Ronald Coase y la economía del Nirvana
El
2 de septiembre falleció uno de los economistas más influyentes del
último siglo: Ronald Coase. En una entrevista de 1997 dijo: “A personas
como (el conocido economista Paul) Samuelson les gusta concebir un mundo
perfecto, decir que el mercado no nos lleva a ese mundo e implicar que
el Estado debería hacer algo al respecto. Hasta ahí llega su análisis”.
Esta es la economía del Nirvana: la suposición de que un estado de
perfección es posible en el mundo real, y que como el mercado no logra
llevarnos a ese punto, seguramente el Estado sí puede.
En 1991 se ganó el Premio Nobel de Economía y el Comité Nobel citó
los que podrían ser considerados sus dos trabajos más influyentes: La naturaleza de la empresa (1937) y El problema del costo social (1960).
En el segundo trabajo, Coase abordó algo que parecía estar decidido en
la ciencia económica: cuando en el mercado los agentes generan costos a
terceros –“externalidades” o “costo social”–, es necesario que
intervenga el Estado. Coase explicó que era posible que las partes
afectadas por una actividad lleguen a un acuerdo que podría tomar varias
formas: por ejemplo, la fábrica les podría pagar a los residentes de la
zona por el derecho a contaminar o los residentes le podrían pagar a la
fábrica para que reduzca su contaminación. En EE.UU., una aplicación
directa de esta idea de Coase ha sido la creación de un mercado de
permisos de emisión, que ayudó a reducir la lluvia ácida como un
problema ambiental en ese país.
Otro gran aporte de Coase fue la demostración de que bienes que
tradicionalmente han sido considerados “bienes públicos”, como los
faros, no lo son. Samuelson argumentaba que ningún empresario
construiría faros si no lo hacía el Estado, ya que no habría forma de
extraer un pago de cada usuario (la luz le cae a cualquiera que pasa por
el faro). Pero Coase investigó cómo se habían construido los faros en
Inglaterra y descubrió que gran parte de los faros en su país (34 de 46)
a principios del siglo XIX de hecho habían sido construidos y
administrados por individuos.
De igual forma, Coase cuestionó la idea de que era necesario un
monopolio estatal en la propiedad de las frecuencias de radio y
televisión. En un estudio publicado en 1959, Coase argumentó que el
poder de la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU. coartaba la
libertad de expresión en los nuevos tipos de medios (radio y televisión
en ese entonces) y propuso un sistema de derechos exclusivos sobre las
frecuencias en el que las disputas entre los distintos propietarios se
vayan resolviendo en las cortes de justicia, como había venido
sucediendo en EE.UU. hasta 1927, año en que ese proceso evolutivo fue
interrumpido con la creación de la Comisión Federal de Radio.
Los tres aportes de Coase descritos aquí tienen algo en común:
resaltan la importancia de definir adecuada y claramente los derechos de
propiedad para lograr una asignación eficiente de los recursos. En un
país donde los habitantes más pobres paradójicamente están sentados
sobre la mayor riqueza (petrolera, minera o ambiental) y donde la
propiedad estatal de las frecuencias es utilizada como espada de
Damocles, valdría la pena considerar sus valiosas contribuciones.
- 28 de diciembre, 2009
- 23 de julio, 2015
- 16 de junio, 2012
- 25 de noviembre, 2013
Artículo de blog relacionados
Clarín La batalla por el Presupuesto ha sido la primera gran confrontación en...
14 de noviembre, 2010Prensa Libre Aumentar el salario mínimo en una época tan económicamente difícil no...
30 de diciembre, 2008Perspectivas Políticas Desde hace más de doce años, quienes se han ocupado de...
24 de junio, 2015- 18 de agosto, 2020