Argentina: Emisión descontrolada, recesión anticipada
Sin duda alguna la emisión monetaria es el recurso por excelencia del gobierno nacional, ya que de otra manera, en un país en plena recesión y con altos índices de desempleo, sería imposible darse con los gustos más impensables como sostener un programa de fútbol y una aerolíneas que en el primer caso deja pérdidas diarias que rondan los $4 millones y en el segundo ya tiene un acumulado que supera los $18.000 millones, como para dar dos pequeños ejemplos. Por supuesto que dichos pomposos servicios son pagados por “todos y todas” ¿pero cómo?
¿Qué ocurre con la emisión monetaria? ¿Cómo ese dinero que sale de una maquinita en cantidades astronómicas llega a las personas y cómo esto nos afecta?
En primer lugar, hay que dejar en claro que el dinero emitido no se distribuye de manera proporcional entre todos los ciudadanos puesto que de ser así no existiría problema alguno. Por ejemplo, si se duplicara la cantidad de dinero de toda la economía pero este fuera distribuido de manera tal que aquel que ganaba $5.000 gane ahora $10.000, el que ganaba $10.000 ahora gane $20.000 y así sucesivamente, lo único que ocurrirá aquí será que ahora todos los precios pasarán a ser de exactamente el doble, pero nuestro poder adquisitivo quedaría inmóvil ya que, como vimos, lo mismo ocurrió con nuestro salario ¿pero cómo funciona entonces?
Evidentemente, luego de una fuerte emisión no veremos a los funcionarios del Banco Central repartiendo montones de dinero de puerta en puerta para que este llegue a la gente, sino que de manera discrecional, el gobierno le entrega dinero a determinados grupos de personas mediante préstamos baratos -que de otra manera no existirían- o de subsidios. Así supongamos que el gobierno le entrega, mediante un crédito extremadamente barato, dinero al sector productor de patinetas y a la industria del cine. Vemos entonces que el dinero les llega primero a unos pocos, quienes en este momento están siendo totalmente favorecidos ya que de repente se encuentran con más dinero que el resto y los precios aún no han aumentado, aunque no por mucho tiempo. Al haber más dinero en circulación para la misma cantidad de bienes y servicios, este baja su poder adquisitivo de manera paulatina, por lo cual aquellos que aún no recibieron parte de esta primera inyección de dinero se empobrecen a costa de los primeros beneficiarios.
Para comprender cómo es que el dinero pierde poder adquisitivo, imaginemos una partida de Póker con amigos. Son 6 personas en total y cada una de ellas compra 10 pesos en fichas con un valor establecido para cada una de ellas de 1 peso, es decir que hay 60 fichas y un pozo de 60 pesos. Al final del juego queda el ganador con el total de las 60 fichas, al valer cada una 1 peso, se lleva 60 pesos. Pero ahora supongamos que durante la partida un participante le sumó secretamente a su conjunto de fichas otras 10 que había traído de su casa, es decir que la cantidad de fichas en juego es ahora de 70 pero el pozo sigue siendo el mismo de 60 pesos. ¿Qué va a ocurrir? Llegado el momento en que haya un ganador que posea las 70 fichas que había en la mesa, intentará canjear cada una de ellas por el valor preestablecido de 1 peso por ficha y será allí cuando se dé cuenta que el dinero del pozo no es suficiente para cubrir la cantidad de fichas, es decir que el valor de cada ficha pasa a ser menor. Esto ocurre con el dinero de un país, si existe una sobreproducción de dinero pero la cantidad de bienes y servicios es la misma, el dinero pasa a valer cada vez menos, y se necesita cada vez más cantidad del mismo para conseguir el mismo bien.
Volvamos al ejemplo de la inyección monetaria recibida por el sector de las patinetas y de la industria cinematográfica.
Estos, comienzan a contratar a más personas para llevar a cabo la inversión de ese nuevo dinero y expandir así sus negocios, por lo cual podemos notar que en el comienzo de la época de expansión monetaria el desempleo caerá, ya que con ese dinero los sectores que lo recibieron contratarán trabajadores cuando antes no tenían capacidad para hacerlo. Ahora estos nuevos empleados cuentan con parte de ese nuevo dinero, siendo favorecidos, aunque en una menor proporción que los primeros, pero también podrán comprar a precios antiguos, aunque no tan bajos como lo eran antes. Se suman ahora más personas al grupo de los aventajados a costa del empobrecimiento de los demás que aún no ingresaron a la “fiesta”.
Los sectores beneficiados atrajeron muchos recursos humanos hacia sus producciones gracias al poder otorgado por el dinero en forma de billetes, pero luego de un tiempo el mando pasa a los consumidores, quienes muy probablemente no demanden los productos brindados por los sectores favorecidos. Al haber el gobierno otorgado el dinero a su antojo y no como hubiera ocurrido en el mercado, por medio de un proceso de oferta y demanda, los recursos seguramente han sido mal asignados, lo cual quedará en manifiesto cuando la gente no esté interesada en andar en patineta ni en ir al cine contantemente, y así los recursos humanos que fueron demandados en un comienzo y que actualmente se encuentran trabajando allí, quedarán obsoletos y serán insostenibles. Es aquí cuando comienza la etapa más dolorosa de este proceso: la recesión.
Para entender cómo mediante la creación irracional de dinero las cosas se vuelven ilógicas y contraproducentes quiero dejar un ejemplo final, dado por Juan Carlos Cachanosky en uno de sus ensayos, para simplificar lo explicado. En un sistema de trueque, si Pedro cavara un hoyo y lo tapara para luego intentar cambiarlo por 1 kg de carne, no tendría mucho éxito ya que en realidad no ofrece nada a cambio. Pero luego aparece un tercero, el gobierno, y decide darle a Pedro por haber cavado y tapado el hoyo $50 que acaba de imprimir, precio que supongamos tiene 1 kg de carne, por lo cual el muchacho ahora sí podrá obtener ese producto a cambio de nada y lo hace, como quedó explícito, a costa del resto de los ciudadanos que verán disminuir el valor real de su patrimonio.
A lo largo de la historia la mayoría de los gobiernos intentaron ir por el mayor poder posible, y en países de débiles instituciones como es el nuestro lamentablemente logran hacer lo impensado, contradecir a la lógica misma, pero siempre la historia termina igual, los que pagan son los ciudadanos.
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