El poder de la propaganda malsana
Según los organizadores, más de 300.000 personas -incluidos el secretario general de la ONU, el exvicepresidente Al Gore y Leonardo DiCaprio- se manifestaron en la víspera de la Cumbre sobre el Clima, que comenzó el 23 de septiembre en la ONU de Nueva York, para exigir una "acción" urgente contra el cambio climático. "Estoy marchando por mis hijos… para que puedan vivir… sin preocuparse de que la próxima gran tormenta destruya sus comunidades", afirmó uno de los participantes.
¿A qué tormenta se refiere? Evidentemente creyó la masiva propaganda oficialista -que suele estar dedicada a asustar intencionalmente a las personas- que asegura que semejante tormenta podrá venir "si no se hace algo" para reducir la emisión de CO2 que amenazaría al medio ambiente. Como no se trata de un especialista, evidentemente su afirmación solo proviene de la fe oficial que difundió que las autoridades norteamericanas reportaron que agosto fue el más caluroso en los registros, con 75 décimas de grado por encima del promedio global del siglo XX.
Mi impresión personal es que las temperaturas hoy son las mismas que cuando era niño pero, en fin, debo reconocer que este no es un criterio científico. Y como tampoco soy especialista en el tema, debo escuchar las diversas opiniones y no creerle sin más a la propaganda oficialista. Hay científicos que niegan el calentamiento y, entre otras pruebas, aseguran que el hielo del Ártico, observable en fotos de la NASA, desde 2002 hasta 2014 no ha variado en promedio y hoy está por encima de 2012 cuando ocurrió un excepcional deshielo por causas naturales. En el verano de 2014 quedaron 5 millones de kilómetros cuadrados de hielo marino, mientras que en 2012 fue de 3 millones.
Hay también de los que dicen que sí hay un cambio climático, pero que se debe a causas absolutamente naturales en las que la mano del hombre o el denominado efecto invernadero producido por el CO2 no tienen ninguna responsabilidad. Los detractores de la fe oficial, tienen razón al decir que el "cambio climático" parece ser un gran negocio. Existen importantes intereses, tasas, impuestos, sanciones, noticias sensacionalistas de los grandes medios de comunicación, etc., que esconden enormes sumas de dinero que se reparten instituciones como la ONU.
Pero del otro lado también habrá intereses económicos, de modo que tampoco este es un criterio serio para decidir quién es "el bueno de la historia". Así las cosas, no sé quién tiene razón pero, por principios y por sentido común, desconfío de quienes se aferran a la violencia para "imponer" sus verdades, por aquello de que el que el que se impone brutalmente es porque no puede hacerlo razonablemente. Y los oficialistas cuando dicen "hacer algo" respecto del cambio climático se refieren a que los gobiernos utilicen el monopolio de la violencia estatal -la violencia – para imponer su verdad.
Y desconfío de quienes asustan a los niños, como la Comisión Europea que promueve un "cuento infantil" llamado "Un Calor Achicharrante" que dice barbaridades como que "Tomás disfrutaba del campo… ¡cuánta paz! De repente… ¡Oh, no!… Una espesa columna de fuego… Pensó en su amiga Lila… Suplicó… que las llamas no la hubieran atrapado… Los bomberos… luchaban contra un monstruo rojo". Monstruosidad es que esta propaganda barata llegue a los niños con el evidente fin de asustarlos.
El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute, de Oakland, California.
- 23 de enero, 2009
- 23 de diciembre, 2024
- 24 de diciembre, 2024
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