Las razones de la ira en las calles de Brasil
Varias semanas han pasado desde que se produjo la primera protesta contra el aumento del pasaje de autobús en Brasil.
Lejos de apaciguarse, la ira entre los manifestantes ha conquistado nuevos seguidores y se ha aliado con otras causas.
El lunes, decenas de miles de
personas salieron a las calles de distintas ciudades de Brasil para
expresar su descontento con las autoridades.
¿Qué desató las protestas?
Las manifestaciones empezaron como una reacción
al aumento del precio de autobús, metro y tren, dispuesto a inicios de
junio, de 3 reales (US$1,40) a 3,20 (US$1,50).
Pero a medida de que se desarrollaron las
protestas, un nuevo incentivo surgió para que muchos brasileños salieran
a las calles: las tácticas policiales para frenarlas.
El jueves, en Sao Paulo, testigos aseguraron
haber visto a la policía disparando balas de goma a manifestantes
pacíficos. Muchos funcionarios -dijeron los testigos- ocultaron sus
identificaciones para evitar que sus nombres fueran vistos.
Más de 100 personas resultaron heridas y 190 fueron detenidas.
Video: disturbios en Río
Este lunes, en una marcha en Belo Horizonte que
reunió cerca de 20 mil personas según medios locales, la policía utilizó
gases lacrimógenos y balas de goma para evitar que manifestantes se
acercaran al estadio mundialista Mineirao.
En Porto Alegre también hubo enfrentamientos
entre policías y manifestantes, con gases lacrimógenos y balas de goma
lanzadas en el centro de la ciudad tras una marcha que congregó más de
10 mil personas.
Según analistas, los enfrentamientos muestran un
desconcierto de las autoridades brasileñas para lidiar con protestas
callejeras atípicas en este país y exponen una herencia que la policía
arrastra del gobierno militar (1964-1985).
Sin embargo, las autoridades negaron un
desempeño erróneo por parte de sus agentes y prometieron que
investigarían las denuncias de exceso policial.
¿Es sólo el aumento del pasaje lo que ha provocado el descontento?
No. Observadores aseguran que el aumento del pasaje fue sólo la chispa que desató la ira.
En sus interpretaciones de las causas de las
protestas, los sociólogos y politólogos destacan la insatisfacción de
los jóvenes con el gobierno y con las condiciones de vida en las grandes
ciudades.
"Hay una especie de malestar generalizado, sin
un enfoque claro. Hay una especie de resentimiento y frustración de
orden social, alimentada por un estilo de gestión que no ofrece un
diálogo público", le dijo a BBC Brasil el sociólogo Gabriel Cohn.
Es así como al aumento del transporte público
ahora se suma una gama de temas que han provocado descontento entre los
brasileños.
Los altos costos de organizar la Copa
Confederaciones de Fútbol (en plena celebración) y de la Copa de la FIFA
2014 son cuestionados, pues los manifestantes aseguran que mayores
inversiones son necesarias en los sectores de la educación y la salud.
"Renuncio a la Copa del Mundo. Quiero dinero para la educación y la salud", gritaban los manifestantes en la capital, Brasilia.
Gary Duffy, editor de la BBC en Brasil, señaló que la corrupción política también está presente en la agenda de los movilizados.
"Algunos políticos son acusados de otorgarse
salarios altos y nombrar a familiares en puestos de trabajo inexistentes
en la capital", indicó el periodista.
Entre las manifestaciones pacíficas y violentas,
lo que parece evidente es la profunda división que hay entre muchos
brasileños y los políticos.
¿Quién está detrás de las protestas?
organización Movimiento Pase Libre (MPL), una agrupación de base
estudiantil que promueve políticas de transporte público gratuito de
carácter masivo.
Ese grupo se convirtió en el principal impulsor
de las manifestaciones que se extendieron por Sao Paulo primero, y a
continuación por varias ciudades de Brasil.
