Las sombrías perspectivas de las elecciones en El Salvador
The Wall Street Journal Americas
Simpatizantes del Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional.
(Puede verse también El Salvador espera a que se confirme el apretado triunfo del FMLN)
La violenta represión de los estudiantes que participaron en manifestaciones políticas en Venezuela podría haber servido de advertencia a los votantes en, El Salvador, en anticipación a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del domingo. El actual vicepresidente Salvador Sánchez Cerén, un discípulo de Hugo Chávez y ex líder guerrillero del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), encabezaba las encuestas antes de que se abrieran las urnas.
Los resultados aún no se conocían al cierre de esta columna. Es posible que Norman Quijano, de la centroderechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), haya dado una sorpresa al candidato izquierdista del FMLN. (En la mañana del lunes aún no se conocía un ganador. Con casi todos los votos escrutados, Sánchez Cerén contaba con 50,11% de los votos, mientras que Quijano tuvo 49,89%.
La diferencia entre los dos candidatos era de menos de 8.000 votos en un país con cerca de 6,5 millones de personas.
Pero incluso si Quijano logró una victoria improbable, será difícil que avance la agenda económica liberal que necesita El Salvador. Bajo la presidencia de Mauricio Funes, del FMLN, organizaciones delictivas, que durante mucho tiempo han sido una amenaza nacional, han ganado el control de segmentos amplios del país. Ahora tienen más poder que el Estado.
Estados Unidos debería estar preocupado. Su guerra contra las drogas y el apetito insaciable de los estadounidenses por ellas dio pie a la gestación de un submundo poderoso en América Central. Ahora, estos delincuentes se han diversificado hacia otros negocios y han entablado alianzas con los déspotas que los ven como una herramienta para la represión.
El desempeño de Funes es pésimo. Durante su mandato, El Salvador creció anualmente a una tasa promedio de menos de 2%, la pobreza subió y el país perdió su calificación de grado de inversión. Entonces, ¿cómo ganó Sánchez Cerén en la primera vuelta de las elecciones el 2 de febrero con 49% de los votos frente a 39% de Quijano?
El partido Arena y su candidato merecen parte de la responsabilidad. Durante una visita que hice a El Salvador en febrero, observé la campaña decepcionante de Quijano. Los votantes jóvenes de ingresos medios y altos se quejaban de que un liderazgo envejecido en Arena había hecho que el partido se estancara y no inspirara a los ciudadanos.
El mayor golpe vino del testimonio que Francisco (Paco) Flores, ex presidente de El Salvador (1999-2004) por el partido Arena y director de campaña de Quijano, dio al Congreso salvadoreño un mes antes de la votación de febrero. El FMLN reveló evidencia de que Taiwán había dado a Flores millones de dólares en donaciones. Al pedirle explicaciones, Flores dijo, entre otras cosas, que en una ocasión había puesto el dinero en pequeñas bolsas que luego distribuyó a las víctimas del huracán Mitch, que golpeó al país en octubre de 1998. Sus explicaciones no convencieron a los votantes de Arena. El sucesor de Flores, Tony Saca, también participó en transacciones cuestionables durante su presidencia y fue expulsado posteriormente de Arena en medio de acusaciones de corrupción.
Flores perdió su cargo como director de campaña, pero el daño ya estaba hecho. Muchos votantes enojados con Arena se quedaron en casa en la primera vuelta de las elecciones. La amplia previsión de una segunda vuelta no sirvió de nada. La tasa de abstención fue de 47%, la más alta desde que terminó la guerra civil, en 1992. Más de 34.000 electores también votaron en blanco, otra señal de indignación con toda la clase política.
Desde entonces, ha salido a flote que Funes y el FMLN también usaron las donaciones de Taiwán para sus propios fines políticos. Y ríos de la generosidad venezolana han fluido a las arcas del FMLN a través de las empresas estatales que administran. Uno de los peces gordos del FMLN es el ex guerrillero José Luis Merino, quien, de acuerdo a comunicaciones interceptadas por el ejército colombiano en 2008, había sido un intermediario entre el grupo colombiano narco-guerrillero FARC y Venezuela. Pero los días en los que Arena ganaba simplemente diciendo que los otros tipos eran aún peores han quedado atrás.
Arena también enfrentó problemas ajenos al partido. Más de medio millón de tarjetas de identidad de los votantes han expirado. La semana pasada, las largas filas en las oficinas de renovación del gobierno se movían a un ritmo de tortuga.
Las pandillas dominan ahora muchos barrios, extorsionando a los salvadoreños de clase trabajadora y a los dueños de negocios. Un empresario me dijo que los empleados de su oficina se quejaban de que tenían que pagar una cuota cada vez que ellos o sus hijos salían del barrio. Un obrero salvadoreño dijo que los empleos eran escasos porque muchas empresas han quebrado bajo la presión de la extorsión.
El 31 de enero, Diario1, un sitio de noticias en Internet, publicó lo que afirmó era una entrevista con uno de los líderes de la Mara 18 de la zona norte, quien dijo que su grupo había hecho un trato con el FMLN de "arruinarle la fiesta a los del otro partido" a cambio de dinero y protección. El pandillero, que no reveló su nombre, le dijo al periodista que su "gente" estaría "en las mismas mesas de votación". En esas mesas, los votantes no tienen privacidad ni seguridad.
Los críticos llamaron el informe ficción y el FMLN niega vínculos con las pandillas. Pero las acusaciones son muchas. En enero, el sitio de noticias en línea elsalvador.com informó que el ex jefe de la policía nacional (y ex candidato presidencial por Arena), Rodrigo Ávila, un reconocido miembro de la oposición, había denunciado que las pandillas estaban usando la coerción para ayudar al FMLN a cambio de tener rienda suelta en sus territorios. El mismo informe de elsalvador.com citó al criminólogo Carlos Ponce diciendo que "los pandilleros están pidiendo el voto a favor del partido de izquierda FMLN a las personas que viven en las comunidades donde estos grupos tienen sus centros de operaciones criminales".
Reclutar matones para intimidar a los votantes sale directamente del manual de Chávez. Si Sánchez Cerén se impuso el domingo, El Salvador con seguridad va a ver más de esto.
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