Debate sobre los planes sociales en la Isla de la Fantasía
Luego de lanzar una cañita voladora, Parlanchina dio un discurso en cadena para mostrar la alta tecnología que se había desarrollado en la isla, pero se encargó de resaltar que gracias a que ella había sido elegida, esa cañita se había podido producir. El resto de los isleños eran unos inútiles sin su presencia como mandamás de la isla.
Terminada la transmisión, dejó de lado su cara de autosuficiencia y se desplomó en el sillón. Los problemas la abrumaban, pero sobretodo sabía que si no retenía los resortes del poder le iban a llover los juicios por corrupción.
En eso entraron a la choza presidencial Mr. Excel, Coqui y el Chino para felicitarla por la cañita voladora.
Muy bien Parlanchina, le dijo Mr. Excel. Un éxito el lanzamiento de la cañita voladora. ¡Toda tecnología desarrollada en la isla! Felicidades exclamó desde la celda C44 de la planilla.
En realidad lo único que hicimos en la isla fue el fósforo con que encendimos la cañita voladora, dijo Parlanchina, pero tenemos que venderle a la gente que gracias al modelo pudimos desarrollar tecnología de última generación. Pero pasemos a otro tema, ¿cómo anda el ánimo de la gente en la isla?
Parece que hay bastante bronca, aunque seguro que los que están molestos son los típicos gorilas, oligarcas y grupos concentrados, dijo Coqui y luego, imitando al genial personaje de la televisión, dijo: le pertenezco Sra. Parlanchina.
Parlanchina, que solo necesitaba a Coqui para defender lo indefendible, solía tratarlo como un felpudo, así que le dijo: Che, vos que ya terminaste tu sanata matinal, andá a buscar al náufrago que hace rato que no hablamos con ese neoliberal vende patria. Escuchemos sus argumentos para después armar nuestro relato atacándolo.
Entró el náufrago, se sentó y Parlanchina le dijo: ¿vio la cañita voladora que disparamos hoy a la noche? Toda tecnología desarrollada gracias a nuestro modelo. ¿Qué tiene para decir al respecto? Esta vez sí que le tapamos la boca bien tapada.
Náufrago: vea, cuando existía a Unión Soviética también mandaban satélites al espacio, fueron los primeros en poner un hombre en el espacio, mandaron naves no tripuladas a la Luna. Esas cosas las hicieron pero la gente vivía en la miseria y había una feroz represión para todo el que pensaba diferente. Desarrollar tecnología matando de hambre a la gente y coartando sus libertades individuales no es algo de lo que uno puede enorgullecerse.
Parlanchina: Ud. siempre viendo el lado negativo de todo. Jamás nos va a reconocer un logro.
Náufrago: para que les reconozca un logro primero tienen que conseguirlo.
Mr. Excel: ¿me va a decir que la asignación urbi et orbi por hijo no es un logro?
Náufrago: la verdad es que si un padre de familia tiene que depender de un subsidio para sostener a sus hijos en vez de mantenerlos con el fruto de su trabajo, no solo es indigna esa asignación urbi et orbi, sino que, además, demuestra cómo fracasaron en su política económica. Salvo, claro está, que deliberadamente hayan generado tantos pobres y clientelismo para su beneficio político. En ese caso fueron exitosos.
Mr. Excel: ¡Ud. no puede decir eso! Parlanchina y su difunto esposo lograron una gran inclusión social con esos planes.
Náufrago: La inclusión social se da cuando la gente tiene puestos de trabajo en serio, por los cuales les pagan un sueldo y con ese sueldo sostiene a su familia. El resto es populismo barato. Aunque reconozco que efectivo a la hora de conseguir votos. Pero también insostenible en el largo plazo.
Parlanchina: Mucho bla bla suyo pero la oposición dice que va a mantener los planes que nosotros implementamos.
Náufrago: Obvio, la oposición tiene que decir eso si no, no los vota ni el loro. Pero aun continuando Uds. en el poder el sistema clientelar que inventaron es tan inviable que Uds. mismos tendrían que eliminar muchos planes.
Parlanchina: ¿Por qué?
Náufrago: Vea, en la isla hay 58 planes sociales que manejan Uds. De las 400 personas que viven en la isla, 176 viven de alguno de esos planes sociales. Es decir, el 44% de la gente que vive en la isla recibe algún subsidio. En los hechos una persona recibe varios planes y gana más que alguien que trabaja las 8 horas diarias. Se han verificado casos de personas que reciben planes sociales por 17.000 hojas de palmera mensuales. ¡Viven como duques!
Si a todos los que reciben planes sociales le sumamos los que trabajan en la administración estatal de la isla, muchos de ellos ñoquis como el gay ese que se declara ferviente partidario suyo pero recibe más de 20.000 hojas de palmera mensuales por no hacer nada en la cámara de senadores de la isla. Tenemos ñoquis en la administración de la isla en todos los niveles. En la administración central, en las secciones de la isla y en las administraciones de los barrios de la isla.
Además hay que sostener a los jubilados, dado que el sistema de reparto está quebrado, que son el equivalente al 17% de la población de la isla. Meta a los niños y a los ni ni, que ni laburan ni estudian, a los que también tenemos que mantener, y se va a encontrar con que solo el 17% de los isleños produce en serio para mantener a los vagos de la administración estatal de esta isla, a los subsidiados que son otra legión de vagos que Uds. incentivaron, a los jubilados y a los menores de edad. No hay forma de resistir tanto peso laboral, porque en definitiva de eso se trata. De laburo, porque los que viven sin trabajar en última instancia viven del laburo ajeno.
En esta isla, es inviable la relación entre la gente que consume y no produce y los que producen.
