Venezuela: De la Revolución a la Robolución

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En los últimos días, el régimen venezolano ha venido mostrando su
verdadero rostro: Ha decidido manejar Venezuela como un auténtico
cacicazgo, tal como demostró con el saqueo a diversas empresas de electrodomésticos, y con su anuncio de que impondrá un sistema de “precios justos” y un límite porcentual a las ganancias. Robo legalizado y saqueo organizado desde la propia Presidencia de la República venezolana.

Quitarles a los ricos para darles a los pobres, cual moderno Robin
Hood, es sin duda el arquetipo populista del que han echado mano todos
los gobernantes de izquierda en América Latina, siendo el fallecido
presidente Hugo Chávez quizá la más acabada expresión. A menos de un mes
para las elecciones municipales del próximo 8 de diciembre, su sucesor,
Nicolás Maduro, apela de nuevo a esta práctica para intentar sacar
partido de la crítica situación económica del país, evidenciada en sus
alarmantes datos económicos.

Al respecto, el índice de inflación (anualizada de 54,3%, muy
superior a la tasa de 17,9 % observada en el mismo lapso del año
anterior) y el índice de escasez (22,4%, su nivel más alto en lo que va
de este año y el más elevado de los últimos 5 años), divulgados el jueves pasado por el Banco Central de Venezuela (BCV)
dan fe de la magnitud de la crisis económica venezolana (herencia del
caótico gobierno del presidente Chávez) y prueban que las medidas que
han venido tomando Nicolás Maduro y su gobierno no sólo no han sido
efectivas, sino que han agudizado la crisis.

A esto súmese la progresiva inoperancia de los servicios y la infraestructura pública, las crecientes agresiones y amenazas a periodistas y medios de comunicación, y hasta al injustificado encarcelamiento de periodistas, la escandalosa rebatinga por el patrimonio público escenificada por los más encumbrados chavistas, así como el estado calamitoso del sistema penitenciario y la asfixiante inseguridad pública, contra la que los mismos policías protestan!

Por eso es explicable la insatisfacción del chavismo por la gestión de Maduro.
Incluso, las últimas medidas, como el saqueo a diversas negociaciones,
no dejan satisfecho al chavismo más recalcitrante, que alarmado ya habla
de que Venezuela está cerca de la “conmoción social”, de un nuevo Caracazo (las protestas que derrocaron al gobierno del expresidentes Carlos Andrés Pérez), a lo que seguiría “un régimen militar a partir de 2014 o elecciones generales que perderá el ‘Bolivarianismo’”. Repárese que esto no lo dice la oposición, sino un chavista de la primera hora. Una salida diferente, por ejemplo, “un
acuerdo nacional, entre sectores de la oposición y del gobierno, para
impedir que continuara al frente de la Presidencia de la República un
hombre que había perdido totalmente la cordura”, se ve por ahora
cada vez más lejana e improbable. En esto han terminado las promesas de
paz, democracia y prosperidad que el chavismo hizo a los venezolanos
hace ya 15 años.

Cualquier economista medianamente competente sabe que los remedios a
la escasez y la especulación de precios, si efectivamente la hubiese en
Venezuela, son la apertura comercial, el abastecimiento y la venta libre
de productos, no el robo legalizado y tumultuario. Cualquier persona
razonable sabe que la expoliación, los controles de precios o de ganancias,
no pueden ser eternos y que necesariamente terminarán en una situación
peor, muchísimo peor que la que intentaron sanar. Pero eso no parece
importar al chavismo, en su papel de Robin Hood para comprar votos. Pero
tampoco parece importarle a muchísimos otros venezolanos, que no han
salido a protestar por la inseguridad, el atraco electoral o la escasez
de alimentos, pero sí a desvalijar en pandilla, alborozadamente. Pero
bueno: si durante mi juventud alguien se hubiera sincerado a tiempo y me
llega a decir que el socialismo consiste en agenciarse televisores 3D y
aparatos Blue Ray o lo que cayera, a expensas del trabajo ajeno, con
suerte me hago progresista desde hace mucho…