Los baby steps castristas

El Nuevo Herald

En What’s about Bob?
(¿Qué pasa con Bob?), una película inolvidable dirigida por Frank Oz,
sobresale la actuación fuera de liga de uno de mis artistas favoritos de
Hollywood, Bill Murray.

¿El tema? Un hombre neurótico tiene fobias y
manías con tintes esquizoides, padecimientos que también sufre la
revolución cubana.

Trazo un paralelo entre la enfermedad de Bob y
la del bunker de La Habana porque los síntomas de ambos incluyen
creencias irracionales, una de ellas, ¿cómo es posible que un gobierno
sobre la faz de la tierra pueda pensar en serio que el marxismo
leninismo soluciona los problemas económicos de un pueblo? Segundo
síntoma: alucinaciones, y la más disparatada es que continuamente surge y
resurge la noticia en primera página del Granma que
Estados Unidos va a invadir la isla, libreto que repiten una y otra vez
según soplen los vientos de problemas internos o externos. El tercer
síntoma es el habla incoherente, y ahí están los delirios interminables
de Fidel continuados por Raúl, pero con más decencia hacia sus oyentes,
más parquedad espartana y menos juegos artificiales, aunque con la misma
cantidad de mentiras insufribles y promesas que jamás serán cumplidas.

Discursos
en los que nadie cree porque son alimento exclusivo del castrismo duro
actual de Cuba que no llega al 25%, y que lo completa un 3% de una
heroica disidencia como la de Yoani y Fariñas, y un 72% que lidera
Pánfilo con su inmortal grito de “Jama, lo que Cuba necesita es jama”.
Grito de borrachera e indignación que me entusiasma. Y es que nuestros
cambios históricos siempre los han producido los gritos.

Y ustedes
se preguntarán: ¿y qué tendrá que ver la situación actual de Cuba con
una película cómica de Hollywood? Pues sí tiene. Esto viene a cuento
porque acabo de leer en El Nuevo Herald que la estatal empresa de
comunicaciones de Cuba (ETECSA) acaba de anunciar que piensa conectar a
internet a los hogares de la isla a finales del 2014. Es decir, todo en
Cuba va a velocidad de tortuga.

Y ahí está el detalle como diría Cantinflas. En la película What’s about Bob,
el genial psiquiatra Leo Marvin (Richard Dreyfuss) le ha aconsejado a
su enfermo Bill Murray que cada cosa que haga debe hacerla como una
criatura, con baby steps, los pasos inseguros, desequilibrados y
tambaleantes de un niño, y eso lo disfruté enormemente el pasado sábado
viendo a mi nieto Panchito haciendo un esfuerzo heroico por caminar el
día que cumplió un año. Y al mismo tiempo, me causa consternación y
patetismo ver a los gobernantes de Cuba, step by step (paso
a paso), como mi nieto, tratando de hacer avanzar a la revolución sin
riesgos, con los 54 años de edad que tiene el castrismo en su viejo
lomo.

¿Cuál será el relevo de Raúl Castro? Hay multitud de
posibles nombres. Miguel Díaz Canel y Mariano Murillo entre otros. Pero
estas son ingenuas aspiraciones. Quizás esté equivocado pero solo el
tiempo tendrá la última palabra frente a mi pronóstico. Para mí los
Castro son marxista leninistas que piensan que tienen sangre azul, son
reyes. Los deseos que reposan en la zona cortical de sus cerebros, es
que el apellido de Birán se perpetúe en el poder mucho más allá del
emperador chino Kanxi, que duró 61 años, o la reina Victoria de
Inglaterra, que duró 64. Y muy importante, solo un Castro podrá
substituir a otro Castro.

Y no me voy con la bola alta y afuera de
que pueda gobernar en Cuba un minuto Mariela, estrella artificial de
los medios. La mentalidad de los siniestros hermanitos es machista hasta
los tuétanos. Y a un país de machos solo debe gobernarlo un macho. ¿Mi
opción? Alejandro Castro Espín.

Por otra parte, ¿hay reformas en
Cuba? ¿Son las correctas? Muchos estudiosos del tema dicen que sí. No
los contradigo, pero añado que los cambios necesarios no podrán lograrse
con baby steps. O las reformas son más
profundas y rápidas, sin vacilaciones ni inseguridades sobre la cuerda
floja de la historia, o una vez que la biología le de la patada a la
lata a los padres actuales de la criatura monstruosa, la sucesión
ordenada que tienen hoy planificada se la comerá de una mordida la
miseria de un pueblo harto de injusticias. Y entonces, arderá
desgraciadamente Troya.