La revolución educativa
Una revolución educativa que ya está en marcha en Estados Unidos podría
extenderse muy pronto a Latinoamérica: se trata de las “clases al
revés”, en que los estudiantes estudian en casa, y hacen sus tareas en
la escuela con la ayuda de sus maestros.
La Khan Academy, un sitio web
sin propósitos de lucro con videos gratuitos y ejercicios interactivos
para estudiantes, ya tiene alrededor de 60 millones de visitantes únicos
anuales, y acaba de lanzar su sitio web en español ( es.khanacademy.org.)
Ofrece más de 800 videos en español para ayudar a los niños a estudiar
sus clases de Matemática, Algebra y varias otras materias, completamente
gratis y sin publicidad.
La semana pasada entrevisté a Salman
Khan, de 37 años, fundador de la Khan Academy. A juzgar por lo que ha
logrado, no me extraña que la revista Time lo haya nombrado una de las 100 personas más influyentes del mundo.
Su
historia es asombrosa. Después de obtener cuatro títulos universitarios
del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y Harvard, Khan
empezó a trabajar en un fondo de inversiones de Boston. Por las noches, a
menudo ayudaba por teléfono a su prima Nadia, que tenía 11 años y vivía
en Nueva Orleans, a hacer sus tareas de Matemáticas.
Muy pronto
se corrió la voz en la familia de que Khan le estaba dando clases
gratuitas a sus primos, y al poco tiempo se encontró ayudando a más de
una docena de primos, hasta que un amigo le sugirió hacer videos y
colgarlos en YouTube, para que todos sus primos pudieran verlos. Khan lo
hizo, y pronto advirtió que mucha gente, además de sus primos, estaba
mirando los videos.
Dos años más tarde, en el 2009, más de 100,000
personas estaban siguiendo sus videos educativos. Khan dejó su trabajo
de banquero e inició su academia online sin fines de lucro. En el 2010, la Fundación Gates le dio a la Khan Academy $1.5 millones, y Google $2 millones.
Actualmente, la academia opera con unos $13 millones anuales, en su totalidad procedente de donaciones.
La
Khan Academy ya se está utilizando en más de 30,000 aulas de Estados
Unidos, me dijo Khan. Además de miles de videos, ha desarrollado software para ejercicios interactivos personalizados y herramientas para ayudar a los maestros a seguir el progreso de sus estudiantes.
“La
idea de las clases ‘al revés’ no fue mía”, me dijo Khan, agregando que
escuchó de ellas por primera vez en el 2007 o el 2008, cuando varios
maestros empezaron a mandarle correos electrónicos contándole que
estaban usando sus aulas ‘al revés’.
“Me contaban que, en vez de
enseñar la lección durante el horario de clases, estaban pidiendo a sus
alumnos que vieran los videos en su casa, y luego usaban el horario de
clases para resolver problemas”, relató.
Agregó que la nueva
tecnología permite un “aprendizaje personalizado”, en el que los jóvenes
pueden estudiar cada uno a su propio ritmo. De esta manera, nadie se
queda atrás, agregó.
Intrigado, le pregunté si no se están
exagerando los beneficios de la tecnología en la educación. Después de
todo, cuando se popularizó la radio en la década de 1920, la gente decía
que revolucionaría la educación, y lo mismo ocurrió con la televisión
en la década de 1950, y con las computadoras personales en la década de
1980. Y sin embargo, se sigue dando clases igual que hace 200 años, le
comenté.
“Es cierto”, dijo Khan, “pero esta vez hay una diferencia
significativa. En lo que hace a la educación, la radio, la televisión y
las computadoras personales se centraron mayormente en diseminar
información, una experiencia pasiva. Ahora, la nueva tecnología se
centra en el aprendizaje interactivo, que es una experiencia activa”.
Agregó
que “no se trata tan sólo de poner un video y dejar que los niños lo
vean. La parte más importante de esta nueva tecnología es la capacidad
de saber en qué punto del aprendizaje se encuentra cada estudiante, para
poder darle problemas que estén exactamente a su nivel, y poder darles a
los maestros la capacidad de seguir el progreso de cada estudiante”.
Mi
opinión: los videos y ejercicios gratuitos de la Academia Khan podrían
convertirse en una herramienta sumamente útil para los maestros
latinoamericanos y sus estudiantes.
Es cierto que esta tecnología
ha sido diseñada para los países ricos, donde la mayoría de los niños
tienen computadoras personales en casa. Pero con el rápido ascenso de
las clases medias en América latina, y con cada vez más gobiernos que
están dando computadoras gratuitas a los escolares, la Khan Academy
podría tener un impacto cada vez mayor.
Las escuelas
latinoamericanas, que en su mayoría salen muy mal paradas en los test
comparativos internacionales, podrían beneficiarse enormemente de una
dosis de clases “al revés” y aprendizaje “personalizado”.
- 28 de diciembre, 2009
- 8 de junio, 2012
- 21 de noviembre, 2024
- 21 de noviembre, 2024
Artículo de blog relacionados
La Tercera Las elecciones de hoy en Chile suscitan en la región latinoamericana...
18 de diciembre, 2017Por Elides J Rojas L El Universal Micomandantepresidente ha dicho en varias oportunidades...
11 de enero, 2012BBC Mundo WASHINGTON, DC.- Se espera que el aumento de los precios del...
29 de mayo, 2011La Nación CARACAS. – El vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, anunció ayer la...
22 de septiembre, 2013