La guerra como hecho primitivo
Por Alejandro A. Tagliavini
Definitivamente tiene razón el exembajador británico en los EEUU durante la guerra contra Saddam Hussein, Christopher Meyer, al decir que la infantil invasión de Irak por parte de las tropas americanas y británicas fue el disparador de la actual situación, en la que este país podría dejar de existir, como consecuencia de la sangrienta ofensiva del grupo terrorista EIIL que ya está combatiendo a las puertas de Bagdad… Y condenaron a Saddam Hussein a la muerte, asesinaron a un tirano que mantenía a su país en una situación mucho menos peligrosa que la actual.
El 8 de junio pasado corría una dulce brisa en los jardines vaticanos. Un rabino comenzó las oraciones por la paz seguidas de los rezos católicos y las plegarias musulmanas. Luego, el Papa tomó la palabra: "Gracias… por haber aceptado mi invitación a venir para implorar a Dios, juntos, el don de la paz… son demasiadas las víctimas inocentes… Que su memoria nos infunda el valor… (por qué)… para conseguir la paz, se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra". Los presidentes de Israel y de la Autoridad Nacional Palestina estaban allí invitados por Francisco durante su reciente viaje a Tierra Santa. "Señor, Dios de Paz. Hemos intentado muchas veces y durante muchos años resolver nuestros conflictos con nuestras fuerzas, y también con nuestras armas… tantas vidas destrozadas… en vano. Ahora, Señor… enséñanos Tú la paz… y danos la valentía para decir: ‘¡Nunca más la guerra!"', finalizó el Pontífice.
Dos días antes, se había realizado la ceremonia por el 70 aniversario del desembarco de Normandía. Una reconstrucción moderna de aquella "epopeya", otro acto de la masiva propaganda oficialista -amplificada por Hollywood- para hacernos creer que la Segunda Guerra Mundial (SGM) fue positiva, cosa que creí de pequeño, me deleitaba con series como "Combate". Pero luego decidí hacer un análisis racional. Lo primero que note fue que el mapa pintado de negro por los nazis, antes de la guerra, era más pequeño que el rojo posterior. Y el presidente francés agradeció a la URSS -cuando creíamos que era un mal sueño olvidado- su papel en la guerra. El imperio creado por Stalin, con la necesaria colaboración de los aliados, era mayor que el nazi y más terrorífico, asesinó a más de 30 millones.
La SGM, con más de 60 millones de muertos, cercenamiento de libertades individuales y daños materiales monstruosos, produjo una tiranía aun mayor que después fue derribada por gente de paz como Juan Pablo II, demostrando que las guerras, la violencia, jamás solucionan los problemas sino que los agrava. Hitler hubiera caído con más facilidad que la URSS y con un costo inferior a la SGM. La ceremonia tuvo su parte macabra… Nunca antes se había "honrado" a los 20.000 civiles inocentes que murieron en los bombardeos aliados en la ciudad de Caen y el presidente francés -representando a los bombarderos- visitó el memorial de los mártires. Uno solo de estos seres humanos era razón más que suficiente para condenar esta guerra.
En fin, como el hombre evoluciona por maduración y no por cambios radicales, difícilmente el pontificado de Francisco logre el fin definitivo de las contiendas armadas, pero sin duda marcará el fin de la "justificación moral" de la guerras que, en adelante, serán todas invariablemente vistas como actos gravemente ofensivos contra la humanidad, que "claman contra Dios".
@alextagliavini
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