Guatemala: Prejuicios importados
La reciente columna de opinión Guatemala ante el
espejo, del ex comisionado de Cicig, Carlos Castresana, demuestra por
qué ese “experimento” habrá sido, en el largo plazo, un fiasco para los
guatemaltecos. Al final, habrán prevalecido los particulares objetivos
de la “comunidad internacional” y de comisionados que han venido a
Guatemala a alimentar sus prejuicios. La columna es una apología del
viciado juicio contra el general Ríos Montt; que minimiza las
parcialidades del tribunal como simples “incidencias procesales”.
Castresana se adhiere a la censura de Cicig contra
ciudadanos, signatarios de los Acuerdos de Paz, que criticaron el juicio
y no oculta su claro sesgo ideológico con el que vino a Guatemala. Ello
es particularmente evidente con el tema de la pobreza al afirmar, que,
“…cuando pude señalar esta realidad injustificable a representantes del
reducido sector privado que posee la mayoría de la riqueza en el país,
uno de ellos, con parsimonia indescriptible, se limitó a comentar: no
hay mal que por bien no venga, así las indias tienen las manos más
pequeñas para mejor cosechar el café”. Poner por escrito un dudoso y
aberrante comentario como ese, y pretender utilizarlo para describir la
actitud de todo el sector privado de Guatemala, evidencia la clase de
fiscal, de juez y de persona que es el señor Castresana.
En su
oportunidad, hubo pocos ciudadanos que tuvimos el valor de pronunciarnos
en contra de la presencia de Cicig en nuestro país. Para nosotros era
evidente que la creación de un pro-cónsul con absoluta impunidad, otro
experimento de la “comunidad internacional”, sería un fracaso más en esa
ingenua tendencia de “construir naciones”. Castresana tuvo la inmensa
responsabilidad de ejercer ese cargo con inteligencia y sabiduría. Pero
lo hizo con la soberbia, impunidad e imprudencia propia de los
prejuicios que le caracterizaron.
Su abierto odio hacia
empresarios explica la manera como Cicig ha manejado los casos de Pavón,
donde hay que encarcelar, a puro tubo, a un ex presidente de la Cámara
de Industria —Carlos Vielmann— con quien me unen lazos de parentesco. O
la forma como se quiso ligar el asesinato de otro distinguidísimo
empresario —Khalil Musa— con el contrabando de telas. No digamos la
“verdad interina” para mantener en la cárcel, sin posibilidades de un
juicio justo, a los hermanos Valdez Paiz; sólo para mencionar los casos
más cubiertos por la prensa.
Dicen que Cicig tiene el “mérito” de
crear un Ministerio Público más eficaz. En mi opinión eso queda
empañado con la introducción de la corrupta y ponzoñosa práctica de usar
“testigos protegidos” que no son, ni más ni menos, que criminales
comprados a cambio de dejarlos fuera de la cárcel. Amén de las amenazas a
jueces que no fallan a su favor, de intimidaciones a ciudadanos y
columnistas que no opinan como ellos y de maliciosos retrasos de
justicia o su “eficaz aplicación”, cuando conviene a sus intereses
ideológicos. Eso no fue lo que la ONU nos prometió pero es lo que nos ha
heredado. ¿Hasta cuándo lo vamos a permitir?
- 23 de julio, 2015
- 4 de febrero, 2025
Artículo de blog relacionados
El Comercio, Lima CARACAS. – El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, llamó hoy...
5 de agosto, 2012Infolatam Lima - Los líderes de 21 países que integran el Foro de Cooperación...
20 de noviembre, 2008- 27 de agosto, 2016
Libre Mercado, Madrid No comprendo por qué regatear tanto esta solución. ¿A quién...
8 de octubre, 2011