Pussy Riot contra Putin
Un puñado de mujeres jóvenes se ha convertido en
la kryptonita que por momentos debilita a Vladimir Putin. Se trata de la
banda punk Pussy Riot, compuesta por casi una docena de veinteañeras,
cuyas manifestaciones artísticas se centran en dejar al descubierto el
abuso de poder y la corrupción que plagan el gobierno del presidente
ruso.
El grupo se dio a conocer internacionalmente cuando el pasado
verano organizaron un performance contra el Kremlin en la catedral de
Moscú. Tres de las integrantes, Nadezhda Tolokonnikova, Maria Alyokhina y
Yekaterina Samutsevich, fueron arrestadas y condenadas a dos años de
prisión, de los cuales dos de ellas están cumpliendo en cárceles
alejadas de la capital mientras que la tercera fue puesta en libertad
recientemente pero tiene prohibido salir del país.
A pesar del
empeño que puso el gobierno en silenciarlas y eliminar de las redes
sociales sus provocadores vídeos, la irreverente actuación de las Pussy
Riot se propagó como un tsunami y su cruzada, a favor de la libertad de
expresión, encontró defensores en grupos de derechos humanos y también
entre artistas tan famosos como Madonna y Paul Mc Cartney.
Las
duras condiciones en las que viven las dos muchachas que permanecen en
prisión, y a las que el gobierno les ha negado un indulto, serían
suficiente motivo para que el resto de las chicas abandonara sus gestos
arrojados y el desafío de presentarse con capuchas que ocultan sus
rostros. Sin embargo, las Pussy Riot mantienen que nada ni nadie las
pueden silenciar y que continuarán denunciando los atropellos que comete
un régimen autoritario dirigido por un ex oficial del KGB.
Lo
cierto es que si el gobierno ruso quisiera perseguir aún más a las que
están en la calle, se tropezaría con la solidaridad de muchos en el
exterior con estas rebeldes con causa. Por lo pronto HBO estrenó un
documental sobre el grupo que circula en festivales prestigiosos. Con
motivo de la premiere dos de las integrantes de las Pussy Riot
aparecieron por sorpresa en Nueva York y en Manhattan, donde visitaron
la Estatua de la Libertad y las galerías más vanguardistas, dijeron que
su arte va más allá de la música, pues se consideran activistas que
emplean la multimedia para hacer llegar su mensaje libre y disconforme.
Las
Pussy Riot ni siquiera se han sentido intimidadas por el juicio del
también disidente y líder de protestas Aleksei Navalny, quien acaba de
ser condenado a cinco años de cárcel por un supuesto delito de
malversación. Precisamente, coincidiendo con el juicio de Navalny, el
grupo lanzó una nueva canción, Like a Red Prision, en la que denuncian
el supuesto enriquecimiento de Putin y sus aliados por medio del
millonario negocio petrolero.
Es evidente que la disidencia y la
oposición corren peligro en la Rusia de hoy, cada vez más alejada del
espíritu aperturista que se vivió en la era post perestroika. De ahí el
valor de unas jóvenes que, pudiendo marcharse, dicen que se quedan
porque aman a su país y es su deber luchar por los derechos humanos. Las
anarco-feministas Pussy Riot burlan todos los encierros que les
imponen.
© Firmas Press
- 23 de julio, 2015
- 19 de diciembre, 2024
- 29 de febrero, 2016
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