Venezuela: Cacerola y guarimba municipal
Nicolás Maduro, previo proceso electoral venezolano del pasado 8 de diciembre, portando una hoja de olivo ofrece convenir responsabilidad mancomunada con la oposición, por la paz de Venezuela.
Un dejo de inocencia me invade, quizás porque yo como tantos otros anhela esa convivencia ciudadana, e imagino que la violencia promovida por el régimen pasará a ser cosa del pasado, que las víctimas del hampa verán honradas sus causas con el cautiverio de sus victimarios, el dinero dado a los invasores cubanos comunistas reintegrados por ellos y otros gobiernos serviles, destituyen los corruptos numerarios de PDVSA, honran deudas a los empresarios venezolanos por bienes expropiados, no se comprometerán con los chinos aún más el futuro de generaciones, los venezolanos comerán tres veces al día, los niños tendrán una formación integral no cubana, y Maduro renunciará a la presidencia para someter a la voluntad popular su ratificación como magistrado ante el desencanto manifestado por el elector por ausencia de auditoría electoral al 100% requerida por Capriles Radonski.
Pero no es verdad tan bondadoso pronunciamiento. El resultado dado por el CNE sobre el triunfo del PSUV con enredadas cuentas de alcaldías ganadas llenas de exiguas diferencias y votos adversos de sus seguidores no es suficiente para proclamarse el jefe de los venezolanos y ello lo irrita al no lograr doblegar sus oponentes a voluntad.
El otrora conductor de autobuses requiere con denodada aspiración el reconocimiento de la antítesis; sabe que no dominó la elección para el sillón, su conducta demuestra tal convicción.
Aun cuando ya habíamos escuchado esta retórica marxista en su antecesor Hugo Chávez Frías para luego darle una patada a la mesa del diálogo con previas exigencia fuera del contexto constitucional, el presidente actual insiste en el tema.
Como muestra de lo requerido por el extinto barinés, está aceptar un proyecto de ley para obtener menos diputados los adversarios aun siendo el antagonismo por mandato del poder originario en las urnas la fuerza dirigente mayoritaria.
No dudó el vecino de la esquina de Boleros en afirmar ser la revolución el instrumento de mando ratificado en el proceso, cuando en realidad la totalidad de votos sumados al adversario participante alcanzan cinco millones doscientos sesenta contra cinco millardos cien mil del partido en el mando, dice la autoridad de comicio.
Hay una diferencia ganadora anunciada oficialmente ello sin tomar en cuenta las más de cincuenta alcaldías pendientes de su totalización por delitos electorales cometidos.
El secretario general de Primero Justicia Julio Borges citó ver con optimismo la jornada municipal; esperemos entonces.
La administración de esta causa estuvo caracterizada por una vulgar inversión publicitaria realizada por la simbiosis partido-gobierno con dinero del erario público, lo cual imposibilitó a la disconformidad desempeñarse en igualdad de términos.
Como si ello fuera poco el CNE representado en su rectora principal Tibisay Lucena limitó mediante llamadas de atención y amenazas la utilización de piezas comunicacionales a nivel nacional y regional de los adversarios al chavismo, en cambio sobre lo realizado por los socialistas se hizo de la vista gorda.
A pesar del llamado hecho por los dirigentes de la MUD a la calma, el desorden social se impone cada vez más, sobre todo al observar el atropello del cual es blanco la población civil, al burlar los magistrados de los poderes la Constitución Nacional convirtiendo al ser común en un ente sin derechos ni jueces naturales a quien recurrir.
Todo el poder del estado no pudo hacer posible arrojar otro desenlace electivo; el sabio vecindario reclama haber sido burlado en el mes de abril, como teme acontezca de nuevo. Por ello apela al artículo 350 de la Constitución Nacional y mediante guarimbas y cacerolazos exigiría respeto al óvalo de 5 millones de papeletas confiadas por la minoría y grupos actuantes hace pocas horas.
Mientras el poderío mandó a saquear los comercios en busca de votos al mejor postor, la Mesa de Unidad Democrática ultimaba detalles de mutua asistencia con conjuntos de electores independientes que garantizaban aumentar el caudal protestante.
La cantidad de poco más de trescientos mil votos que establecen la diferencia entre el PSUV y la MUD indican la existencia de un empate técnico, máxime cuando aún quedan un número considerable de mesas por sumar al total.
El Consejo Nacional Electoral, de manera inusual, leyó los resultados que correspondía hacerlo las autoridades locales. Queda en el ambiente saber si estamos ante un atropello más de las rectoras cumpliendo instrucciones de sus jefes comunistas. Todo se sabrá.
El autor es Director de Venenoticias.
- 23 de enero, 2009
- 23 de diciembre, 2024
- 24 de diciembre, 2024
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