Te quedó grande la yegua
El Colombiano, Medellín
Ya no pienso mantener este cariño, mientras me parto el alma, te das
la vida de placeres"… "Pero quién te entiende, ni tú te comprendes, ni
sabes qué hacer"… "Y póngase a trabajar mi chulo, pa que vea lo que
cuesta la vida, pa que valore". Fragmentos de la canción "Te quedó grande la yegua", de Alicia Villarreal.
Gobernar
un país como Colombia no es propiamente tarea para un acaparador de
ineptitudes, aunque más períodos de la historia del país de los que uno
quisiera aceptar, parecen contradecirlo.
A menos que uno esté
usufructuándose de los ríos de mermelada estatal que han corrido estos
tres años, y de las avalanchas de jalea presupuestal que se vienen en
los próximos meses cuando se descongelen, para elecciones, los billones
de pesos que tiene "el Ejecutivo" represados luego de tres años de su
incapacidad de ejecución, resulta imposible exigir más pruebas de que
hacía rato este país no estaba tan mal gobernado, en caso de estarlo.
¿Quién
necesita más pruebas de que al Presidente no le cabe el país en su
cabeza, ni en sus manos, ni en su boca? ¿Quién necesita más pruebas de
que no puede ver ni entender lo que sucede? Que solo logra comprender
sus deseos personales pero es incapaz de leer el país y a los
colombianos. Que a donde llega queda en evidencia que todo lo desborda y
cree escaparse de la responsabilidad recurriendo a artimañas que solo
convencen a sus adláteres. Primero decía que todo era un problema de
"percepción", pero como eso no sirvió, entonces arremetió contra sus
contradictores acusándolos de "mano negra de extrema derecha", lo que
solo pudo convencer a los mamertos que tanto apelan a estos terminachos.
Luego dijo que era un problema de "mala comunicación", y no
precisamente por falta de gasto en publicidad, porque no recuerdo haber
visto un tsunami de pauta gubernamental como el de estos tres años.
Y
ahora cuando los acontecimientos y los errores lo atropellan, apela a
la triste fórmula de limpiarse con los suyos. No es un secreto que los
ministros, además de muchos otros, cumplen el papel de "fusibles", para
recibir los excesos de voltaje y evitar que la sobrecarga no siga su
camino hacia arriba. Pero de ser fusibles a ser "inodoros", eso es una
novedad y un descaro.
¿Quién necesita más pruebas para reconocer
que al presidente, quien sigo pensando que es un hombre con buenas
intenciones pero muy mal dotado, le quedó grande, tanto lo grande como
lo pequeño.
Al gobierno anterior, la "aristocracia del altiplano
cundiboyacense" le criticaba su supuesta pérdida de tiempo en lo que
ellos despectivamente denominaron la "microgerencia", sin saber que el
país es la suma de las regiones, de los municipios y de las veredas de
esas gentes de "provincia" que huelen mal porque sí tienen que trabajar
para vivir. Pero ni podían ni querían ver que esa importantísima labor
se hacía los fines de semana y que el resto de ella, el gobierno no solo
asumía, sino que configuraba y proponía las grandes cosas y los grandes
retos.
Ni riesgos pensar que a quien le quedó grande este país, lo vuelva a montar.
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