Por qué el euro no es refugio de primera línea
The Wall Street Journal Americas
El rol del euro como refugio está muy cuestionado.
Conforme crecen las tensiones geopolíticas por una potencial
intervención militar liderada por Estados Unidos en Siria, las monedas
de los mercados emergentes caen mientras que el dólar, el yen y el
franco suizo suben.
Pero la segunda mayor moneda de reserva del mundo ha permanecido prácticamente sin cambios.
No es que la moneda única no sea atractiva como refugio. Como destaca
Citibank, el euro es altamente líquido y, por lo tanto, fácil de
comercializar en tiempos de turbulencias.
Y los riesgos inmediatos de una crisis de deuda soberana que pesaron
durante tanto tiempo sobre la moneda parecen estar cediendo, lo que
convierte al euro en una apuesta mucho más segura.
Sin embargo, aún existen demasiadas
amenazas sobre la estabilidad del euro como para permitirle desempeñarse
de manera similar a los refugios de primera línea.
El propio EE.UU. representa una de esas amenazas.
Como hemos visto en los últimos meses, las crecientes expectativas de
un retiro de la política ultraexpansiva de la Fed generan
inmediatamente expectativas similares en la eurozona, aun cuando sus
condiciones económicas siguen siendo muy diferentes a las de EE.UU.
El resultado ha sido un aumento de los rendimientos de los bonos de
la zona euro, reflejando un incremento de los rendimientos de los bonos
del Tesoro de EE.UU., lo que amenaza con sofocar la muy frágil
recuperación de la región.
Además del aumento de los costos del endeudamiento, nuevas cifras
sobre la oferta de dinero de la zona euro mostraron el miércoles que los
préstamos a las empresas del bloque cayeron aún más en julio, lo que
hace que cualquier recuperación económica de la región sea incluso más
difícil de sostener.
Otros datos decepcionantes como esos posiblemente solo aumenten las
especulaciones del mercado acerca de que el Banco Central Europeo tendrá
que relajar su política monetaria aún más para mantener en marcha la
recuperación de la región. Esto socavaría todavía más el atractivo del
euro, al menos en términos de rendimientos.
Hay otras razones políticas por las que los inversionistas también
podrían preferir mantenerse alejados del euro en este momento.
La más apremiante probablemente esté en Italia, donde la nueva
coalición gobernante del primer ministro Enrico Letta enfrenta la dura
tarea de lanzar reformas estructurales destinadas a poner nuevamente en
pie al país. No solo se espera que la reforma comience a desvanecerse,
sino que la propia coalición podría fracasar en cualquier momento.
Los rendimientos de los bonos del gobierno italiano y los de algunos
otros países deudores ya han subido a medida que los inversionistas
muestran su preocupación por los eventos en Roma.
Los acontecimientos en Alemania también podrían ocasionar problemas
adicionales para el euro si una corte constitucional de ese país
restringe el uso por parte del BCE de las denominadas operaciones
monetarias directas, conocidas como OMT. Estas operaciones están
diseñadas como una malla de contención para evitar una cesación de pagos
de la deuda soberana dentro de la zona euro.
Aunque las OMT aún no han sido empleadas por el banco central de la
región, su existencia ha sido clave para mantener interesados a los
inversionistas en los bonos de estos países deudores.
Cualquier intento de limitar el tamaño de las OMT en este momento
podría terminar siendo perjudicial, especialmente si esto coincide con
cualquier mayor tensión política en Italia.
Como dijo Morgan Stanley: "La mayoría de las intervenciones que operan con cantidades limitadas
enfrentan riesgos de credibilidad y, por consiguiente, se vuelven menos
efectiva".
Por tanto, al menos por el momento, mientras otras
monedas importantes como el dólar y el yen siguen beneficiándose de sus
roles como refugios mundiales, el euro se dará cuenta de que se ha
quedado atrás.
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