El drama carcelario de Bolivia
El Deber, Santa Cruz
Esta situación se agrava si la mayoría de los
detenidos se encuentra privado de libertad con carácter preventivo, lo que
significa que la mayoría pasará varios años en esta condición sin que haya
concluido un juicio en el cual se les haya demostrado culpabilidad y aplicado
una condena. Mientras tanto, durante este tiempo, muchos de ellos habrán
tenido que ingresar en el círculo vicioso del crimen, expuestos a cometer
delitos más graves que los que los llevaron a la cárcel.
Se ha informado que aquella tragedia carcelaria fue
el resultado de un enfrentamiento entre presidiarios que disputan el poder de
los dos pabellones de máxima seguridad. Sin embargo, las causas son más
graves; responden a una mezcla del fracaso de nuestro sistema de justicia, de
corrupción generalizada en nuestras entidades públicas, especialmente
aquellas relacionadas con la seguridad pública, de la falta de
infraestructura penitenciaria, construida en su casi totalidad hace varias
décadas, del hacinamiento que sufren los detenidos y de ausencia de la
autoridad del Estado al interior de los presidios, lo que lleva a que la
seguridad de los presos dependa de ellos mismos.
¿Por qué seguimos con cárceles tan malas? ¿Por qué
tenemos tanta gente en las cárceles? ¿Por qué cientos de niños y esposas
viven con los presos en los penales? ¿Por qué el Gobierno, beneficiado por
altos ingresos estatales, gasta miles de millones en crear nuevas empresas
públicas, pero no invierte en las cárceles a pesar del celo demostrado en
reservar al régimen penitenciario como una competencia exclusiva del nivel
central de Estado?
Estos problemas vienen desde hace muchas décadas y
son el reflejo de un Estado cuya construcción está aún inconclusa. Pero un
partido como el MAS, que ya lleva 8 años en el poder, no puede lavarse las
manos y seguir postergando las soluciones. La inseguridad es una de las
principales preocupaciones de la ciudadanía; esta siente temor en sus casas y
en las calles, y quiere ver a los criminales detenidos. Sin embargo, todos
debemos ser conscientes de que las cárceles que tenemos actualmente no solo
no solucionan el problema de la inseguridad, sino que lo empeoran
El autor
fue presidente del Senado de Bolivia.
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