Después de varias semanas, decenas de miles de
personas, la mayoría de ellas jóvenes, han salido a las calles a
expresar colectivamente su descontento.
A los grupos de jóvenes se ha unido el movimiento Copa Pra Quem?
(¿Copa para quién?), que protesta por el alto costo de la celebración
del torneo y las repercusiones de las obras en construcción en el
terreno sobre las comunidades.
Alberto Almeida, experto en opinión pública del
Instituto Análise, en Sao Paulo, señala que las protestas son impulsadas
por "radicales de izquierda" que buscan explotar políticamente el
descontento por los precios del transporte urbano.
Organizadores de las protestas han intentado evitar los actos de violencia y vandalismo, pero a veces no lo han conseguido.
¿Cómo ha reaccionado el gobierno?
La presidente Dilma Rousseff, quien fue
abucheada en la inauguración de la Copa de Confederaciones el sábado,
dijo que las protestas son "legítimas" y que forman parte de la
democracia.
Pero expertos aseguran que el liderazgo político
no veía venir el surgimiento de un fenómeno social que cada semana
cobra más fuerza.
"Perplejos y con un paso atrás, tienen que
decidir cómo responder en un país que está en el centro de la atención
internacional", indica Duffy.
Dos encuestas realizadas la semana pasada mostraron caídas en los niveles de aprobación al gobierno.
El descenso fue de ocho puntos en uno de esos sondeos, realizado por Datafolha: de 64% de aprobación en marzo a 57% en junio.
Es la primera vez que la firma registra una caída de popularidad de Rousseff desde que comenzó su gobierno en 2011.
Cuatro de cada cinco encuestados dijeron sentir el aumento de los precios de alimentos.
¿Por qué en Brasil?
Como señala Duffy, en los últimos años los
titulares sobre Brasil reflejan un país que quiere mostrarse como una
potencia agrícola y en el que millones de personas han sido sacadas de
la pobreza. "Es un país que está aprovechando la oportunidad de
destacarse en el ámbito internacional".
Brasil es una de las principales economías del
mundo y es integrante -junto a Rusia, India, China y Sudáfrica- de los
BRICS, las naciones emergentes más poderosas del mundo. El Mundial de
2014 y las Olimpiadas de 2016 son parte de las banderas que la nación
sudamericana enarbola.
Pero para muchos brasileños, el aumento de las expectativas económicas no tiene ninguna relación con los resultados reales.
Pese a las mejoras de infraestructura en algunas ciudades, la delincuencia continúa siendo un grave problema.
– – – – –
Quién es quién en las calles de Brasil
La
cuestión de quién organizó inicialmente las protestas intriga a políticos y
analistas, ya que se trata de un fenómeno sorpresivo en Brasil. Pero la
respuesta no es simple.
Lejos
de ser algo nuevo, el Movimiento Pase Libre, que usó las redes sociales para su
convocatoria, cobró forma en 2005, primero para reclamar libre acceso al
transporte público para estudiantes y luego para todos.
Se
define como un grupo autónomo y sin partido político, algo que parece haberlo
ayudado en las protestas: una encuesta de Datafolha indicó que 84% de los 65
mil manifestantes el lunes en Sao Paulo carece de preferencias partidarias.
Sin
embargo, el propio MPL ha reconocido que no tiene control completo de las
manifestaciones ni de los grupos involucrados, algo que ha quedado en evidencia
a medida que las manifestaciones han estado creciendo.
Por
otro lado, "¿Copa para quién?" es un movimiento social que protesta
por el impacto de las obras del Mundial y los Olímpicos de 2016 en barrios
humildes en riesgo de desalojo o ya desplazados.
Lo
que sí es nuevo en Brasil es el apoyo masivo que han tenido en las calles estos
reclamos, pese a la falta de una única estructura orgánica para canalizarlos. O
tal vez, precisamente, debido a esa ausencia.
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