Parlanchina, que mientras hablaba el náufrago miraba por internet cómo estaban sus sociedades en Seychelles, levantó la vista de golpe cuando escuchó la palabra inviable y preguntó: ¿por qué inviable?
Porque la presión impositiva es tan alta que nadie quiere invertir en esta isla, respondió el náufrago. Es más, por los controles de precios y todas las regulaciones que Uds. pusieron como las cambiarias, para importar, para exportar, etc. cada vez se produce menos. Por más que tengan el monopolio de emitir hojas de palmera, si no hay bienes para comprar con esas hojas de palmera, la pobreza es inevitable, al igual que el estallido social en la isla.
Antes de que Uds. llegaran a esta isla, de los 400 isleños que la habitaban, 50 eran jubilados y 150 eran menores que no trabajaban. Así que los que realmente producíamos éramos 200 isleños que teníamos que mantener a los otros 200. Pero todos trabajábamos y teníamos nuestro stock de capital en escaleras para bajar los cocos, las canoas y redes para pescar, arados para sembrar, etc. Teníamos una buena productividad. Es decir, cada uno de nosotros producía, por unidad de tiempo, la suficiente cantidad de bienes para consumir nosotros y mantener a nuestros hijos y ancianos.
Llegaron Uds. con sus planes sociales y empleos públicos y ahora, de los 200 que trabajábamos, 80 reciben varios planes sociales. 40 son militantes de La Compota que militan pero no militan gratis. Serán pibes de la liberación pero les gusta la plata más que el dulce de leche. Y otros 46 pasaron a ser empleados del estado. En total 146 isleños dejaron de trabajar y consumen. Así que de los 400 habitantes, solo somos 34 los que producimos y tenemos que mantenernos a nosotros y a los otros 366 isleños.
Como la carga tributaria es muy alta, porque lo que a los producimos nos castigan con altos impuestos para mantener a toda una legión de vagos, muchos mudaron sus negocios a las islas vecinas. De manera que tenemos cada vez menos gente produciendo y menos stock de capital para producir. Antes había 40 escaleras para bajar los cocos de los árboles. Ahora quedan 10, porque una parte del stock de capital se destruyó y no fue repuesta. Hay menos stock de capital en escaleras para bajar cocos por persona. Al caer la productividad de la isla tenemos menos bienes para consumir y más gente que consume pero no produce. Lo mismo que nos pasó con las escaleras, ocurrió con las canoas y redes para pescar, etc. Todo el stock de capital disminuyó, la productividad es más baja, hay menos bienes y todos quieren consumir más a pesar que produciéndose menos bienes. Imposible. Ni siquiera pueden consumir lo mismo por la destrucción de stock de capital y frenos a la producción.
Mr. Excel reaccionó y dijo: ¿y Ud. qué pretende, que dejemos que se mueran de hambre los 80 isleños que reciben planes sociales, los 46 nuevos empleados públicos y los 40 militantes de La Compota?
Náufrago: En primer lugar, cuánto más presión impositiva apliquen menos productores van a poder sobrevivir y cerrarán sus negocios. Se mudarán a otras islas y habrá menos bienes para consumir. Así que por este camino, gobiernen Uds. o los de la oposición, la cosa va a una crisis fenomenal.
En segundo lugar, es cierto, Uds. acostumbraron a mucha gente a vivir sin trabajar, al punto que si hoy ven una escoba y le piden que barran la calle, se desmayan del susto. Cambiar esa cultura no es fácil. Pero no me vengan con que Uds. son los salvadores de la isla con sus planes llamados sociales, el empleo público y los pibes de la liberación. Sigan Uds. o venga otro gobierno a esta isla, ese populismo es infinanciable. Si Uds. pudieran quedarse, también los eliminarían por falta de recursos.
Han sido tan torpes que terminaron destruyendo a aquellos que les generaban los recursos para financiar su populismo. Un poco por la dinámica de las políticas populistas y otro poco por la ambición desmedida de Uds., destruyeron el sistema productivo de esta isla que es el que les financiaba el populismo.
Parlanchina: lo que pasa que Ud. está en contra de la distribución de la riqueza.
Náufrago: yo creo que la riqueza se distribuye en base al esfuerzo personal, el talento, la dedicación, la capacidad de innovación, la libertad para elegir. Uds. vendieron el argumento que son los que tienen el monopolio de la solidaridad y van a redistribuir la riqueza con transparencia y justicia. Mentira, Uds. quieren el monopolio de la fuerza para hacer populismo y usar el estado como negocio personal. No me venga con el verso de la distribución de la riqueza. Además, la gente es más solidaria que los políticos redistribuyendo riqueza. Si solo dejaran que la gente desplegara su capacidad de innovación y el esfuerzo y el trabajo fueran respetados en vez de atacados, esta isla sería próspera.
Dicho esto, el náufrago se levantó, saludó y se marchó. Al salir de la choza imperial, un miembro de La Compota que había escuchado algo de la conversación le dijo a otro pibe de la liberación: che, este náufrago será un gorila pero me dejó preocupado. Es cierto, si seguimos así no va a haber recursos para mantenernos y vamos a tener que ir a laburar. El comentario corrió como reguero de pólvora entre los miembros de La Compota. Una especie de pánico y sudor frío los invadió les corrió por la espalda cuando escucharon que tendrían que laburar.
Adentro, Parlanchina, Mr. Excel, Coqui y el Chino se miraban pensativos. En eso Parlanchina dijo: señores la consigna es muy concreta. Primero desmentimos que haya pobreza, inflación e inseguridad en la isla. Segundo tratamos de estirar la mecha para que la bomba le explote a los que vienen detrás de nosotros. Y tercero, voy a llamarlo a Franchu, ahora que somos íntimos, para que rece por mí. Digo, para que la bomba no me explote a mí.
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