan para hacer subir a
100,000 el número de estudiantes latinoamericanos en las universidades
de Estados Unidos, y a 100,000 el número de estudiantes estadounidenses
en las universidades latinoamericanas, el proyecto está avanzado a paso
de tortuga.
El plan requiere grandes aportes del sector privado,
pero Obama ha invertido poco tiempo y capital político en ese objetivo.
La recaudación de fondos quedó a cargo del Departamento de Estado, cuyo
jefe —el Secretario de Estado John Kerry— ha mostrado escaso interés por
Latinoamérica.
‘Patio trasero’
Kerry
no viajó con Obama a México y Costa Rica la semana pasada, y el
comentario que hizo el 18 de abril en una audiencia parlamentaria, donde
afirmó que Latinoamérica era “nuestro patio trasero”, ofendió a todo el
mundo en la región.
Mi opinión: Tal como lo saben los lectores
regulares de esta columna, en casi todos los temas prefiero a Obama
antes que a sus críticos republicanos.
Pero no puedo negar que,
desafortunadamente, tal como lo demuestran las recientes iniciativas
comerciales de Obama con Asia y Europa, el presidente mira hacia el Este
y el Oeste, mucho más que hacia el Sur. Ni él, ni Kerry, ni ningún
funcionario de alto nivel de su gobierno le prestan mayor atención a la
región.
Tal vez sea demasiado tarde para esperar algún cambio.
Pero lo menos que podría hacer Obama es involucrarse personalmente en
los proyectos que ya ha lanzado. Podría, por ejemplo, levantar el
teléfono y pedir a los presidentes de las más importantes
multinacionales que hagan donaciones para su plan de llevar a 100,000
estudiantes latinoamericanos a Estados Unidos, y a 100,000 el número de
estudiantes estadounidenses que vayan a Latinoamérica, que probablemente
sea su mejor proyecto para la región. Si Obama no se involucra
personalmente, ni siquiera se cumplirá ese objetivo.
- 28 de diciembre, 2009
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