Guatemala: ¿Más deuda o menor gasto?
En esta semana los diputados del Congreso discutirán si aprueban o no la solicitud del presidente Otto Pérez Molina para adquirir más deuda. En este caso específico, la solicitud es para emitir bonos por Q4,000 millones (USD$500 millones), de los cuales destinarán el 85% para pagar deuda; es decir, pido prestado para pagar parte de lo que debo.
Lo que me preocupa de esta discusión son varios aspectos: primero, que esta solicitud no es un hecho aislado, es la consecuencia de malas decisiones económicas tomadas por los políticos en el poder, me refiero tanto a políticos en el Ejecutivo, léase Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti y ministros de finanzas de turno, como a los diputados en el Congreso que alegremente han aprobado casi todas las peticiones monetarias del Ejecutivo.
Recordemos la aprobación “exprés” del presupuesto del 2013 por parte de los congresistas con metas fantasiosas de recaudación (propuestas por el ministro de finanzas) que se vieron enfrentadas a la realidad pero que hábilmente, usando el lenguaje “atolitario”, cambiaron el discurso para que la culpa fuera suya y mía por no entregarles todo el dinero que pretendían en lugar de aceptar lo irreal de la meta de recaudación con las condiciones económicas que ellos mismos habían generado.
Segundo, esta solicitud de bonos viene a complementar otras solicitudes de endeudamiento, entre ellas un préstamo al Banco Mundial por Q2,720 millones (USD$340 millones) para pagar deuda; otro préstamo al Gobierno de Taiwán por Q400 millones (USD$50 millones) para la ampliación de la CA9-Norte y el más reciente préstamo aprobado del Banco Centroamericano de Integración Económica por Q550 millones (USD$68.7 millones) para construir la ampliación de la CA-2 Oriente con este último el presupuesto llega a Q69,035 millones (USD$8,629 millones).
Todos estos préstamos, los aprobados y por aprobar, todos y recalco que absolutamente todos, serán pagados por usted y por mí, por nuestros hijos y por nuestros nietos. Es por eso que los políticos nos endeudan inmoralmente, porque no son ellos quienes asumen las consecuencias de estas decisiones, no padecen su irracionalidad y el cuero es tan grueso que el adjetivo de irresponsables se resbala cual aceite en comal caliente.
El tercer aspecto que me preocupa es cómo mediante el uso del lenguaje “atolitario” nos hacen creer que el problema es de ingresos y nunca jamás de egresos, ni siquiera de corrupción mucho menos de despilfarro. Nos hacen creer que la solución es pedir más prestado para pagar lo que ya debemos porque “Guatemala” nunca ha dejado de cumplir sus compromisos.
Compromisos de los cuales usted y yo no hemos visto beneficios que justifiquen más de Q111,000 millones (USD$13,875 millones) en préstamos. Los cuales parecen más compromisos con financistas, aliados y rosca alrededor del poder. La fantasía, voracidad o irresponsabilidad de estos políticos no tiene fin ahora que ya se está discutiendo el presupuesto para el 2015 y se comentan cifras alrededor de los Q71,000 millones (USD$8,875 millones). Recuerde que para este gobierno, el 2015 es el año de Hidalgo (pend… el que deje algo) y mediante el lenguaje “atolitario“ nos dirán que es poco dinero comparado con las muchas necesidades en el país.
Los políticos nos dirán que si no han logrado todo lo que querían no es por la corrupción rampante o la ineficiencia de sus funcionarios sino por la falta de recursos como si con Q50,000 millones de ingresos tributarios no se pudiera hacer mucho.
El problema para el político siempre será de ingresos nunca de gasto, usted decide si les cree y deja que empeñen, literalmente, su futuro.
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