La economía del privilegio en Bolivia
Latinoamérica del siglo XXI vive bajo la doctrina del arbitrismo –así conocida en la colonia española del siglo XVII-. Hoy más conocida como mercantilismo.
Heckscher escribió en su libro “El mercantilismo” que existen dos tipos de capitalismo, el de libre mercado, y el mercantilista o de privilegios. Y que a pesar de ser sumamente confundidos por la sociedad, estos dos sistemas tienen grandes diferencias.
“Para mis amigos todo y para mis enemigos la ley” fue una reconocida frase del dictador brasileño Getulio Vargas, que gobernó un estado totalmente mercantilista.
En las sociedades mercantilistas, donde no existe un Estado de Derecho sino más bien un Estado de Legalidad en el cual la ley es un reflejo del poder y no al contrario un límite al poder. Los empresarios no se esfuerzan en competir en el mercado por bajar sus costos, mejorar sus productos o disminuir los precios. Ellos se esfuerzan en competir políticamente por obtener, una ley, un decreto, una regulación o un favor específicamente redistributivo del burócrata.
Así pues otro de los atributos de este sistema es -al ser la ley un instrumento del poder-, la ausencia de la propiedad privada, que sí existe, sin embargo, no está para nada garantizada, pues el estado utilizará la ley para dar a quienes ofrezcan más y para quitar a los que se nieguen a competir. Un claro ejemplo son los aranceles.
El mercantilismo, tiene efectos, y por cierto son muy dañinos para la sociedad, puesto que es un sistema económicamente ineficiente, en el cual se desperdician una cantidad enorme de recursos en actividades que viven del subsidio o privilegio. Esta mala asignación de recursos crea mercados ilusorios que ni siquiera existirían de no ser por el favor político o la protección a empresarios políticamente competentes. Por ultimo este sistema no solo corrompe a los empresarios, sino también a otros grupos de la sociedad como sindicatos y religiones que buscan hacerse de los favores del Estado.
Si analizamos ahora el libre mercado o capitalismo democrático como lo llamaba Heckscher, podemos ver que este sistema que se basa en el Estado de Derecho y la moral, donde la ley no es un reflejo del poder sino un límite al poder. Es un sistema donde el empresario compite en el mercado para conseguir el favor de compra del consumidor y no del gobernante, donde se busca eficiencia de recursos, bajos costos y precios cada día más accesibles. Por ultimo en el libre mercado, la propiedad privada es fundamental, por ende está totalmente garantizada y además está acaba con los mercados informales que reinan en América Latina.
En Bolivia, la tradición mercantilista es efervescente, lo acabamos de ver hace unos meses cuando el presidente Evo Morales pactó con los empresarios del sector privado, los cuales dejarán ya de preocuparse por satisfacer a los bolivianos, para satisfacer ahora al Estado, a una campaña política o al bolsillo de algún burócrata.
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