Las estaciones del amor

Firmas Press

De qué habrían conversado Celine y Jesse tras ver Amour,
la oscarizada cinta de Michael Haneke sobre el amor en la última etapa
de la vida? Sin duda, habrían entablado una discusión a fondo y
apasionada. Así es esta pareja que muchos hemos seguido
intermitentemente desde 1995.

El romance de la francesa Celine y
el estadounidense Jesse comenzó en la década de los noventa, cuando el
director de cine Richard Linklater estrenó Before Sunrise,
una crónica del breve encuentro en Viena de los dos jóvenes, quienes
entonces eran dos inquietos veinteañeros con la intención de comerse el
mundo. Los seguimos mientras recorrían la ciudad a la vez que se
seducían mutuamente, y antes de despedirse a la mañana siguiente bajo la
promesa de volverse a ver seis meses después. Sin embargo, Celine y
Jesse tardarían diez años en reencontrarse, concretamente en la segunda
entrega, titulada Before Sunset.

En 2004 Jesse ya es un escritor con un bestseller inspirado
en aquel fugaz encuentro y Celine es una activista a favor del
medioambiente. Ambos coinciden en París y de nuevo aprovechan una
prolongada caminata para retomar la plática, algo más curtidos y con
complicadas vidas sentimentales. Al finalizar el filme nos quedamos con
la duda: ¿acaso ya no podían aplazar más la historia de amor que el azar
había interrumpido?

Pues bien, ha tenido que pasar otra década para despejar la
incógnita y Linklater lo ha hecho regalándonos la tercera parte de la
trilogía, Before Midnight. Celine y Jesse
ya son cuarentones y al hijo que aportó él de una relación previa se han
sumado dos preciosas niñas gemelas que la pareja ha tenido. Atrás
quedaron los fulgores de la juventud y ambos se muestran algo más ajados
a pesar del descanso estival en un bello paraje griego donde transcurre
la trama.

En su línea habitual, la cámara del director sigue
pacientemente a la pareja porque en esos recorridos sus conversaciones
son como una madeja de hilo que desenrolla sus temores, sus
desilusiones, sus frustraciones, sus dudas existenciales. Y es que
presenciamos la primera gran crisis de Celine y Jesse, dispuestos a
diseccionar hasta el final las diferencias que han ido surgiendo con la
erosión de la convivencia.

Lo que habría podido ser otra “escena
de matrimonio”, con la atmósfera asfixiante a la que nos tenía
acostumbrados Bergman, o incluso con el tono amargo de la pareja
conformada por Albert Finney y Audrey Hepburn en Dos en la carretera, en Before Midnight
el desgaste marital se transforma en una aguda discusión dialéctica y
de igual a igual en torno al amor y el desamor, no exenta del más puro
romanticismo. También hay momentos hirientes como la escena que se
desarrolla en una claustrofóbica habitación de hotel, donde una noche de
anticipada pasión desata una monumental bronca en la que salen a
relucir los reproches que se acumulan y pueden hacer tambalear la
relación más sólida.

Cuando Celine y Jesse se enamoraron hace veinte años quienes los conocimos entonces, como una suerte de voyeurs entrometidos,
de algún modo también nos enamoramos de ellos porque eran el reflejo de
nuestra juventud y ese primer amor, arrollador y vivo, que todos
recordamos. Queríamos que los personajes de Linklater permanecieran
eternamente unidos y felices porque es lo mismo que deseamos cuando
creímos encontrar a esa media naranja definitiva. Hemos sido sus fans
incondicionales porque si ellos triunfaban en la dura prueba del amor
cabía la posibilidad de que también nosotros sortearíamos los abismos de
relaciones condenadas al fracaso.

Contrario a la letra fácil del
tango, veinte años es mucho y pasan factura incluso a quienes se han
amado y deseado intensamente. Celine y Jesse temen que el vendaval del
tiempo borre lo que los atrajo cuando se conocieron en un tren que los
llevaría a la romántica Viena. Los hemos acompañado hasta este tramo del
camino con el entusiasmo de quienes animan al pelotón de ciclistas a
alcanzar la meta. ¿Nos reencontraremos con ellos de aquí a diez años?
Las mejores historias de amor siempre tienen un final abierto.

www.firmaspress.com

© Firmas Press