Los quintacolumnistas del estatismo

Por
qué la libertad global no avanza rápidamente, porque los quintacolumnistas del
estatismo hacen su trabajo. Vociferan la defensa de la libertad y hasta se
dicen heroicos soldados pero, realmente, por ignorancia o por soberbia
introducen el germen del estatismo: la violencia.

«No
tengáis miedo» repetía Juan Pablo II porque sabía que el miedo es el padre
de la violencia y de graves males personales y sociales. Escribió Maureen Dowd,
en The New York Times, que «el ácido que carcomió la presidencia de George
W. Bush fue el miedo: lo difundió y sucumbió ante él… La tragedia del
11 de septiembre fue escalofriante. Pero… Bush dejó que el miedo…
ganara». Y así inició una lucha violenta «contra el terrorismo»,
empezando con la «ley patriota» que permitió al FBI apoderarse de
registros telefónicos y bancarios. Además, había autorizado a la Agencia de
Seguridad Nacional (NSA, en inglés) a realizar escuchas telefónicas y leer
mails sin orden judicial.

Y
Obama ha continuado «la tarea». The
Guardian reveló un documento de abril de 2013 en el que la Corte
autorizaba al Gobierno a apoderarse de los registros telefónicos de clientes de
Verizon. Un día más tarde, The
Guardian y The Washington Post, revelaron la existencia de otro
programa secreto: Prism, que permite a la NSA y al FBI hacerse de mails, chats,
videos y archivos enviados y recibidos, y monitorear la actividad en redes
sociales, entre otros de Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL,
Skype, YouTube y Apple, «con el propósito de rastrear a terroristas».
No me preocupa que me puedan espiar, no tengo nada que esconder, pero ¿a qué
viene este miedo, esta negatividad de ver en todos potenciales delincuentes?

Washington
no solo espía a ciudadanos de «países enemigos». Con un programa que
se llama Boundless Informant (Informante sin Fronteras), ha monitoreado a Irán,
Pakistán, Jordania, Egipto y la India, mientras que Gran Bretaña tiene su
propio programa y Alemania, que fue espiada con mayor intensidad que Turquía y
Rusia, aparece clasificada junto con China, Arabia Saudita, Iraq y EEUU.

El
estatismo es la creencia de que el Estado (el monopolio de la violencia) debe
imponer (resguardar, salvar, proteger) el orden social que no sería un orden
natural, espontáneo. Así, tanto Bush como Obama creen que la libertad debe
defenderse violentamente lo que es un contrasentido porque, ya decía la
escolástica medieval, la violencia es contraria al orden natural dado que,
precisamente, se realiza para desviar los hechos espontáneos, naturales. Toda
violencia está siempre dirigida a destruir la libertad por mucho que vociferen
lo contrario.

Entonces,
cómo se evita el delito. Primero el Estado debe dejar de criminalizar para
justificarse, como hace con ley «ley seca» para los estupefacientes
dañinos y la consecuente «guerra contra las drogas». Recuerdo a una
señora mayor, excelente persona, que al pasar por aduanas trayendo un regalo
para su nieto, mintió diciendo que no traía nada: el Estado obliga a
comportamientos que de otro modo no serían morales como mentir en este caso.
Segundo, en la defensa propia y del bien común, deben utilizarse
«armas» más efectivas que la violencia: el muro de Berlín que no pudo
ser evitado por las «potencias» nucleares occidentales, fue volteado
por el accionar pacífico de personas como Juan Pablo II.

El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute, de Oakland, California.